Entorno de la fábrica de Stellantis en Figueruelas (Zaragoza). E. E.
Las casas prefabricadas pierden fuerza para acoger a los 2.000 chinos de CATL: su alto coste obliga a buscar alternativas
Los esfuerzos se centrarían ahora en buscar hostales y hoteles en el entorno de Figueruelas para dar alojamiento a los empleados de la multinacional china.
Más información: Un millón de baterías y 3.000 empleos en 2028: los números que dejará la ‘gigafactoría’ de Stellantis en Zaragoza.
La opción de levantar una ‘villa’ de casas prefabricadas para acoger a los 2.000 trabajadores chinos de CATL que construirán la gigafábrica de baterías pierde fuerza y ya se estarían estudiando otras alternativas.
Desde que se conociese el particular modus operandi con el que la multinacional asiática quiere poner en marcha el macroproyecto, llamado a convertirse en uno de los puntales de la economía de Aragón, se han barajado varias fórmulas.
Una de ellas era recurrir a vivienda industrial rápida que pudiera contribuir a mitigar la falta de oferta una vez terminase la ‘operación gigafactoría’.
“Hemos pasado ya por todas las fases, pero sigue sin haber nada definitivo. Nosotros vamos a estar ahí siempre intentando apoyar. Los municipios cercanos somos los primeros interesados en que haya una llegada ordenada y controlada”, cuentan desde una de las localidades que se verá directamente afectada por el ‘efecto’ de la gigafábrica.
Apostar por la vivienda industrial garantizaría un menor tiempo de ejecución y una mayor flexibilidad y adaptabilidad. El principal hándicap es el tiempo. Construir alojamientos para 2.000 personas requeriría de un elevadísimo sobrecoste que CATL no estaría dispuesta a asumir, de ahí que se estén buscando opciones más económicas. “No hace falta ser muy avispado para ver que eso no va a poder ser”, apuntan desde el territorio.
Que no vaya a haber una ‘villa’ prefabricada no quiere decir que no se pueda recurrir a esta solución puntualmente. De hecho, importantes firmas del sector reconocen estar estudiando “algún proyecto” con Stellantis, pero para alojar a 2.000 personas hace falta más.
Esto habría llevado a mirar hoteles y hostales con capacidad suficiente para acoger a los trabajadores, ya sea en Zaragoza o en los municipios del entorno de Figueruelas.
Todo esto ha terminado retrasando los tiempos. “Creemos que hasta enero no vendrá un volumen importante de trabajadores porque de momento no hay nada”, añaden las citadas fuentes.
La previsión inicial es que ya en este otoño hubiera en Zaragoza alrededor de medio millar de empleados, un cronograma que, debido al reto logístico que está suponiendo su llegada, no se va a cumplir.
Sí está previsto, en cualquier caso, que los primeros lleguen en pocas semanas. El propio delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, aseguraba este jueves en una entrevista de Radio Zaragoza que los seis primeros ingenieros ya tienen toda la documentación.
“Sus expedientes se han cerrado. Pertenecen al primer grupo de 60. Son un 10%, y aunque pueden parecer pocos, para mí, lo tranquilizador es que ya tienen claro todas las partes el modelo de papel y cómo se tiene que hacer. Ahora yo espero una mayor velocidad”, declaraba.
Primera piedra en noviembre
La primera piedra de la gigafactoría se pondrá en noviembre tras meses de movimientos de tierras. Será un acto simbólico que dará el pistoletazo oficial al macroproyecto, en el que se invertirán 4.100 millones de euros.
El desembarco de CATL ha generado una enorme expectación en el territorio, aunque desde Figueruelas aseguran estar viviendo el proceso con “absoluta normalidad” y la tranquilidad de que la gigafábrica asegurará el futuro de la planta de Stellantis por muchos años más.