El responsable de los rescates en el Pirineo, Baín Gutiérrez.

El responsable de los rescates en el Pirineo, Baín Gutiérrez. E. E.

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El responsable de los rescates en el Pirineo: "Hay cimas que atraen como imanes, pero no puntos negros"

El teniente jefe del Greim, Baín Gutiérrez, insta a "no bajar la guardia" tras otro verano lleno de avisos de todo tipo.

Más información: El Greim, los 'ángeles de la guarda' del Pirineo aragonés: "Cada rescate es un mundo, incluso en la misma zona".

Zaragoza
Publicada

Aragón cierra otro mes de agosto con decenas de rescates en el Pirineo. A falta del recuento oficial, las cifras se quedan por debajo de las de 2024, pero esto no es consuelo, ya que los números del año pasado fueron “desorbitados”, según reconocen desde la Guardia Civil.

El teniente Baín Gutiérrez, jefe de los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña (Greim), asegura que los rescates se dan ya prácticamente a diario y no solo en fines de semana o días festivos como ocurría antes. Esto, unido a la democratización de los “mal llamados deportes de riesgo”, hace que en el Pirineo se hayan vivido situaciones realmente complicadas.

Uno de los casos más sonados de este verano ha sido el del montañero estadounidense Cole Henderson, cuya búsqueda durante prácticamente un mes supuso “un volumen importante de trabajo y de esfuerzo” en plena ‘temporada alta’ de rescates. En las últimas semanas también han sido numerosos los golpes de calor, una patología “muy grave” que, habitualmente, denota una clara falta de preparación.

Termina otro verano lleno de rescates en el Pirineo. ¿Qué balance hace?

Como viene siendo habitual desde hace ya bastantes años, el número y el volumen de rescates y de accidentes en montaña se incrementa de manera exponencial en el periodo estival.

Este año quizás ha habido menos de intervenciones, pero seguimos en la línea de los números desorbitados del año pasado. Como punto positivo, ha habido menos fallecidos. En 2024 hubo cifras de récord tanto en los rescates de montaña como en los fallecidos.

Este último fue número muy importante y este año, por suerte, es bastante menor. Es un dato bastante positivo, la verdad.

¿Se ha normalizado que haya tantos rescates?

Se está normalizando porque es lo que está habiendo. A finales de los 80 y los 90, con el bum del alpinismo por programas como ‘Al filo de lo imposible’ y las primeras expediciones al Himalaya se fue popularizando la práctica del montañismo.

Entre el año 2000 y el 2010 fue todavía a más y la covid y la post covid fomentaron este tipo de turismo. Desde entonces hasta ahora, la línea estadística va aumentando año tras año. Cada vez vienen más personas al Pirineo, ya sean montañeros o turistas que se adentran en la montaña. Esto hace que se esté normalizando que haya un número muy importante de intervenciones.

Las hay prácticamente a diario. En la década anterior se limitaban quizás más a fines de semana o días de fiesta, pero ahora hay una afluencia muy importante todos los días, sobre todo de practicantes de senderismo, que es la actividad que más volumen de trabajo genera a las cinco unidades del Greim de Huesca.

Hay zonas, como el Pico Russell, que han aparecido varias veces en los partes…

El Pico Russell es una zona de los Montes Malditos,el macizo donde se encuentra el Aneto, la Maladeta… todas las cimas más conocidas. El Russell es uno de los que está en esta zona, pero no es que se repita. Lo que pasa es que ha habido un fallecido hace poco y varios accidentes y puede dar esa sensación, pero la verdad es que está bastante dividido.

Hay cimas como el Aneto, la Maladeta, el Monte Perdido o el Balaitús que atraen poderosamente como imanes a los practicantes del alpinismo, pero no hay puntos negros.

De hecho, el Aneto, con la importantísima frecuencia de montañeros que tiene cada día, es una de las zonas más seguras. Hay días en el año en los que pueden llegar a subir 200 o 300 personas, y si miramos los accidentes que hay con el volumen de personas que suben no es una cifra estadísticamente importante.

En estas últimas semanas ha habido bastantes golpes de calor. ¿Ha sido por la histórica ola de agosto o por falta de preparación?

Esto es una regla de tres muy sencilla, y es que cuando suben las temperaturas y viene una ola de calor, al final es inevitable que haya más golpes de calor. En estos casos hay que tomar una serie de precauciones, sobre todo en la planificación previa de la actividad, y hay veces que no se toman.

Me refiero a comenzar antes, llevar mucha más agua e intentar transitar por zonas de sombra o que no estén a pleno sol. Cuando esto se deja un poco de lado y estamos a 35 grados puede pasar que me haya planificado la ruta con medio litro de agua pero al final necesite dos y medio.

Y si voy por una zona en la que no puedo disponer de agua, de cualquier arroyo o de un manantial ocurren estas cosas. Y ya no digo con personas que no están preparadas y se adentran en la montaña.

Hablo de turistas que vienen aquí, y por la facilidad de poder llegar a un parquin para comenzar cualquier ruta, empiezan a andar sin haber planificado la actividad y sin saber dónde van o si van a poder descansar o comprar agua. En esos casos, los golpes de calor son inevitables, y hay que tener en cuenta que son una patología muy grave que puede desembocar en que una persona pueda llegar a fallecer.

¿Ha habido casos flagrantes este verano?

Sí, claro que hay casos que nos llaman la atención, pero al fin y al cabo aquí tenemos más de 600 intervenciones al año. Entre todos ellas hay imprudencias, negligencias y mala praxis tanto antes como durante y después de la actividad. Muchas veces, con una planificación previa a la actividad y cuatro pinceladas de las recomendaciones se podría evitar hacer uso de los servicios de emergencia.

El Pirineo atrae cada vez a más turistas extranjeros. ¿Está costando más llegar a ellos a través de las campañas?

Es cierto que las campañas se centran muchas veces en Aragón. Nosotros intentamos tener un alcance nacional, pero hay que tener en cuenta que, efectivamente, cada vez hay más turistas extranjeros. El porcentaje, año tras año, es cada vez mayor, y si viene alguien de Malasia, por poner un ejemplo, lo que le va a llegar evidentemente es muy poco.

Lo que tendrían que hacer todas esas personas es informarse al llegar. Pero si no lo hacen por mucho que haya información o campañas y compran un billete de avión, se adentran aquí, alquilan un coche, suben y comienzan a andar, es complicado.

En Francia, por las cooperaciones transfronterizas que tenemos con la Gendarmería, o incluso ellos mismos también, hacen la labor de dar a conocer todo esto que estamos hablando. Esto hace que los mensajes lleguen más a los franceses.

Además, en Francia hay bastante cultura, incluso más que en España, del mundo del montañismo. Al fin y al cabo, son los pioneros del alpinismo, prácticamente a nivel mundial, y en Francia están más concienciados, pero aún así también vienen turistas franceses cuyas planificaciones y actuaciones en la montaña serían, digámoslo así, muy mejorables.

También ha habido varios accidentes, alguno de ellos mortal, protagonizados por amantes de los deportes extremos. ¿Es mala suerte o hay algo más?

El mundo de los deportes de aventura y mal llamados de riesgo se está democratizando. Cada vez hay más personas practicando parapente.

Aquí en el Pirineo hay zonas como la de Castejón de Sos, en el valle de Benasque, que son mundialmente conocidas.

También hay más saltadores base. Esto hace que haya más accidentes. Son deportes en los que, con un mínimo fallo, es fácil que pueda haberlos. Ocurre lo mismo con la escalada de alta dificultad en muchos macizos o al escalar en hielo.

Estos accidentes ocurren en zonas extremadamente difíciles y suelen ser graves. Pasa, igualmente, con la bicicleta de montaña. Todos sabemos que la zona de Aínsa es muy conocida y hay mucha afluencia de personas que practican 'mountain bike'. Al final, cada vez vas más deprisa y pueden pasar estas cosas.

¿Ha habido algún accidente especialmente complicado este verano?

Cuando vamos camino de las 500 intervenciones, aunque sea solo por estadística, siempre hay actuaciones difíciles. En las últimas semanas nos hemos centrado en la búsqueda de un ciudadano estadounidense residente en Países Bajos que ha supuesto un importante volumen de trabajo y de esfuerzo en plena época estival.

Ahora que acaba el verano, ¿vienen semanas más tranquilas?

No, el otoño también es una época de bastante influencia. Cada época del año engloba unas actividades y unas especificidades. El otoño es muy bonito con las hojas de los árboles, los tonos rojizos y todo eso también atrae practicantes a la montaña. Además, a los puros alpinistas también les gusta esta época porque no hay tanto turista y pueden hacer sus actividades. Nosotros continuamos y no hay que bajar la guardia.