Afecciones en el entorno de Pedrola durante las tormentas del pasado fin de semana.

Afecciones en el entorno de Pedrola durante las tormentas del pasado fin de semana. E. E.

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Los pueblos castigados por las últimas tormentas en Aragón se sobreponen y estudian refuerzos para futuros episodios

Localidades como Pedrola valoran refuerzos en torno a sus polígonos y sensorizar sus barrancos para anticiparse a las inundaciones.

Más información: Aragón, después de la tormenta: "No hay infraestructura que soporte esa cantidad de agua en tan poco tiempo".

Zaragoza
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Los municipios más castigados por las últimas tormentas en Aragón, que obligaron a activar la alerta roja, enviar mensajes a la población y movilizar a la Unidad Militar de Emergencias (UME) hace ahora una semana, vuelven a marchas forzadas a la normalidad tras un episodio que no quedará, ni mucho menos, en una anécdota.

En Figueruelas han podido reabrir la piscina, que quedó completamente inundada. La lluvia y el barro afectaron especialmente a la sala de bombeo y depuración, con piezas que hubo que desmontar y secar y equipos que tendrán que ser sustituidos por otros nuevos.

“Hemos actuado en tiempo récord”, asegura su alcalde, Luis Bertol. En Tarazona, los daños se concentran, sobre todo, en el campo y en sus Casas Colgadas. En los últimos días se han acercado hasta la localidad empresas de Madrid y Barcelona en busca de soluciones para conservar este emblema de la ciudad, y aunque no hay fecha para el inicio de los trabajos ni presupuesto, la intención es que puedan comenzar cuanto antes.

Se trata de una solución que no llevará semanas, sino meses. Las filtraciones hicieron que tuvieran que desalojarse varias familias de los números 13 y 15, siendo este último el que se encuentra en peor estado. Fuentes del Ayuntamiento confirman que siete de estas personas -entre las que hay una madre con dos hijos y otra con un tercero- han sido realojadas en la casa del traductor, un centro que se usa habitualmente como punto de encuentro y que dispone de habitaciones.

Las tormentas, que descargaron de 100 a 120 litros en pocos minutos, también dejaron bajos, garajes y bodegas inundadas y daños en calderas en Pedrola. Las alcantarillas no daban abasto, con el temor de que las afecciones fueran mucho mayores de lo que finalmente han sido.

En estos días, la localidad ha ido volviendo a su imagen habitual y ha podido recuperar sus piscinas, pero quedan cosas por hacer, según confirma su alcaldesa, Manuela Berges. Lo que más preocupa es la infraestructura del polígono El Pradillo, de ahí que se estén estudiando refuerzos en la ladera, que se vino abajo y cayó encima de una de las acequias.

También se valora sensorizar el barranco, situado a kilómetros del municipio, para que la localidad pueda actuar con antelación y no tenga que recurrir a técnicas de antaño para anticiparse al peligro.

Los particulares tendrán que reclamar a los seguros, mientras que los ayuntamientos tendrán hasta 150.000 euros para obras de emergencia por parte de la DGA, una cuantía que, en localidades como Pedrola, podría quedarse algo justa.

Ráfales, en Teruel, es otro de los municipios que no se libró del agua. “Hemos ido achicando garajes y casas y han hecho las primeras visitas a campos y caminos. El spa tiene mala pinta, hay que sacar todo el barro y nos tememos que la maquinaria, que está bajo tierra, pueda haber quedado dañada. Posiblemente haya que cambiarla, será decisión de los técnicos. Sabemos que costará dinero, pero yo no me atrevo a decir cuánto”, admite su máximo representante, José Ramón Arrufat.

De la piscina climatizada también se voló una chapa, lo que hizo que entrara el agua en los bajos, donde están las bombas. Pese a todo, Arrufat pide calma para poder hacer una adecuada valoración de los daños. “Una vez la tengamos será momento de pedir las ayudas. No hay que acelerarse”, razona.