Diego Avellana, un aragonés en el caos de la Estación de Chamartín: "Nos decían que nos buscáramos la vida"

El inédito apagón de este lunes ha dejado situaciones e imágenes de todo tipo en diferentes puntos de España. No obstante, uno de los ámbitos más afectados del suceso fue el transporte ferroviario, que tuvo que cancelar todos los trayectos del día con pasajeros atrapados en trenes tirados a mitad del recorrido.

Además de ellos, otras miles de personas sufrieron el incidente en las estaciones de tren. Sobre todo en las madrileñas, la locura fue tremenda. Entre todas esas, muchos aragoneses. Diego Avellana, un joven zaragozano fue testigo y damnificado de la situación.

Él volvía de Buenos Aires de visitar a su hermana y, una vez aterrizado en Madrid, tenía que volver a Valencia a su lugar de residencia. Pero el viaje iba a ser mucho más largo de lo que imaginaba. Justo cuando se produjo el apagón, a las 12.33, el joven se encontraba en la estación de Chamartín, esperando para coger su Ouigo a las 13.00.

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Evidentemente, no pudo hacerlo y poco después del apagón evacuaron a toda la estación. “Nos obligaron a salir porque el recinto tenía que cerrar”, explica Avellana.

“Fue todo un desastre, no había nada de orden, no estaban preparados para gestionar esto con toda la gente que había”, cuenta. “No teníamos nada para comunicarnos, éramos miles de personas que no teníamos adónde ir. La gente corría al Mercadona y todo estaba vacío. Era una locura. Había personas mayores, familias y menores por ahí tirados”, recuerda.

La Estación de Chamartín vivió un enorme caos.

Un auténtico drama y una importante incertidumbre para la que no había solución ni respuestas. “La Policía nos decía que nos buscáramos la vida, que no se iba a habilitar ninguna zona, ningún espacio público para poder acoger a toda esa gente que no era de Madrid y no tenía dónde quedarse. Decían que, por compasión, fuésemos preguntando por los hoteles, que igual nos dejaban quedarnos gratis”, declara con fastidio.

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Al principio, reconoce, el ambiente era bueno y cada cierto tiempo salía el responsable de Chamartín con un megáfono para informar de que seguía sin haber suministro. Sin embargo, tras tantas horas, la gente “se volvió más violenta”, según indica Diego Avellana.

La estación seguía a reventar este martes.

Además, explica que la gente que se había ido durante el día, regresaba sobre las 18.00 de la tarde con esperanza de poder viajar. Pero, no fue hasta casi las 21.00 cuando hubo luz y cuando Chamartín volvió a abrir a los viajeros.

“No se podía estar ahí. Todo el mundo entraba corriendo a buscar sitio para dormir, cogían cartones de la basura… La gente tenía miedo de que le robaran, el ambiente no era nada tranquilo. La estación estaba a reventar y la Policía no daba abasto”, detalla. Así pues, ya con señal, el aragonés llamó a su familia y le buscaron un hotel en el que poder quedarse a dormir en Madrid.

Tras una noche más amable que la de otros pasajeros que tuvieron que dormir en el suelo, Diego Avellana ya puede coger hoy su tren para volver a casa.