Un bar, en una imagen de archivo.

Un bar, en una imagen de archivo. Pixabay

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Más de 270 multas a locales por incumplir la normativa sanitaria en Aragón: esta es la provincia con más sanciones

Salud pública realizó más de 17.200 visitas a estos establecimientos durante el año pasado.

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Zaragoza
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Garantizar que los alimentos que consumimos sean seguros es la labor de personas como Antonio Español, jefe de este servicio del Departamento de Sanidad. Explica que su equipo de más de 300 técnicos distribuidos por toda la región supervisa al año un total de 7.575 establecimientos, que incluyen desde grandes caterin y cocinas centrales hasta comedores escolares, hospitales y centros penitenciarios, "considerados de mayor riesgo".

El trabajo de estos técnicos es "crucial" para garantizar que los alimentos sean aptos para el consumo y que los establecimientos cumplan con las normativas de higiene y seguridad. Los técnicos, que son principalmente veterinarios y farmacéuticos, realizan inspecciones regulares en los establecimientos bajo su control.

Su trabajo no solo se limita a la revisión de las instalaciones, sino que también incluye el análisis de los procesos de elaboración y conservación de los alimentos, asegurando que se mantengan las condiciones adecuadas para evitar cualquier riesgo para la salud pública.

17.216 visitas al año

En cuanto a las inspecciones, 2024 ha sido un año de gran actividad. Se realizaron 17.216 visitas a estos establecimientos, "lo que equivale a más de dos inspecciones por establecimiento en promedio", explica Español. Los técnicos evalúan la limpieza, el mantenimiento de la cadena de frío, la correcta manipulación de los alimentos y la separación de zonas limpias y sucias, entre otros aspectos.

Según Español, de estas inspecciones, el 16% revelaron alguna deficiencia, aunque la mayoría pudieron corregirse de inmediato. Los problemas más comunes estuvieron relacionados con la limpieza, el mantenimiento de la cadena de frío y las malas prácticas en la manipulación de alimentos.

Además de las inspecciones de rutina, los técnicos también tienen a su disposición varias herramientas para actuar cuando encuentran deficiencias. En muchos casos, pueden corregir problemas de manera inmediata, como prácticas inadecuadas o el mal almacenamiento de alimentos.

Si las deficiencias son más graves o persistentes, los técnicos realizan un seguimiento y, si es necesario, emiten un apercibimiento al propietario del establecimiento para que corrija la situación, advirtiéndole de que, si no se soluciona, podría enfrentarse a una sanción.

A pesar de estas deficiencias, el número de sanciones ha sido notablemente bajo. En total, se impusieron 271 sanciones, de las cuales un 15% fueron por infracciones graves. Este dato muestra que, aunque se detectaron fallos, la mayoría de los establecimientos cumplen con las normativas.

Además, las suspensiones cautelares de actividad, que en 2023 fueron 105, disminuyeron considerablemente en 2024, con solo 79 casos. "La disminución de las suspensiones refleja una mejora en el cumplimiento de las normativas y la gestión de los establecimientos", afirma el jefe del servicio.

Por provincias

De los 271 expedientes, 250 corresponden a Zaragoza, 12 a Huesca y 6 a Teruel. Unas cifras que dependen de la concentración de establecimientos en cada provincia, "supervisamos 7.575 locales al año y ya unos 5.000 están en la capital de Aragón, 1.730 en Huesca y 1.035 en Teruel", detalla Español.

El esfuerzo de inspección sigue siendo "una tarea esencial" para mantener altos estándares de seguridad, y aunque se observa una mejora con respecto al año pasado, las autoridades no bajan la guardia. "Es necesario mantener la presión inspectora, y por eso dedicamos tantos recursos a la inspección de las comidas preparadas", subraya.

El descenso en las suspensiones y el aumento de inspecciones reflejan una evolución positiva, pero también indican que aún es necesario seguir con una vigilancia constante. "La incorporación de nuevos trabajadores o la variedad de las nuevas tendencias de cocina tienen que revisarse, ahí es donde aparecemos nosotros", explica. 

Así, el trabajo de los técnicos de salud pública sigue siendo fundamental para proteger a los consumidores y garantizar que los alimentos que llegan a nuestras mesas sean de la máxima calidad y seguridad.