Felix Viana, del CSIC en Alicante.

Felix Viana, del CSIC en Alicante.

Salud

Félix Viana, experto en el dolor: "La industria invierte millones, pero si los números no dan, se invierte en bajar peso"

El director del programa científico de neurobiología detalla el complejo camino que separa los descubrimientos a los tratamientos seguros: "Es muy complicado".

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Alicante
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Si "la comprensión de los mecanismos del dolor avanza a gran velocidad, todavía existen obstáculos que dificultan transformar ese conocimiento en tratamientos efectivos y seguros". Así resume Félix Viana desde el Instituto de Neurociencias del CSIC en Alicante cómo se trabaja para resolver una de las grandes cuestiones de la salud.

Y es precisamente ese largo camino para encontrar soluciones el que lo complica más. "La industria invierte millones, pero si los números no dan, se invierte en bajar peso", pone como ejemplo de alternativas más rentables para las farmacéuticas en la actualidad.

Viana, director del programa científico de Neurobiología del dolor en este centro de investigación gestionado por el CSIC y la Universidad Miguel Hernández de Elche, repasa los retos de su campo a propósito del Día Mundial contra el Dolor. Y la primera complicación es reconocer lo complicado que es definirlo.

El dolor es una experiencia cerebral "multidimensional" cuya percepción es enteramente subjetiva. Como explica, al tratar al paciente que lo siente las descripciones se mueven entre el mucho o poco dolor. Por eso intentar objetivarlo resulta muy complicado para los profesionales.

El dolor, además, posee un componente emocional y cognitivo que resulta más difícil de evaluar en los modelos de estudio utilizados. Esto supone una de las mayores dificultades, ya que los avances se realizan a menudo en modelos animales. "A un ratón no le puedes preguntar cuánto te duele porque no te va a contestar", razona.

A pesar de que ha habido premios Nobel a investigadores que identificaron receptores ligados a los mecanismos del dolor, trasladar este saber a terapias seguras es complejo. De hecho, reconoce que el progreso en el desarrollo de nuevos fármacos a partir del conocimiento básico que se obtiene en laboratorios "es muy lento".

En su laboratorio, junto a otros equipos, trabajan en el desarrollo de analgésicos "que no dependan de los receptores opioides". Estas son moléculas con mecanismos de acción totalmente distintos a los convencionales.

El equipo del doctor Viana se centra actualmente en entender en ratones el mecanismo de hiperalgesia, un aumento de la sensibilidad al dolor que provoca una reacción exagerada ante estímulos dolorosos. Su investigación busca en esta especie la neuropatía producida por fármacos quimioterapéuticos.

Estos fármacos, utilizados para tratar cánceres (como el de colon), provocan alteraciones en las fibras sensoriales periféricas, lo que resulta en una mayor sensibilidad mecánica y térmica en los pacientes. Esto, a su vez, obliga a los oncólogos a reducir la dosis o el número de ciclos de tratamiento.

La meta es manipular estos mecanismos de hipersensibilidad en ratones con la esperanza de que los hallazgos puedan trasladarse posteriormente a estudios clínicos.

Respecto a la participación empresarial, la industria invierte millones, "pero también tiene que obtener resultados". Viana enfatiza que si los números no dan, pueden enfocarse en áreas más rentables.

De hecho, una gran multinacional farmacéutica cerró toda su línea de desarrollo de neurociencias, incluyendo fármacos para el dolor, debido al "coste y la baja rentabilidad".

El largo proceso

El proceso para lograr que un fármaco sea aprobado es largo y lleno de obstáculos. Viana pone como ejemplo el desarrollo de un mecanismo para activar la lacrimación basal para el síndrome del ojo seco. La investigación comenzó en 2010 y ha supuesto un "gran éxito" ya que la agencia estadounidense que regula los medicamentos la aprobó tras un proceso de 14 años.

El reto está en que muchos potenciales fármacos, aunque sean eficaces, tienen efectos secundarios que impiden su aprobación. Por ejemplo, algunos antagonistas de receptores que bloquean el dolor pueden producir fiebre.

Este problema se debe a que los mecanismos de detección del dolor se entrecruzan con los mecanismos de regulación de la temperatura. "Si al final tú lo que tomas es una pastilla y te va a producir fiebre, las agencias van a decir, 'no te puedo aprobar este fármaco'", resume.

Por eso se asume que al emprender este camino el fracaso es habitual. Viana estima que solo el 5 % de las potenciales dianas que se empiezan a investigar terminan en fase tres. Luego, el número de fármacos aprobados se reduce aún más.