Mati Irles, delegada de ASICVAL en Alicante.

Mati Irles, delegada de ASICVAL en Alicante.

Economía

Mati Irles, asesora: "El precio de la vivienda dispara el interés por los terrenos, con un ahorro del 50%"

La delegada de Asicval en Alicante confirma que el interés por el suelo ha crecido entre los jóvenes, que buscan ahorrar y escapar de los altos precios.

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Alicante
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La falta de oferta de vivienda nueva y el incremento continuo de los precios en la provincia de Alicante están llevando a muchos compradores a explorar alternativas. Cada vez son más los que, ante la imposibilidad de acceder a una vivienda asequible, optan por adquirir un terreno para levantar su propio hogar.

Desde EL ESPAÑOL de Alicante hemos hablado con la delegada de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (ASICVAL) en Alicante, Matilde Irles, para conocer cómo está evolucionando este fenómeno y qué factores lo explican.

Irles confirma que el interés por la compra de terrenos ha crecido "a raíz de la subida de precios y la falta de oferta de vivienda" aunque puntualiza que "el interés es mayor que las ventas reales".

Requisitos y desafíos

La razón, explica, está en las dificultades administrativas: "Las administraciones están siendo últimamente más reacias y duras con la concesión de permisos".

Esto provoca que muchos potenciales compradores se queden a medio camino o se enfrenten a trámites largos y complejos.

La delegada de ASICVAL recalca la importancia de verificar toda la documentación antes de poner un terreno a la venta.

"Hay que mirar permisos, mirarlo todo en el ayuntamiento", insiste, porque de ello depende saber qué se puede construir realmente.

Algunas parcelas aparentemente atractivas pueden estar dentro de planes parciales que impiden edificar hasta que se urbanicen completamente.

En la provincia de Alicante, un terreno rústico necesita un mínimo de 10.000 metros cuadrados para ser considerado apto para construir.

Además, la zona no puede ser inundable, un aspecto que, según Irles, se ha vuelto esencial tras los episodios de DANA.

También se deben tener en cuenta factores como la cercanía a carreteras en proyectos de ampliación, que podrían reducir la superficie útil por debajo del mínimo legal.

En el caso de solares urbanos, las dimensiones exigidas son menores, -de 1.000 a 3.000 metros cuadrados-, aunque los proyectos deben ajustarse a las ordenanzas municipales y a la altura permitida.

"Si es suelo urbano, normalmente no hay problema para construir, pero hay que saber cuánto se puede edificar, porque eso influye directamente en el precio y en la rentabilidad", apunta Irles.

Los precios se disparan

Irles reconoce que sí existe oferta de terrenos, pero que el principal obstáculo está en los precios.

"Los propietarios de parcelas urbanas están pidiendo unas barbaridades que no son reales", denuncia, aprovechando la escasez de vivienda y la alta demanda de suelo edificable.

A su juicio, el promotor no es el culpable del encarecimiento, ya que los costes de la obra nueva están “disparados” por el aumento de los precios de los materiales, las tasas y la mano de obra.

El coste de la construcción

La inflación ha encarecido tanto los materiales como la mano de obra, por lo que el coste de construcción es similar en cualquier punto de la provincia. Sin embargo, el precio del suelo puede marcar la diferencia.

"Lo que sí abarata el proceso es la adquisición del terreno", señala Irles.

Zonas inundables

Desde la DANA, el riesgo de inundaciones ha pasado a ser un criterio clave en la decisión de compra. "Antes nadie preguntaba por eso, ahora es de lo primero que miran", afirma Irles.

Los compradores evitan parcelas próximas a barrancos, pantanos o ríos secos, ya que “aunque un río esté seco, puede volver a tener caudal”.

La experta advierte incluso de casos en los que “se ha construido en pleno cauce”, lo que supone un riesgo evidente.

Quién compra y dónde

El perfil del comprador de este tipo de parcelas se sitúa entre los 30 y 45 años. Son personas que viven de alquiler y buscan una forma más flexible y asequible de acceder a su primera vivienda, muchas veces construyendo poco a poco su chalet o casa unifamiliar.

Las zonas más demandadas se encuentran en los extrarradios, entre 15 y 30 kilómetros de la ciudad, donde el precio del suelo es más competitivo.

“En estas áreas, una parcela puede costar hasta un 50% menos que una a un kilómetro de la ciudad”, señala Irles.

Entre los municipios con precios más asequibles menciona Monforte del Cid, Novelda, Cañada del Fenoyar, Alcoraya, Santa Ana o Agost, mientras que Muchamiel se ha encarecido "por su proximidad a San Juan".

En cifras, una parcela en el interior puede costar entre 70.000 y 80.000 euros, e incluso 30.000 o 40.000 euros en zonas más alejadas como Pinoso, frente a los 400.000 euros que puede alcanzar una parcela similar en Alicante capital.

Una tendencia al alza

De cara al futuro, Irles prevé que la compra de parcelas seguirá creciendo.

“Invertir en una parcela cuesta menos que comprar un piso de obra nueva, que ya rara vez baja de los 300.000 euros”, explica. Además, esta opción ofrece la posibilidad de ir construyendo poco a poco, sin asumir una gran hipoteca desde el principio.

La representante de ASICVAL concluye con un deseo compartido por el sector: que la administración impulse la construcción de más vivienda, especialmente de protección oficial, para ofrecer alternativas reales a quienes buscan acceder a un hogar a un precio razonable.