María Llorca, esta semana en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante.

María Llorca, esta semana en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante. M.H.

Gastronomía

Este es "el chocolate de toda la vida" que hacen en un pueblo de Alicante y quieren que conozca el resto de España

María Llorca presenta la variada y deliciosa colección de sabores con las que sorprenden en una marca que nació en 1793.

Más información: Esta es la mejor tarta de chocolate de Alicante, un homenaje al cacao natural, y las otras sorpresas que ofrece

Alicante
Publicada
Actualizada

"El cacao es uno de los frutos más venerados". Esa frase de María Llorca, la directiva de Chocolates Marcos Tonda, representa la pasión con la que se crea este dulce "de toda la vida". Uno que nació más de dos siglos atrás y hacen desde un pueblo de la provincia de Alicante, Chocolates La Virgen 1793.

Elegida por EL ESPAÑOL una de las 25 mujeres que dirigen la gastronomía de Alicante, Llorca representa la continuidad de una marca que presume de historia. Y todo porque "desde el siglo XVIII Villajoyosa se convirtió en el epicentro de la producción de chocolates en España".

El cacao llegado a España de América tuvo aquí uno de los puntos de difusión en Europa "y llegaron a haber hasta 40 fábricas de chocolate". Entre ellas, la de Marcos Tonda, quien con su hijo Juan, se encargaba de la provincia de Alicante, explica.

Siguiendo las costumbres de la época, bautizaron con el nombre de la virgen del Carmen una de sus recetas, algo que no sorprendía en un pueblo de pescadores como la capital de la Marina Baixa.

Con más de 230 años por medio, la empresa ha pasado por muchos avatares y Llorca quiere aprovechar la riqueza de ese pasado para proyectarse al futuro. Y lo hace partiendo de una de las ventajas de la gastronomía, la memoria.

"Este chocolate es el de toda la vida, con la onza gorda, que antes se utilizaba para hacerlo a la taza, rallándolo", apunta. Con él se benefician de que "evoca recuerdos, evoca todo lo que venía desde esa época que se ha venido produciendo".

Eso se traduce en un sentimiento de apego a la marca porque generaciones anteriores, ya sea abuelos o padres, lo han comprado en algún momento. Y para mantener ese puente intergeneracional no cambian una receta peculiar: "Esa textura terrosa, ese sabor genuino y su fórmula de toda la vida, que tampoco ha cambiado".

La tienda en el castillo de Santa Bárbara es una de las que más despacha sus chocolates.

La tienda en el castillo de Santa Bárbara es una de las que más despacha sus chocolates. M. H.

Pero entonces, ¿cómo se come? La gruesa tableta "se puede seguir utilizando para rallar, de hecho, es uno de sus usos principales, pero también lo podrías utilizar para tu típico bocadillo de onza gorda y meterlo ahí en el pan con aceite, como se hacía anteriormente".

La apuesta por el pasado tiene truco, eso sí. Dentro de su colección La Virgen 1793 sí tienen otro tipo de tabletas que están adaptados a los gustos actuales. "Teníamos que darle un cariño especial", recuerda sobre cómo fue elegir las nuevas recetas que acompañan a su clásico.

La versión de chocolate con leche, cacahuete, miel y sal es una de las que más se venden en esta nueva línea. Otros que recuerdan también otra forma de producir dulces es el de canela, cuando se usaba esta especia porque el azúcar era más caro, razona.

Con estos y hasta un total de once sabores quieren ampliar su mercado original. "Estamos en proceso de crecimiento y pretendemos poder llegar a expandirnos a nivel nacional", valora. Espacios tan icónicos como el castillo de Santa Bárbara, uno de los sitios donde más venden, afianzan su conexión local.

De momento aprovechan que "seguimos siendo una marca que es, sobre todo, conocida a nivel regional" para esforzarse y "posicionarse en zonas estratégicas como podrían ser Madrid, Valencia, Ibiza, Murcia".