Khalil Ben, veterinario en Alicante.
Khalil Ben, veterinario en Alicante: "Trabajamos con clientes que consideran a sus mascotas como sus hijos"
Este tunecino, afincado en Alicante, explica la desigualdad fiscal que asfixia a los profesionales del sector y obliga a muchos a compaginar su vocación con otros empleos.
Más información: Los jóvenes empresarios en Alicante borran el límite de edad con el retraso del emprendimiento: "No va de edad, va de actitud"
Emprender en España no es tarea fácil. A la incertidumbre de empezar un negocio propio se suman los altos impuestos, las cuotas de autónomos y la complejidad burocrática que muchos consideran excesiva. Es, de hecho, una de las principales quejas de los emprendedores, especialmente en los primeros años de actividad, cuando cada gasto cuenta.
Desde EL ESPAÑOL de Alicante hemos hablado con un profesional que conoce bien esa realidad. Se trata de Khalil Ben Abdallah, veterinario autónomo que ejerce en Alicante. Su historia refleja los obstáculos que afrontan muchos trabajadores por cuenta propia en el país.
Atiende a animales a domicilio, una labor que requiere dedicación y vocación, pero que resulta difícilmente rentable por los altos costes del servicio y la percepción de que los precios veterinarios son elevados. Para poder mantener su proyecto, compagina su trabajo autónomo con horas en una clínica como asalariado.
Una historia de reinvención
Khalil Ben Abdallah cambió por completo el rumbo de su vida a los 34 años tras vivir en diferentes países como Túnez, Francia y Argelia. Dejó atrás una carrera en comunicación y diferentes ONG para cumplir su sueño: convertirse en veterinario. Estudió su segunda carrera en Madrid, donde pasó cinco años de "locura" y poco sueño.
Después de casi ocho años en la capital, decidió mudarse a Alicante, atraído por la calidad de vida y la cercanía familiar. Afirma sentirse muy acogido y destaca que, gracias a hablar cinco idiomas, ha logrado integrarse rápidamente en un entorno diverso.
El reto de la veterinaria
El salto a la atención domiciliaria fue casi natural. Tras trabajar en un hospital, algunos clientes quisieron seguir contando con sus servicios, y Khalil se dio de alta como autónomo. Sin embargo, pronto se topó con las dificultades logísticas del modelo: los desplazamientos consumen gran parte del tiempo y reducen drásticamente el número de consultas diarias.
"El día que pasas tres consultas a domicilio es uno de tus mejores días", explica. En una clínica, un veterinario puede atender entre 15 y 17. Aun así, Khalil apuesta por una atención personalizada, disponible incluso por las tardes o los sábados.
Aunque cobra el doble que una consulta normal, afirma que "la atención a domicilio me cuesta seis o siete veces más que una consulta normal". Por eso, le resulta difícil llegar a fin de mes y necesita complementar sus ingresos con trabajo en clínica.
El veterinario insiste en la necesidad de educar al cliente sobre el valor del servicio. "Si no aplico precios más reales, no podré seguir ofreciendo el servicio", explica. Según él, los clientes extranjeros entienden mejor sus tarifas, acostumbrados a precios mucho más altos en sus países.
Khalil junto a dos de sus 'pacientes'.
Una red de emprendedores
Para crecer, Khalil se apoya en asociaciones como la Federación de Asociaciones de Jóvenes Empresarios de la provincia de Alicante (Jovempa).
La asociación le ha permitido tejer una red de contactos, compartir experiencias y aprender estrategias para hacer crecer su negocio en un entorno cada vez más competitivo. A través de este colectivo, ha encontrado un espacio donde sentirse acompañado, especialmente en los momentos en que la soledad del autónomo pesa más que los ingresos.
"Busco un boca a boca inteligente", comenta, convencido de que la colaboración entre emprendedores locales es clave para impulsar la confianza y la visibilidad de proyectos como el suyo.
Una profesión mal pagada
Ben Abdallah es muy crítico con la situación económica del sector. España, dice, "es el mayor productor de veterinarios en Europa", con casi 16 facultades, lo que genera una sobreoferta que mantiene los sueldos bajos.
Aunque la reciente aprobación del convenio nacional ha mejorado los mínimos, muchos profesionales siguen emigrando o cambiando de profesión. "Algunos acaban siendo cajeros por un sueldo equivalente o incluso mejor", lamenta. Antes del convenio, añade, "los veterinarios cobraban menos que los auxiliares de enfermería".
El 21% de IVA
Khalil señala una situación que considera injusta. "Todos los sanitarios del país no pagan IVA, salvo los veterinarios. Pagamos un 21% de IVA como si fuese cualquier otro servicio".
Además, muchas personas desconocen que los veterinarios "somos los únicos profesionales clínicos que debemos aplicar un 21% de IVA en nuestras facturas".
"Esto hace que, en ocasiones, los precios percibidos por los clientes parezcan elevados. Sin embargo, después de abonar gastos esenciales como proveedores, laboratorios e industria farmacéutica, el beneficio real para el clínico, -especialmente cuando se trata de autónomos o pequeñas clínicas-, es mucho menor de lo que se imagina", comenta el profesional.
"También quiero destacar que, a pesar de las oportunidades profesionales que podrían existir fuera, he elegido quedarme en España. Para mí es importante ser leal al país que me ha acogido y continuar desarrollando aquí mi vida y mi actividad profesional, contribuyendo de forma constructiva a la mejora del sector", matiza el veterinario.
Presión emocional
A las dificultades económicas se suma la carga emocional. "Trabajamos con clientes que consideran a sus mascotas como sus hijos", explica. Las urgencias, las noches sin descanso y la incomprensión social generan una presión que, según Khalil, sitúa a los veterinarios entre las profesiones sanitarias con mayor tasa de suicidio.
Tras la propuesta del Gobierno para reformar el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y las cuotas que paga este colectivo a la Seguridad Social sobre próxima subida de cuotas de autónomos prevista para 2026, Khalil vaticina un éxodo profesional: "Muchos se van a ir otra vez a otras profesiones o se van a ir de España".