La playa del Postiguet en Alicante y Jorge Olcina
El meteorólogo Jorge Olcina, alto y claro: "Será un verano de calor sostenido y noches muy calurosas"
El experto advierte de que este tipo de calor no solo se percibe en el ambiente, sino que se acumula también en el mar Mediterráneo.
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El verano de 2025 llega con una advertencia clara: el calor será constante y las noches, especialmente difíciles de sobrellevar.
Así lo anticipa el catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante (UA), Jorge Olcina, quien confirma que los modelos meteorológicos apuntan a un escenario de temperaturas elevadas y sin apenas respiro nocturno en todo el litoral mediterráneo.
Apenas hemos dejado atrás unas Hogueras históricas en Alicante. Históricas no solo por la gran cantidad de personas que han llenado calles y racós durante los últimos días, sino también por las altas temperaturas que se han registrado.
Calor sin descanso
La ciudad ha vivido una de las ediciones más calurosas de los últimos años, con noches tropicales, humedad elevada y termómetros que no daban tregua ni siquiera de madrugada.
Lejos de remitir, todo indica que este episodio de calor extremo solo acaba de comenzar. La previsión para los próximos meses es clara y rotunda: el verano será largo, caluroso y húmedo.
"Los modelos hablan de nuevo de un verano muy caluroso", afirma Jorge Olcina, que advierte de una continuidad respecto a lo vivido en años anteriores.
La previsión para este 2025, explica, mantiene la misma línea: "altas temperaturas diurnas, sin apenas tregua nocturna, y una humedad elevada que dispara la sensación térmica".
Aunque pueda haber alguna jornada algo más templada, el experto es tajante: "Podremos tener días un poquito menos calurosos, pero al menos julio y agosto van a ser dos meses de calor".
El mar, una batería térmica
El mar, además, está actuando como un amplificador de ese calor acumulado. Según Olcina, en estos momentos ya hay zonas del Mediterráneo frente a la Comunidad Valenciana con temperaturas de 26 o 27 grados.
"El mar actúa como una batería térmica. Esa acumulación impide que refresque por la noche", señala.
De ahí que en muchos puntos del litoral las mínimas no bajen de 24 o 25 grados, lo que unido a una humedad relativa del 65 o 70 %, provoca una sensación térmica de hasta 31 grados durante la madrugada.
Aire sahariano
El patrón atmosférico que describe Olcina incluye, además, pulsaciones frecuentes de aire sahariano.
Esas irrupciones están detrás de los picos más extremos de calor, que elevan aún más las temperaturas y alargan las olas de calor.
Pero lo más inquietante, advierte el catedrático, es lo que puede venir después: un mar Mediterráneo más cálido de lo habitual incrementa el riesgo de lluvias intensas y episodios tormentosos en otoño.
"No es algo nuevo, venimos ya de veranos muy similares", recuerda Olcina, que subraya cómo se repite este patrón climático año tras año.
Aun así, insiste en que los modelos lo vuelven a dejar claro: "Este año 25 vuelve a ser de esas características", concluye.