Pablo Fernández Seiler posa para EL ESPAÑOL.

Pablo Fernández Seiler posa para EL ESPAÑOL. E. M. S.

Vivir GENEAOLOGÍA

El increíble caso de un ilicitano que ha dado con sus hexabuelos: eran colonos alemanes hace 250 años

Pablo Fernández Seiler ha dedicado los últimos ocho años de investigación a enlazar sus últimas ocho generaciones, y ha sido posible "gracias a los mormones". 

8 marzo, 2023 02:39
Elche

Pablo Fernández Seiler sospechaba que su segundo apellido tenía sus raíces en Alemania. Ahora, tras investigar a sus antepasados durante los últimos ocho años, ha podido dar con las últimas ocho generaciones de su familia en un viaje de 250 años en el tiempo. 

Porque tiempo, como cuenta a este periódico, es lo que tenía desde su prejubilación como empleado de banca. Fue entonces cuando empezó, en 2015, a materializar un sueño movido por la curiosidad y presionado, de nuevo, por el tiempo: "conmigo se termina la saga Seiler, inevitablemente no habrá una novena y pensé que les quería dejar a mis hijos el relato de su familia", argumenta. 

Comenzaba así 'la saga Seiler en España', como se titula un blog y una página de Facebook donde este voluntario de una ONG que ayuda a inmigrantes está dando a conocer todas sus averiguaciones, que no son pocas. 

Pero tan increíble es el resultado de su trabajo, del que daremos cuenta más abajo, como el cómo lo ha podido lograr. Teniendo en cuenta que el Registro Civil solo llega hasta 1880, que es cuando empezó a funcionar, y que los archivos eclesiásticos, su siguiente baza, habían sido quemados durante la Guerra Civil, este ilicitano pensó en tirar la toalla sin dar con el origen... hasta que un amigo le sugirió que recurriera a los mormones. Tal cual. 

Se refiere este Seiler a los registros genealógicos recogidos por los mormones en Internet sobre los protocolos notariales de La Carolina. "Es increíble, se dedicaron a fotografiar estos registros", avanza. "Una suerte" que alguien de esa religión hiciera esa labor por la que se puede decir que "le debo todo mi éxito a los mormones", comenta. 

Así que, desde su casa, dedicó el confinamiento que se acababa de decretar en España por el covid-19 a analizar "80.000 filminas, una a una" en un recorrido que iba desde mitad el siglo XVIII hasta finales del siglo XIX. "Cuando daba con algún dato interesante lo celebraba con mi mujer", confiesa tras avanzar que ahora anda inmerso en escribir un libro sobre todo lo averiguado. 

Lo que ha averiguado

Así, Fernández Seiler ha constatado que fue en agosto 1767 cuando Pedro Seiler, de 54 años, casado con Úrsula Witmayerin, o lo que es lo mismo, sus hexabuelos, y con siete hijos que vivían en Berich (actualmente bajo las aguas de un embalse, en las inmediaciones de Waldeck, entre Frankfurt y Hannover), "deciden formar parte del grupo de colonos que iban a colonizar primero las nuevas poblaciones de Sierra Morena y seguidamente la llamada Nueva Andalucía".

Esta colonización fue promovida por Carlos III, que meses atrás había aprobado un plan para convertir La Carolina, localidad de Jaén, en la capital de aquellas pioneras colonias. Así, y dotadas de infraestructuras, asistencia y seguridad, se pensaba que se podría poner fin al bandolerismo que afectaba al Camino Real que transcurría entre Madrid y Cádiz, una de las principales preocupaciones de la corte.

De esta manera, 6.000 colonos alemanes y flamencos que huían del hambre que había traído las dos últimas guerras, recibirían a su llegada 50 fanegas (unas 32 hectáreas) de las que 25 fanega sería para la siembra y las otras 25 destinadas para pastos de ganado por cada familia. "Alemania hoy en día es receptora de inmigrantes, pero hace más de dos siglos era una federación de países de la que la gente emigraba", reflexiona a este medio. 

Un retrato de hace 80 años de la familia Seiler, con su abuela, la primera por abajo, y su madre, la segunda de arriba por la izquierda.

Un retrato de hace 80 años de la familia Seiler, con su abuela, la primera por abajo, y su madre, la segunda de arriba por la izquierda.

A Pedro Seiler y su esposa Úrsula Witmayerin le fueron asignadas las parcelas 150 y 149 del cuarto departamento de La Carolina, prosigue su relato. A su hijo Francisco Seiler y su esposa Catalina Mayerin, los pentabuelos de este investigador, se le asignan las parcelas 100 y 101 del tercer departamento de La Carolina, en el entorno de lo que más adelante se conocerá como Aldea La Isabela.

Las siguientes generaciones Seiler: Lorenzo Seiler Mayerin (su trastarabuelo), Pedro Enrique Seiler Kisler (su tatarabuelo), Antonio Seiler Beiseneker (su bisabuelo) y Pablo Seiler Sipol (su abuelo) vivieron y trabajaron como labradores de las parcelas que se había asignado a las primeras generaciones que llegaron. Un periodo de tiempo que va desde 1767 a 1945, año en que su abuelo Pablo, por enfermedad de su esposa Purificación López Campos (su abuela) decide vender las tierras y trasladarse a vivir a La Carolina.

"Entre esos años hubo efemérides tan relevantes como: las guerras napoleónicas, las guerras carlistas, la revolución Gloriosa y el exilio de Isabel II, la proclamación de la Primera República, las guerras del Rif, la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y la guerra civil española, además de las dos guerras mundiales", rememora el autor. 

A los cuatro años de casarse los padres de Pablo, cogieron las maletas y se marcharon a vivir a Elche en mayo de 1956, una década, con las siguientes, marcada por el éxodo de andaluces y manchegos hacia la ciudad del calzado en busca de trabajo. 

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"Mi mayor homenaje y reconocimiento para todos mis antepasados antes citados porque gracias a su esfuerzo y duro trabajo las siguientes generaciones hemos tenido mejores oportunidades y mejor calidad de vida", concluye su investigación.