La conexión alicantina y murciana del 11-S

La conexión alicantina y murciana del 11-S

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La conexión alicantina y murciana del 11-S

Los argelinos Madani y Laounar, residentes antes del ataque en Torrevieja, fueron procesados por facilitar pasaportes falsos a los autores de la masacre.

11 septiembre, 2021 01:00
Alicante

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Casi tres semanas antes de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, dos jóvenes argelinos eran detenidos en Torrevieja y Murcia por su supuesta colaboración con el ataque del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. España se enteraba entonces de que Al Qaeda había ultimado en suelo español el mayor atentado terrorista de la historia, sin sospechar que el mismo grupo iba a acometer en España la peor masacre de la suya.    

Dos décadas después del 11-S, nos preguntamos qué fue de la conexión alicantina y murciana que, según la Guardia Civil y el juez Baltasar Garzón, había proporcionado apoyo logístico a la 'Célula de Hamburgo', hasta el punto de permitirle, con pasaportes y documentación falsa, facilitarles los terroristas la entrada a EE. UU.

Dicha conexión se compone de dos nombres, Khaled Madani y Moussa Laouar, ambos nacidos en Setif (Argelia). Los dos residían en Torrevieja donde fue detenido el 23 de febrero de 2004 Madani; el arresto de Laouar se produjo el mismo día en su locutorio de Murcia.

¿Cómo dan con ellos?

Sus identidades salen de un interrogatorio en Guantánamo, la polémica prisión en la base militar estadounidense que Joe Biden, como Obama en su día, ha prometido cerrar. Los nombres los acaba proporcionando el yemení Ramzi Binalshibh, considerado el cerebro del ataque, y que actualmente sigue preso en el penal cubano. 

En el interrogatorio, revela que él mismo se reunió en julio de 2001 en Tarragona con Mohamed Atta, el jefe del comando suicida que, como piloto del vuelo 11 de American Airlines, acabaría impactando contra la torre norte del World Trade Center.

Según la información del FBI, la Guardia Civil y policía alemana, ambos, que se conocían de haber vivido en el país germánico, ultimaron los detalles del atentado del 11-S en la localidad catalana. De los diez días que pasaron en España, la benemérita sospechó en su día que una parte de ellos los pudieron pasar en Murcia, donde se produciría el encuentro con los dos argelinos

¿Qué papeles desempeñaron? 

Según el juez Garzón, Khaled Madani, alias "Al Jaziri" o el Argelino, suministró documentación falsa a miembros de esta célula, como Binalshib; en concreto a él le proporcionó un visado Schengen falso que le serviría para salir de Europa sin problemas, desde Madrid, el 7 de septiembre de 2001, en dirección a Pakistán desde donde seguiría el atentado.

La detención y procesamiento judicial del Argelino también se debió a que, tras la visita del yemení, consta que recibió un giro de 455 euros procedentes de Alemania, enviado por Zacarías Essabar, considerado miembro de la 'célula de Hamburgo', al que se le atribuyó el envío del mensaje encriptado con la fecha 11 de septiembreMás tarde, el 1 de septiembre, llegaría el último giro para Madani, de 300 marcos. Enviado por Kamel Lameche, también considerado parte de la célula alemana. 

Por su parte, Moussa Laouar fue calificado por el Ministerio del Interior como "un activo colaborador de Madani" en todas sus actividades ilegales, a lo que habría que sumar "numerosos" antecedentes por delincuencia en su país natal y en Francia, donde pesaban órdenes de búsqueda y acabaría siendo extraditado.

¿Qué pasó con ellos?

Todos estos indicios no fueron solamente obtenidos de las confesiones de Guantánamo, sino de las escuchas policiales realizadas a los dos argelinos residentes en Torrevieja. Por ellas, y por las averiguaciones materiales posteriores, la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó para Khaled Madani y otros cinco acusados 20 años de cárcel por los delitos de integración en banda armada, financiación de actividades terroristas y falsificación de documento público.

Pero toda esta actuación quedó en nada al absolver, la misma Audiencia Nacional, a todos los sospechosos -habían estado en prisión preventiva- al quedar anuladas como pruebas las escuchas telefónicas autorizadas por el juez Baltasar Garzón. Para el tribunal, éstas no estaban plenamente justificadas "ni fundamentadas" y se basaban "en meras suposiciones y conjeturas" sobre los actos delictivos de los imputados. 

El argelino, quien en todo momento negó las acusaciones, quedó en libertad precisamente otro mes de septiembre de 2007.