Un cartel con imágenes de Janet Fison colgado en el restaurante donde cenó por última vez.

Un cartel con imágenes de Janet Fison colgado en el restaurante donde cenó por última vez. Jorge Verdú

Vega Baja

Susana lleva cuatro meses sin su amiga Janet, desaparecida en un pueblo de Alicante: "La Policía dice que es mucho tiempo"

La inglesa recuerda el misterioso caso de su compatriota Fison, de 75 años, quien se fue a caminar al río y nunca volvió.

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Jacarilla
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En el pequeño pueblo de Jacarilla (Alicante) falta una de sus poco más de 2.000 almas. Ya han pasado cuatro meses y la vida sigue igual, menos para los más cercanos a Janet Fison.

La inglesa tenía en Susana a su mejor amiga. Las jubiladas británicas vivían en el mismo bloque y disfrutaban de una vida pausada, sin prisas. Una aventura sin sobresaltos a la española, con 300 días de sol al año, buena comida y una batalla diaria entre el acento inglés y el de la profunda Vega Baja.

Por Jacarilla pasa un río, pero no pasa nada. Por eso la desaparición de la británica de 75 años sigue pesando como un gran misterio que lleva sin resolverse desde el 30 de mayo.

Cargada con las bolsas de la compra, Susana se dirige hacia su casa para preparar la comida. Pasa por delante de un restaurante con un cartel de la desaparecida.

Perdone, ¿conoce el caso de Janet Fison?

Sí, era mi amiga, somos vecinas. Vivimos en el mismo edificio, enfrente del campo de fútbol.

Janet Fison y un puente sobre el río Segura a su paso por Jacarilla.

Janet Fison y un puente sobre el río Segura a su paso por Jacarilla. Redes sociales/Jorge Verdú

Antes de retomar su camino hacia el pequeño campo municipal, cuenta cómo vivió que su compañera de tardes en la Asociación de la Tercera Edad desapareciera como si se la hubiera tragado la tierra.

La misma noche que desapareció estaba cenando con su marido en su restaurante favorito.

La última noche del matrimonio olía a ajo y a vino. Se llevaron unas patatas con alioli a casa para cenar. La mujer estaba preparándolas en la cocina cuando le comentó al marido que le dolía la cabeza.

Este la sustituyó para que descansara y, cuando sacó los platos, se había esfumado dejando la puerta abierta. Fue en dirección al río Segura, donde solía pasear junto a su marido.

"El hombre se ha quedado delgado del estrés que tiene, se va a la cama y pega vueltas a la cabeza de dónde estará ella, qué le habrá pasado, dónde está el cuerpo...", señala la mujer.

Desaparición

Susana fue la segunda persona en saber que algo iba mal. "Se fue un viernes y al día siguiente su marido vino a mi casa por la mañana. Estaba muy preocupado y con cara de no dormir y le dije que se tomara un café. Me contó lo que había pasado y llamamos a la Policía Local", afirma la inglesa.

Puesto de la Policía Local de Jacarilla.

Puesto de la Policía Local de Jacarilla. J.V.

"Cuando pasó lo que pasó vine a mi casa a ayudarle porque no sabe español y estuve tres semanas haciendo de traductora con la Guardia Civil. Llamamos a todos los hospitales por si había ido una mujer sin documentación, pero no fue nadie", añade.

Janet salió de su casa con las manos vacías. Sin móvil, pasaporte, dinero... Como señaló a este diario el dueño del restaurante donde estuvo cenando antes de desaparecer, esa noche estaba "un poco rara", pero José Luis lo achacó a las dos copas de vino que se bebió.

Una mujer que hacía running la vio caminando junto al río y, a su vuelta, se la encontró en el suelo, sobre las 20:40 horas. Le preguntó si estaba bien y Janet le dijo "good, good (bien, bien)". Esa fue la última vez que se la vio.

Su marido continúa buscándola, cada vez con salidas más esporádicas y con menos esperanza. "La Policía nos dice que ya ha pasado mucho tiempo...", apunta Susana.

La exbailarina sociable

"Últimamente no iba a la Tercera Edad, quizás porque se hizo mayor y a lo mejor no le apetecía, pero iba siempre. Ella bailaba y su marido la miraba", recuerda.

Esa era una de las cosas que no entendía de tiempo ni de geografía. Había sido así toda la vida. Janet había sido bailarina profesional y conoció a su marido hace más de 50 años en los escenarios.

Él trabajaba en montaje y viajaban juntos a todas partes, aseguró José Luis, quien ya era un amigo más de la familia.

Susana destaca que eligieron este pueblo de la Vega Baja porque, "como a mí, le gustaba todo lo típico español, la gente, la comida, era muy amable y muy sociable".

Ahora el hombre ha perdido a su compañera, pero se niega a irse de Jacarilla sin el cuerpo de Janet. Incluso ha comprado cañas de pescar con cámaras para buscar en el río.

Es más, no solo tiene que cargar con la pérdida, sino con las miradas sospechosas de algunos de sus vecinos.

"Hay gente mala, algunos dicen que se fue a Inglaterra y lo abandonó o que le hizo algo él. Ya no lo veo mucho porque qué le voy a decir", murmura Susana antes de coger las bolsas del suelo y retomar el camino a casa.