La denuncia del PPCV de que los trenes comprados por el Gobierno de Ximo Puig en la Generalitat valenciana pesan demasiado para pasar por los puentes de la línea Alicante-Dénia se ha convertido en un escándalo nacional que se suma al de los trenes que no pasan por los túneles en el Norte del país. Y eso que la Generalitat está tratando por todos los medios que no se hagan comparaciones porque según dicen, nada tiene que ver un caso con el otro. 

De entrada, ambos problemas de gestión tienen el mismo origen, que es histórico. Ambas líneas pertenecían a la misma empresa pública de trenes de vía estrecha, FEVE, hasta que a mediados de los 80 la Generalitat Valenciana asumió la línea del "trenet" como propia en virtud de las competencias delegadas.

Y en segundo lugar, el transbordo al que están obligados los viajeros que quieren llegar al extremo norte de la provincia mediante ferrocarril es un problema. No porque lo diga el PP, sino porque es este partido político el que se ha hecho eco de las denuncias de los usuarios que en 2023 necesitan 3 horas para hacer un trayecto que ya en esos años 80 duraba dos horas. ¡Y todos pensábamos que era tercermundista entonces!

Desde la Administración autonómica se insiste en que es normal comprar trenes y que no operen hasta que no estén construidos los puentes nuevos que pueden soportar su peso porque esos convoyes harán del servicio mucho más rápido y menos contaminante. Entonces, ¿por qué no dejar hasta esa fecha los trenes más antiguos y ligeros hasta que puedan circular sin necesidad de hacer transbordo?

La única razón que se me ocurre es que el Ejecutivo valenciano estaba muy interesado en hacerse la foto el pasado 16 de enero ante el malestar de una comarca con sus déficits de transporte, la Marina Alta, en la que PSPV-PSOE y Compromís tiene mucho peso político.

Es más, la necesidad de tener argumentos para los comicios del próximo 28 de mayo ante los continuos olvidos de su gestión para con los ciudadanos de una provincia que es la única que no tiene conexión ferroviaria con su aeropuerto. ¿Alguien entendería que Valencia no estuviese conectada por tranvía con una ciudad con casi la misma población a apenas 20 minutos como sucede entre Alicante y Elche? Lo dudo.

Por no hablar de los olvidos de sus compañeros del PSOE en Madrid que van a mantener una peligrosísima vía ferroviaria por el litoral pese a que cada año mueren personas cruzándola; que siguen sin implementar la Alta Velocidad entre Alicante y Valencia; que tienen las Cercanías de Alicante con Murcia en un estado deplorable; y que dejan a Alicante sin parque central mientras lo construyen en Valencia.

El Gobierno de Ximo Puig puede clamar en el desierto todo lo que quiera respecto a sus inversiones y logros pero los alicantinos llevamos años y años acarreando nuestras maletas menos de 500 metros entre la Estación de RENFE y el Tram de Luceros. No nos tiene que contar nada que no suframos.