Menos de dos horas. Eso es lo que han tardado los aficionados del Hércules en agotar las últimas 4.500 entradas de la Grada del Mundial para el partido ante el Lleida del domingo puestas a la venta este mediodía a un precio de 15 euros.

Estas localidades corresponden a la grada Preferente Alta, conocida popularmente como la Grada del Mundial, y su precio ha sido de 15 euros. Las localidades se suman a las 22.000 vendidas el lunes en apenas siete horas, lo que supone cerca de 28.000 herculanos animando al equipo.

Tan solo quedan por vender un pequeño porcentaje que la Federación Española de Fútbol obliga al Hércules a vender en las taquillas del estadio. Las entradas de la Grada del Mundial han volado desde que se pusieran a la venta en línea a las 12 horas y a antes de las 14 horas ya se había colcado el cartel de no hay billetes.

Los herculanos han respondido a pesar de que no existía promoción, con un precio único de 15 euros independientemente de la edad o de si el comprador es abonado. El lleno absoluto marca un hito histórico en el fútbol español al reunir a cerca de 30.000 personas en un partido de la cuarta categoría.

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Las personas en espera para hacerse con los últimos billetes se contaban por centenares desde antes incluso de que se activara la venta por la página web. Así, la Preferente Alta no se abría al público desde la visita del Barcelona al Rico Pérez para medirse al Intercity en la Copa del Rey, en enero de 2023. La última ocasión en que se abrió para un partido del Hércules fue en junio de 2019 en el encuentro de ida de la promoción de ascenso a Segunda ante la Ponferradina.

El club depende de sí mismo y si gana, será equipo de Primera Federación. El último ascenso del Hércules fue hace ya casi 14 años para ascender a Primera División en la temporada 2010-11.

El coliseo herculano, a pesar de que ya tiene una edad (cumplirá medio siglo de vida el próximo agosto) sólo ha sido testigo directo de la fiesta del ascenso de su equipo en dos ocasiones. Y de la última hace ya casi dos décadas…

Fue en junio de 2005, cuando el Hércules certificó con un empate ante el Alcalá (1-1) en la vuelta de la final de la fase de ascenso a Segunda la ventaja lograda una semana antes en la localidad madrileña (1-3). El gol de Nano desató la fiesta en las gradas, que se trasladó al césped cuando el árbitro señaló el final. Tras una década de oscuridad, 90 minutos separan a la centenaria entidad de comenzar el camino hacia el futbol profesional y dar una merecida alegría a su afición.