El Elche y sus aficionados despiden con honores al delantero argentino Lucas Boyé, traspasado este miércoles tras haber ofrecido un extraordinario rendimiento deportivo y económico. El atacante, además de ser el gran referente del equipo durante su última etapa en Primera División, inyecta en las arcas del club unos siete millones de euros, por lo que ha cuadruplicado su valor de mercado en tres años.

Lucas Boyé abandona el Elche tras haber disputado 100 partidos oficiales en los que ha anotado 23 goles, repartidos en siete en cada una de las tres temporadas en la máxima categoría más uno en la presente, de penalti, en Eibar, y otro en Copa del Rey.

El argentino, de 27 años, llegó al club hace tres años tras el ascenso a Primera sin hacer ruido como una apuesta personal del propietario del club, Christian Bragarnik, que le brindó al jugador la oportunidad de relanzar su carrera tras un paso gris por Europa en clubes como el Celta o el Torino, entre otros equipos.

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El delantero de San Gregorio no tardó en hacerse importante en un equipo bajo mínimos ofensivos, siendo clave con sus goles en la agónica permanencia del Elche. El rendimiento del argentino estuvo muy por delante de otros futbolistas con más nombre y mayor fama, como Emiliano Rigoni, Iván Marcone, Guido Carrillo o Pablo Piatti, entre otros.

El delantero, ya fichado por el club en propiedad tras pagar unos dos millones de euros al Torino, fue a más en su segunda temporada, en la que se convirtió en el líder del equipo superando en rendimiento a otros compatriotas que llegaron con la vitola de estrellas, como Javier Pastore o Darío Benedetto.

Sólo unos problemas en el pubis, disputó sólo 24 partidos de Liga, le impidieron mantener un excelente nivel de juego que, pese a todo, le permitió cumplir el gran sueño de ser convocado y debutar con la selección absoluta argentina.

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El pasado año, de nuevo lastrado por unos problemas físicos, el argentino volvió a liderar el ataque de un equipo en caída libre hacia Segunda.

En el mercado de invierno se especuló con su posible salida a varios clubes españoles, pero el jugador siguió en la entidad y ayudó, sobre todo tras la llegada de Sebastián Beccacece, a endulzar el descenso con un notable final de temporada, en el que anotó varios goles, entre ellos el de un histórico triunfo en San Mamés (0-1).

Con Boyé, autor del primer y último gol del Elche en Primera durante esta pasada etapa, se va el gran referente ofensivo del equipo, el mejor fichaje de los últimos años y el líder tranquilo y silencioso del vestuario.

Tres años hermosos

El argentino, que ya no se ejercitó con el equipo esta semana, se ha despedido de la afición ilicitana a través de las redes sociales, donde ha afirmado que abandona el club con la conciencia tranquila tras tres años "hermosos". Boyé asegura que en el club ilicitano ha sido "feliz" y ha podido disfrutar de su gran pasión, jugar al fútbol.

El delantero agradece el cariño "exagerado" de la afición ilicitana y reitera que no se ha "guardado nada" durante estos años. "Con muchos más errores que aciertos, seguramente, pero con la seguridad de que intenté dar siempre todo lo que tenía", explica el exjugador del Elche, ídolo de los aficionados y estandarte del club durante estas tres últimas temporadas.

Por último, el delantero agradece a los empleados del club y compañeros su trato y concluye afirmando que ha sido "un verdadero placer" defender el escudo del Elche. "Los quiero y los voy a extrañar", sentencia el jugador argentino, quien además se convierte, con cerca de ocho millones de euros, en el traspaso más caro de la historia de la entidad.

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Tras cerrar la salida cantada de su gran estrella argentina, el club ya trabaja con urgencia –sólo hay ahora un delantero en la plantilla- en la búsqueda de su relevo. Todos los caminos apuntan a Valladolid y al regreso al Martínez Valero de Sergio León, quien ya defendió con éxito hace siete temporadas la camiseta del Elche, ya que logró ser Pichichi de la categoría.