La participación de la presidenta de Confederación Valenciana de APAs y AMPAs (Covapa), Sonia Terrero, en el pleno municipal de la ciudad de Alicante ayer, se zanjó con la petición de dimisión del conseller de Educación, Vicent Marzà (Compromís). Los padres de la Comunidad le acusan de no dar la cara y de que su inacción está haciendo perder tres cursos a los alumnos, los que coinciden con la pandemia, sobre todo ante la última ola de contagios. 

"Llevamos tres años de pandemia y los niños los están perdiendo todas las oportunidades", señala Terrero respecto al retraso generalizado en la Educación generado por las erráticas políticas de la Conselleria y la desaparición del conseller, que ni siquiera se ha reunido con ellos. Tampoco con la oposición ni los sindicatos, que en repetidas ocasiones le han exigido medidas de protección, se ha reunido.

La sexta ola está haciendo estragos en las aulas y las políticas siguen siendo las mismas. Terrero se refiere, en primer lugar, a la inexistencia de un sistema on line mediante el que puedan seguir las clases los alumnos confinados. "Si dan positivo o tienen síntomas, incluido de si el origen es un catarro con los mismos síntomas de la Covid Ómicron, les mandan a casa y todo lo solucionan con deberes. ¿Dónde están los sistemas on line de los que tanto hablaba el conseller?", se pregunta la presidenta de Covapa.

La presidenta de Covapa, Sonia Terrero, en el pleno de ayer.

También, acusa al Consell de faltar a la verdad cuando asegura que se están cubriendo las plazas de los docentes que piden la baja por contagio. "No se están dotando esas plazas con suplentes y se dan casos en los que hasta pasan 15 días sin profesor. Y Marzà, en vez de dar la cara con los sindicatos, envía a Miquel Soler que es el único que está haciendo algo".

Estas palabras fueron refrendadas por el secretario técnico de Concapa (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos ), Rafael Araujo, que dio datos concretos: 1.000 clases sin presencialidad de 422 colegios; una incidencia acumulada de 5.865 por cien mil habitantes entre menores de 11 años; 3.600 docentes de baja.

El secretario técnico de Concapa, Rafael Araujo, en el pleno de Alicante.

Filtros y vacunas

Por otro lado, Covapa niega la existencia de filtros HEPA para las clases. Según su presidenta se han comprado sólo 8.000 unidades de estos filtros mientras que en la Comunidad Valenciana hay más de 47.000 aulas. Marzà anunció en noviembre junto al presidente Ximo Puig que se había hecho un protocolo de "ventalización natural" y que estos filtros eran para aulas que no pudiesen ventilarse en invierno.

El conseller dijo entonces, cuando no apretaba el frío, que las aulas "tienen que estar permanentemente ventiladas. Cuando la temperatura exterior o la meteorología no lo permita, según indican las personas expertas, hay que abrir puertas y ventanas cada 25-30 minutos durante 3-5 minutos de ventilación. Asimismo, se realizará ventilación cruzada durante 5 minutos para garantizar la máxima renovación de aire en cambios de clases y pausas para descansos durando".

Además, los padres extienden las críticas a la Conselleria de Sanidad, dirigida por la socialista Ana Barceló, a quien acusan de haber vulnerado sus derechos de intimidad, un caso que ya ha llegado a los tribunales. "Se nos ha privado de nuestro derecho de llevar a nuestros hijos a un centro de salud, como nosotros, y la realidad es que todos sabemos en los centros educativos quién se ha vacunado y quién no. Será el TSJ esta semana el que tome una decisión".

Más allá de este caso, Terrero denuncia el cambio de protocolos. Tanto para la confinación de los menores (5 días) como para la segunda vacunación entre los niños de 5 a 11 años ante la segunda dosis. Ahora hay una segunda ronda de vacunación y los padres no saben cómo actuar si su hijo ha tenido Covid antes o después de la primera vacuna.

A esto se une la inexistencia de pediatras junto a las enfermeras a la hora de vacunar a niños en los centros y que no se esté teniendo en cuenta que hay niños con patologías como alergias en el proceso. Muchos padres, afirma Terrero, tienen miedo de que si ocurre alguna reacción a la vacuna, los centros no están preparados.