Antes del mensaje de Whatsapp diciendo que "hemos llegado bien a Alicante y sus playas son preciosas" existía la postal. Y la imagen con que se vendía el destino refleja la mentalidad de la época y su sociedad, de la misma manera que habla de la transformación urbana, como la que hizo el llamado alcalde palmeretes. Así resume el Archivo Municipal de Alicante la historia de la ciudad a través de sus postales en su nueva exposición.

Santiago Linares, técnico del AMA, se encarga de repasar para EL ESPAÑOL esta muestra hecha a partir de la colección con 488 de estas fotografías que poseen. La reciente digitalización de estos fondos de diferentes donaciones particulares es la que ha permitido que se exhiba ahora en sus ventanales. "Muchas llegaron en 1990 con el quinto centenario de la ciudad", recuerda sobre la campaña de recogida que se hizo hace más de tres décadas.

Ahora, organizadas en ocho paneles, el recorrido que ofrecen estos fondos no deja de dar sorpresas sobre la ciudad. En Vistas Generales, la mirada de Linares se dirige hacia la actual calle Pérez Galdós, donde está el colegio de los franciscanos, para encontrarse en lugar de una calle con mucho tránsito un campo de olivos. O lo que se conoció como el barrio de las provincias, pegado a la falda del Castillo de Santa Bárbara.  

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"Desde el siglo XVIII se dibujaba la vista de Alicante desde el puerto con el castillo de Santa Bárbara a la derecha", indica. Una estampa que se ha ido repitiendo a lo largo de los siglos para convertirla en la fotografía oficial de la ciudad. Con ella se destaca una de las bases al crear una postal, "tienen que buscar lo más atractivo".

Una vista de la playa de la Albufereta hacia 1960 antes de su desarrollo urbanístico. AMA

Y la fachada marítima tiene muchas de esas vistas con las que sorprender a familiares o amigos al enviarlas. Ya sea con la casa Alberola, con un teatro de verano y las palmeras de la Explanada aún pequeñitas o con el club de regatas flotante que está conviviendo con el de diseño arabista.

En la sección de los edificios siguen apareciendo las curiosidades, como el comprobar que en los años sesenta y setenta el automóvil era el rey de la ciudad. Así lo atestiguan las postales de la plaza del Ayuntamiento convertida en un aparcamiento en la que incluso se ve a un guardia urbano multando y que el sentido del tráfico era el contrario al actual o la de la basílica de Santa María, también llena de coches porque se podía aparcar en su misma puerta.

Los paseos permiten ver que en 1915 los árboles están recién plantados en Canalejas y a un hombre que evita el intenso sol protegiéndose con un paraguas. O que el actual paseíto de Ramiro era antes una plaza porque no se había descubierto la muralla que se encontraba debajo, igual que en 1955 existía una Explanada antes de que las teselas la convirtieran en otro de los símbolos de la ciudad.

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La idea de modernidad también se transmite en estas imágenes. Alicante se vende como una ciudad en la que aparecen los primeros rascacielos en los años sesenta igual que en la primera década del siglo XX eso se mostraba con los tranvías que circulaban por sus principales calles. Así, en la actual Rambla Méndez Núñez se ve lo que era el paseo de la Reina con una zona central elevada, aceras muy estrechas y un tranvía circulando.

Los ventanales del Archivo Municipal de Alicante lucen la historia de la ciudad en postales.

Esa evolución también se ve en el tipo de árboles que se plantan en las calles. Si las melias han marcado las últimas décadas en la avenida de la Constitución, la llegada de las palmeras a Alfonso el sabio o la Explanada lo hicieron de la misma época. Y de eso sabía el alcalde Lorenzo Carbonell, señala el técnico. En el cargo entre 1931 y 1934, fue apodado en la prensa de la época el alcalde palmeretes por su interés en que estas representaran la imagen de la ciudad, como recogía el himno de las Hogueras de Luis Torregrosa.