Alicante

"Es uno de los días más deseados", asegura Dolores Padilla al arrancar el encuentro con los medios para avanzar parte de la programación del segundo semestre en el teatro Principal de Alicante. Después de tantas restricciones, cancelaciones y retrasos, pueden "mostrar el trabajo que hacemos en la temporada".

Volver a presentar una propuesta teatral tiene, por tanto, un sabor especial. Dejando atrás lo amargo del 2020 que, como recuerda la subdirectora, "ha sido muy complicado desde el minuto 1 que se declaró la pandemia". Y que pilló al equipo en un buen momento, asegura, "teníamos el 85% de los eventos vendidos cuando el 12 de marzo tuvimos que recoger".

Aquel marzo abrió los meses más duros de la pandemia, con el confinamiento y cierre total de espacio. Luego vino la alegría de la reapertura y el choque con la nueva normalidad. "Teníamos que pasar con aforos y restricciones de cada momento", indica, "alguno de los espectáculos ha sido aplazado dos veces". Por eso insiste en que "con el aforo del 75 % es imposible de defender".

Una cifra que aún se mantiene pese a la sustancial mejora de la situación sanitaria, según la última normativa hecha pública por la Generalitat. "El aforo lo tenemos al 75 % y vamos trabajando con el que se manda", indica. Por ello, con la venta ya en marcha desde este jueves se contará con esa limitación, que solo cambiará si mejoran las perspectivas y así lo decreta.

Cuentas pendientes

Lo que no parece que cambie es el proceso para seleccionar la nueva dirección del teatro Principal. Dolores Padilla sigue asumiendo la máxima responsabilidad y gestionando la programación desde que su anterior director, Paco Sanguino, abandonase el cargo en abril de 2019.

Dos años después, las tres partes propietarias del centro siguen sin ponerse de acuerdo para regular el proceso. Ni Banco Sabadell, ni Ayuntamiento de Alicante ni la Generalitat Valenciana han conseguido que progrese una situación que está encallada desde otoño de 2019 con los requisitos que se pedirían para celebrar un concurso abierto.

El único representante de los tres propietarios, el concejal de cultura Antonio Manresa, reconoce que "no va con la presteza que debería, y todos queremos, pero avanzamos pasito a pasito. No podemos decir que está estancado, porque no es así. Va lento, pero va".

Tampoco se han puesto de acuerdo para que los tres millones de euros que están ingresados en las cuentas desde el 28 de diciembre de 2018 se puedan invertir. Ya sea para frenar el crecimiento de la deuda o para resolver los problemas estructurales de un edificio que tiene 174 años. Y cuya última gran reforma fue hace tres décadas.

"El teatro necesita esa restauración y consolidación", admite el concejal, "estamos en ello". Respecto a por qué no se aprovechó durante el año pasado para hacer esas obras ya que se contaba con menor afluencia de público, el edil reitera que el "interés del Ayuntamiento desbloquear el tema".

Avance sorpresa

Manresa sí que ha querido destacar la gestión de Padilla durante este tiempo. "Porque una vez abierto", razona, "ha sido muy difícil mantener el nivel y lo ha seguido haciendo". De ahí que insista en "darle la enhorabuena por superar la dificultad". Todo eso, asegura, ha funcionado "y el público está volviendo de la ciudad y de fuera. Hay que seguir trabajando con el mismo ahínco para traer los mejores espectáculos".

Quien ha manifestado su sorpresa por esta presentación ha sido la Generalitat Valenciana. "Las programaciones que se diseñan", explican fuentes de la Conselleria de Cultura, "se deben presentar por junta general y esto no ha pasado". Además, añaden que se está esperando a la convocatoria de esta y el pertinente consejo de gobierno para tratar aspectos como el aumento de cuotas de cada propietario. Y, de momento, el silencio.

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