Alicante

La historia de una mujer intersexual que vivió en el Alicante de los años 70 le ha dado doble alegría a Josi Alvarado. Con La tarara ganó la primera edición del certamen teatral SGAE Ana Diosdado y acaba de recibir el de la crítica literaria valenciana. A eso suma que, entre medias, le han reconocido Las furias. Y... ¡que vivan las trágicas! y El manual de la señora de la limpieza. Textos de mujeres de acero inoxidable, como celebra.

"A veces te vienen a borbotones", cuenta al repasar este último año y medio en el que se demuestra que está empezando a cambiar aquello de que uno no es valorado en su casa. "Y lo que me gusta es trabajar en la tierra y poner un grano para que haya una verdadera profesionalización", afirma.

Repasa los problemas que rodean a las artes escénicas en Alicante y se acumulan unos encimas de otros. "No es solo la pandemia sino la inexistencia de una base, de una falta de un circuito permanente, de la falta de visión política", lamenta. Eso hace que "cuando vienen mal dadas, si no hay eso no podemos avanzar".

E insiste en ello. "Las buenas intenciones de un concejal o de un diputado están bien, pero, si no hay planificación, no se puede tirar adelante. No podemos comer de un festival que aparece y desaparece", critica. Por eso, como miembro de la Associació Valenciana d'Escriptores i Escriptors de Teatre una de sus peticiones es recordar que el sur en la Comunidad también existe.

Inversión en Alicante

"Si hay cuotas para favorecer a las mujeres, también debería de haber para los territorios alejados" del centro productivo, explica. La razón para plantearlo la encuentra en la falta de representación de quienes no están en Valencia. "¿Por qué no poner una especial atención, una política de territorialización y hacer un poco de esfuerzo para invertir en Alicante?".

El ejemplo de La tarara es significativo de ese mayor reconocimiento fuera. Premiada en noviembre de 2019 en Madrid, será ahora una compañía vasca quien la lleve a escena en enero de 2022. Primero la harán en euskera y luego la girarán en castellano. "Un autor lo que quiere es que le representen y que, cuantos más bolos se hagan, mejor", destaca, "me parece estupendo que la obra vuele lejos". Aún no se ha podido ver en su ciudad.

La que sí se ha podido ver ya es Las furias. Y están en plena preproducción de El manual de la señora de la limpieza, con la que La Sogorb estará en la cuarta residencia José Estruch. Y con ese trabajo, asegura que se les está abriendo otra historia que la mantiene entusiasmada, el teatro documental.

Voz a las invisibles

"Es un texto que da voz a un tipo de mujer invisible: las kellys, las mujeres que limpian en casas, sin estar de alta en la seguridad social, que limpian hoteles por unos salarios de miseria y en tiempo récord". Si partían de esa idea de querer hacer visible a quien no lo es, "¿por qué no las dejamos hablar a ellas? Pero de verdad. ¿Por qué no idear un tipo de actividad en que sean kellys de verdad —y no actrices haciendo de kellys— las que expliquen sus historias?".

Eso les ha dado pie de "preparar unos talleres teatrales para mujeres invisibles o periféricas, mujeres que están en los márgenes, en las afueras, no solo físicamente sino también social y económicamente". Lo que sí necesitan es un apoyo para ello. Y están buscando financiación "para poner en pie estos talleres de teatro social que, desde la perspectiva multidisciplinar de lo que se ha dado en llamar artes vivas, ponga en valor la palabra, la travesía vital y la vida de estas mujeres".
Mientras preparan este otra parte del proyecto, Alvarado ya está aprendiendo de ellas. "Hablaba con algunas mujeres y lloraba al ver esa fortaleza de esa generación de mujeres de acero inoxidable", concluye.

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