Presentación de la candidatura de María José Adsuar, ayer por la tarde.

Presentación de la candidatura de María José Adsuar, ayer por la tarde.

Alicante ciudad POLÍTICA

El PSOE de Alicante vuelve a medirse las urnas: 20 años sin ponerse de acuerdo en el candidato a la Alcaldía

María José Adsuar se presentó ayer a las primarias apelando a la militancia. Hoy lo hará Ana Barceló, ungida por la cúpula de Ximo Puig.

20 septiembre, 2022 02:04
Alicante

Los intentos de la cúpula autonómica del PSPV-PSOE por evitar las primarias y lograr candidatos de consenso en toda la Comunidad Valenciana, choca de nuevo con la realidad de la agrupación socialista alicantina. Como desde hace 20 años, el PSOE alicantino sigue dividido y al anuncio por parte de Ximo Puig de presentar a la exconsellera Ana Barceló, se ha respondido con la presentación oficial de María José Adsuar como candidata alternativa.

La precandidata -ahora tendrá buscar los avales necesarios- se presenta "para que la militancia tenga la oportunidad de poder elegir a la mejor persona que pueda representar a los y las socialistas alicantinas. Y también para que los alicantinos conozcan, mientras dura la campaña, las propuestas socialistas para mejorar esta ciudad".

Hoy hará lo propio la exconsellera, que no se podrá votar a sí misma por no ser de la agrupación alicantina, sino de la Sax, donde fue alcaldesa de 2003 a 2011. Según la convocatoria, no aceptará preguntas de los periodistas. Barceló, no obstante, cuenta con el apoyo de la "minoría mayoritaria" de la agrupación que encabeza el veterano exsenador Ángel Franco

[Sanguino, la octava víctima del PSOE de Alicante a manos de la "minoría mayoritaria" de Franco]

El anuncio de la candidatura de Adsuar no ha gustado al sector liderado por Franco, ya que considera que las primarias sólo harán perder votos a los socialistas en los comicios de mayo. "Al final se genera confrontación y el que vote a Adsuar ahora, luego no querrá votar a Barceló".

En este sentido, piden "una campaña limpia en la que se presenten proyectos de ciudad y no se ataque a los candidatos de forma gratuita. "No es la primera vez que ocurre", recuerdan.

La historia

Y es que la historia se repite una y otra vez, hasta el último episodio de la defenestración como portavoz del último candidato socialista, Francisco Sanguino, la pasada primavera. El partido elige, cuando elige; la ciudadanía vota; y Franco y los suyos terminan por imponer sus tesis.

El último candidato más o menos de consenso que presentó el PSOE fue José Antonio Pina, en 1999, unos años después de Franco se convirtiese en el hombre más poderoso del socialismo alicantino con la retirada del último alcalde una vez perdieron las elecciones, Ángel Luna.

Desde entonces, con diferentes apellidos (renovadores, sanchistas o soleristas), una parte del partido se ha posicionado siembre en contra. Razón por la cual la "minoría mayoritaria" dio la espalda a Pina y cuatro años después presentó a Blas Bernal, también con apoyo de Franco. Sus años en el Ayuntamiento supusieron una importante crisis en grupo que terminó con su destitución y la de Franco.

Tras él, en 2007 (en plena hegemonía de Zapatero), Ferraz impuso a la entonces subdelegada del Gobierno en Alicante, Etelvina Andreu, que a punto estuvo de ganar las elecciones. Franco se reservó la mayoría de los puestos en el grupo municipal y ante la huida de ésta a Madrid gracias través de Roque Moreno manejó nuevamente la agrupación.

Las de 2011 fueron las únicas elecciones locales en las que los renovadores pudieron nombrar una candidata: Elena Martín. Era la secretaria de Organización del PSPV-PSOE con Jorge Alarte como secretario general, y tenía capacidad para imponerse a Franco por primera vez. Sin embargo, se presentó el veterano Antonio Fernández Valenzuela contra ella en una primarias y contra todo pronóstico Franco apoyó a Martín.

Poco después ese apoyo, y con apenas una sola persona de su confianza en el grupo municipal, Miguel Ull, el exsenador volvió a hacerse con las riendas del partido y pudo presentar a su delfín Gabriel Echávarri en los comicios de 2015, cuando por fin ganó la izquierda.