IES Antonio Sequeros de Almoradí.
El padre de un alumno de un instituto en un pueblo de Alicante estalla: "Nuestros hijos no pueden estudiar con 31 grados"
La AMPA del IES Antonio Sequeros de Almoradí denuncia el estado defectuoso de los sistemas de refrigeración y del peligro que conlleva el calor para los alumnos.
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El calor ha sido, un año más, el gran protagonista de este verano en la provincia de Alicante.
Con temperaturas que han alcanzado valores históricos durante varios episodios de olas de calor, la vuelta al cole se avecinaba calurosa.
Y así lo ha sido, en unos días de calor extremo que bien podían parecerse a un día de agosto de vacaciones.
Si bien este calor se puede sobrellevar con aire acondicionado, en caso de no disponer de sistemas de refrigeración, la vuelta al cole se puede tornar rápidamente en una pesadilla.
Así lo han vivido los alumnos del IES Antonio Sequeros. À Punt se hacía eco este lunes de la queja de la AMPA del centro educativo, tras sufrir varios alumnos golpes de calor debido a las altas temperaturas en las aulas.
Tras una reunión entre los padres de alumnos, se ha redactado una autorización que podrán utilizar los alumnos que deseen abandonar la clase si en esta se superan los 27 grados.
En las últimas semanas, se han llegado a registrar máximas de 35 grados en algunas aulas, lo que provocó el traslado de tres alumnos a un centro hospitalario por lipotimia debido al calor.
Así lo denunciaba a À Punt Mario Murcia, uno de los padres de alumnos afectados: "Es un problema que llevamos mucho tiempo denunciando, en mayo ya le escribimos a la consellería de Educación de la Generalitat Valenciana, obteniendo como única respuesta medidas a largo plazo".
Sostiene que, si bien la situación es extrema, la dirección del centro "está haciendo todo lo posible" para subsanar el problema mientras lleguen refuerzos desde la consellería.
"En junio tuvimos un respiro con las vacaciones, esperando a que se tomasen medidas durante el verano, pero en septiembre hemos vuelto a lo mismo, nuestros hijos no pueden soportar este calor", denuncia.
Estudio y calor
Durante una ola de calor en Boston, un estudio liderado por Joe Allen, codirector del Centro para el Clima, la Salud y el Medio Ambiente Global de la Universidad de Harvard, analizó el rendimiento cognitivo de estudiantes universitarios en función de la temperatura de sus dormitorios.
Los resultados demostraron que quienes vivían sin aire acondicionado, expuestos a temperaturas promedio de 27 °C, reaccionaron un 13 % más lento en pruebas de aritmética y resolvieron un 10 % menos de preguntas correctas por minuto, en comparación con quienes contaban con aire acondicionado y ambientes controlados a 22 °C.
Estos hallazgos respaldan evidencias previas, como la investigación del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en 2006, que registró una caída de productividad laboral del 9 % cuando la temperatura de una oficina alcanza los 27 °C, partiendo del umbral óptimo de 22 °C.
Además, estudios de los economistas R. Jisung Park y Joshua Goodman, a partir de datos de pruebas estandarizadas en 58 países y 12 mil distritos escolares de Estados Unidos, verificaron que el aumento en la cantidad de días escolares calurosos reduce la tasa de aprendizaje; en escuelas sin aire acondicionado, un año escolar más cálido puede limitar el aprendizaje hasta en un 1 % anual.