Un simulacro de emergencia en la playa este verano para saber cómo actuar en una emergencia.

Un simulacro de emergencia en la playa este verano para saber cómo actuar en una emergencia.

Alicante

Los consejos de la Generalitat para sobrevivir en una catástrofe: "Un hogar preparado puede ser tu salvavidas"

La guía de recomendaciones abarca desde inundaciones a incendios forestales y olas de frío o calor con las propuestas de actuación específicas.

Más información: La Generalitat estrena un 'gemelo digital' para anticiparse a las emergencias: "Lo que falló en la dana no puede volver a fallar"

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La Generalitat publica una nueva y exhaustiva guía para saber cómo actuar ante lo peor de la naturaleza en la Comunitat Valenciana. En ella aborda qué hacer ante situaciones como catástrofes naturales de inundaciones e incendios forestales hasta fenómenos adversos como olas de calor o de frío.

Un riesgo natural, razonan, se convierte en catástrofe sin las precauciones necesarias. Y ahí enfatizan la prevención como paso fundamental. Una preparación en línea con las recomendaciones de la Unión Europea sobre el kit de emergencia.

En esa prevención destacan que es crucial informarse con regularidad consultando predicciones meteorológicas y avisos oficiales de Aemet, Protección Civil o el 112. También recomiendan activar notificaciones de emergencia y seguir redes sociales de servicios oficiales.

A partir de ahí, señalan que conocer el entorno es vital. Para ello piden que se conozcan los planes de emergencia municipales, rutas de evacuación y puntos seguros. Entre ellos, hospitales y centros de salud cercanos.

La formación es esencial, recuerdan, con simulacros y talleres para conocer las alertas y protocolos, incluidos los de la comunidad o edificio. Esta información hay que compartirla con familiares y personas vulnerables.

El lema que destacan es 'Un hogar preparado puede ser tu salvavidas'. Y para que lo sea es necesario un kit de emergencia con agua, radio a pilas, medicación, linterna, documentos, alimentos no perecederos, mapa físico, baterías externas, botiquín, silbato, dinero en efectivo y una navaja.

Más allá de este paquete, hay que proteger la vivienda reforzando puertas, ventanas y tejados. En esos trabajos incluyen limpiar desagües y canalones, organizar el exterior fijando objetos sueltos. La protección también está en desconectar electrodomésticos y elevar los que pueda. Ahí recomiendan establecer un punto de encuentro familiar seguro.

La respuesta

Durante una emergencia, la respuesta se basa en la calma y la adaptación al riesgo. Eso implica seguir solo fuentes oficiales como organismos de predicción y personal experto. Por eso piden que se evite difundir rumores y usar los servicios de emergencia de forma responsable.

Cuando el peligro está en marcha, hay que refugiarse en zonas seguras que sean accesibles, cercanas y estructuralmente sólidas, con salidas claras. Si puede ser, con agua y luz. Una vez allí, informar a familiares de la ubicación y mantener la calma.

Para inundaciones, hay que resguardar objetos de valor y documentos en lugares elevados. En ese punto piden evitar usar el coche especialmente en túneles, garajes, pasos subterráneos y si se circula, abandonar el vehículo si el agua supera los ejes de las ruedas.

Incendios y olas de calor

En caso de incendio forestal, si el fuego es pequeño y no hay peligro, hay que intentar apagarlo; de lo contrario, llame al 112. Para evitar peligro, alejarse en sentido opuesto al humo, agachado y cubriendo nariz y boca. Si se puede, mojar el exterior de su vivienda y retirar objetos inflamables.

Frente a olas de frío, evitar conducir si no es necesario. Revisar el coche, usar cadenas y llenar el depósito son tres de las bases. Y si se permanece en casa, abrigarse en capas y ventilar si usa estufas.

Con olas de calor, nunca hay que dejar niños, mayores o mascotas en un vehículo. La casa es también el lugar seguro, usando persianas y ventilación. Hay que evitar el ejercicio intenso y usar protección solar, hidratarse y vestir ropa ligera.

La recuperación

La ayuda que pueda ofrecer cada uno puede salvar vidas, pero solo si se está a salvo, remarcan. Para eso hay que mantener la calma y ofrecer apoyo físico si es necesario, siempre preguntando primero. La prioridad debe ir a colectivos vulnerables como niños o personas mayores, pero nunca poner la vida de uno mismo en riesgo.

La recuperación es una tarea de toda la ciudad. Eso significa que hay que evitar entrar en edificios dañados o zonas acordonadas. No usar agua del grifo ni electricidad sin confirmación oficial. Y extremar la precaución al desplazarse por zonas afectadas con obstáculos y cables caídos.

En la parte final de la guía, recuerdan que es normal sentir ansiedad o miedo tras una emergencia. Por eso aconsejan hablar de lo ocurrido con personas de confianza y buscar apoyo psicológico si se necesita.