Un perro en la consulta de un veterinario, en una imagen de Shutterstock.
"En riesgo la salud pública", veterinarios de Alicante alertan sobre el nuevo sistema de control de antibióticos
El Colegio de Veterinarios de Alicante pide al Ministerio de Agricultura una moratoria en la obligatoriedad del sistema Presvet.
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España ha avanzado significativamente en la reducción del uso de antibióticos en veterinaria, con una disminución del 70 % en la última década. Sin embargo, la reciente implementación del sistema PRESVET ha generado preocupación entre los profesionales del sector, quienes advierten sobre su complejidad y el aumento de la carga burocrática.
Desde el 3 de febrero hasta el 31 de marzo, el sistema ESUAVet recogerá datos sobre la dispensación y venta de antimicrobianos veterinarios, consolidando a España como un referente en la vigilancia del consumo de estos medicamentos.
No obstante, la coexistencia con PRESVET, una nueva herramienta del Ministerio de Agricultura, ha encendido las alarmas entre los veterinarios.
Piden una moratoria
Gonzalo Moreno del Val, vicepresidente del Consejo General de Colegios de la Profesión Veterinaria de España y presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante, critica la implementación de PRESVET y reclama una moratoria para evaluar su viabilidad.
Según Moreno del Val, las herramientas existentes ya garantizaban un control efectivo sin entorpecer la labor veterinaria: "Estamos absolutamente comprometidos con la lucha frente a las resistencias a los antibióticos, pero este sistema no es operativo y genera duplicidades innecesarias".
El sistema PRESVET exige que los veterinarios registren manualmente cada uso de antibióticos, detallando la dosis exacta administrada, el porcentaje del frasco empleado y el grado de cumplimiento del tratamiento por parte del propietario del animal.
En riesgo la salud
Moreno del Val denuncia que esta burocracia ralentiza la atención y no aporta mejoras prácticas: "Cada vez que utilizo un antibiótico, tengo que rellenar una serie de datos sobre el uso exacto, el porcentaje del frasco empleado y estimar el cumplimiento del tratamiento por parte del propietario del animal".
A esta problemática se suma la escasez de medicamentos autorizados en veterinaria. "No tenemos tantas opciones como en medicina humana", explica Moreno del Val, lo que obliga en algunos casos a recurrir a tratamientos fuera de la ficha técnica del medicamento.
Un ejemplo es la rickettsiosis, una enfermedad zoonótica cuyo tratamiento de elección es la doxiciclina, un fármaco común en veterinaria, pero no autorizado específicamente para esta patología. "Se pone en riesgo la salud de los animales", alerta.
Además, el sistema impone el uso de envases grandes de medicamentos, lo que deja dosis sobrantes en manos de los propietarios, incrementando el riesgo de un mal uso futuro y contraviniendo el objetivo de reducir las resistencias bacterianas.
"Si nos atenemos estrictamente a la normativa, podríamos dejar a ciertos animales sin tratar, lo que supondría un riesgo para la salud pública", advierte Moreno del Val.
Los veterinarios instan a las autoridades a replantear la normativa antes de su aplicación definitiva. "Hemos pedido una moratoria para poder estudiar su impacto y adaptar el sistema a las peculiaridades de la medicina veterinaria, especialmente en el caso de los animales de compañía", concluye Moreno del Val.
Mientras tanto, el sector sigue a la espera de una respuesta que permita equilibrar la lucha contra las resistencias bacterianas con la viabilidad del ejercicio profesional.
