
María del Carmen García, condenada por matar al violador de su hija, a su llegada a los Juzgados a la Ciudad de la Justicia de Elche. EFE
20 años de la venganza de Mari Carmen: quemó "como una antorcha" al violador de su hija en Alicante
La mujer roció de gasolina y prendió fuego al agresor cuando se cruzó con él en el pueblo alicantino de Benejúzar en 2005.
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Hace dos décadas se vivió en Alicante una venganza que dio la vuelta al país. Una madre, una hija violada y un violador. Los tres actores de una historia que se remonta a 1998 con una agresión sexual y que estalló en 2005 con un dantesco crimen.
Se dice que la venganza se sirve en plato frío. Pues bien, esta, aunque ocurrió en un restaurante, estuvo envuelta en gasolina y llamas.
El día 13 de junio de 2005, sobre las 10:30 horas, María del Carmen García estaba en el pueblo alicantino de Benejúzar como cualquier otro día, esperando el autobús sentada en un banco de la parada junto a un bar y una gasolinera.
Lo que parecía una calurosa mañana más terminó siendo un día que aún recuerdan en la pequeña localidad de menos de 6.000 habitantes de la Vega Baja por el trágico desenlace.
Mari Carmen escuchó una voz que le decía: "Buenos días, señora, ¿qué tal su hija?". Levantó la cabeza y no podía creer lo que veía. El Pincelito, como apodaban a Antonio Cosme, el violador de su hija cuando esta solo tenía 13 años, estaba a tan solo unos palmos de distancia.
Según recoge la sentencia, el agresor sexual se encontraba de permiso carcelario de la prisión de Villena, donde estaba cumpliendo una condena de nueve años de prisión por la violación de su hija Verónica Rodríguez en 1998.
La mujer reaccionó gritándole: "Maldito, maldito, eres tú". Mari Carmen comenzó a hundirse en sus pensamientos más oscuros que venía sufriendo desde el ataque a su hija a causa de un trastorno depresivo del que aún estaba siendo tratada.
Ver al hombre que había violado a su hija en la calle a tan solo unos metros de su nuevo domicilio, al que tuvieron que mudarse para alejarse de él por ser antiguos vecinos, hizo que perdiera la cordura por esta explosión emocional.
Mari Carmen no lo pensó dos veces y se dirigió a su casa para buscar una botella. Una vez encontró el recipiente de 1,5 litros, fue a la gasolinera para llenarla de gasolina.
Ataque
"Ya con la botella debajo del brazo, llena de combustible y envuelta en un papel de periódico, se dirigió al bar donde seguía Antonio Cosme tomando una consumición", recoge la sentencia.
Al verla entrar, el dueño del bar intentó frenarla, a lo que ella respondió que tan solo "iba a hablar con él". Tras darle por detrás una palmada en el hombro, le dijo: "¿Te acuerdas de mí?", contestándole aquel: "Con usted no tengo nada que hablar".
Ante esta respuesta, Mari Carmen señaló: "Pues para que no me olvides", abriendo la botella de gasolina y rociándosela por la cabeza. El Pincelito consiguió empujarla, pero ya estaba bañado en combustible y no pudo hacer nada más que observar cómo la mujer prendía una cerilla y la tiraba al suelo, provocando una gran combustión que hizo arder al hombre "como una antorcha de pies a cabeza", destaca la sentencia.
El dueño del bar y un cliente apagaron el fuego con un extintor, pero Cosme ya había sufrido quemaduras de tercer grado en el 60 % de la superficie corporal que le afectaron cara, cuello, tórax, abdomen y miembros, lo que le provocó un shock séptico, falleciendo diez días después en el hospital por parada cardiorrespiratoria.
La mujer estaba totalmente fuera de sí y, tras prenderle fuego, salió a la carrera, siendo detenida esa noche en el Puerto de Alicante totalmente desorientada. Tanto es así que no pudo declarar por la "ansiedad generalizada que presentaba".
Por esta venganza, fue condenada a ocho años y seis meses de prisión por delito de asesinato, más uno por daños a otro comensal, pena que fue rebajada a cinco años y medio por el Tribunal Supremo al aplicarle la eximente incompleta de trastorno mental transitorio.