Los bloques de pisos incendiados en València.

Los bloques de pisos incendiados en València. Google Maps

Alicante

El material del incendio de València está en terrazas de Alicante, pero "el fuego no podría extenderse"

Algunos edificios de zonas como Playa de San Juan tienen el revestimiento del siniestro de Campanar, pero en puntos localizados y no en la fachada.

28 febrero, 2024 06:06
Alicante

El trágico incendio del pasado 22 de febrero en el barrio valenciano de Campanar que ha provocado la muerte de diez personas, un centenar de mascotas y la destrucción de dos bloques de pisos, ha hecho que Alicante inicie las tareas de supervisión de los edificios más altos de la ciudad para evitar que pueda ocurrir un desastre similar.

La primera acción será revisar las 135 construcciones más elevadas por parte de un equipo técnico de bomberos. Sin embargo, el Ayuntamiento y el Colegio de Arquitectos de Alicante piden calma a la ciudadanía y que no cunda el nerviosismo. El secretario del colegio territorial alicantino, Pablo Moreno, explica que el revestimiento que sufrió el siniestro es "relativamente reciente y los edificios que tienen este tipo de material en Alicante lo tienen en zonas muy localizas".

Las tres torres históricas de la ciudad que serían más vulnerables ante un incendio (Gran Sol, Riscal y Alacant) tienen revestimiento de piedra. Aunque el material del edificio de València sí que está presente en algunas de las últimas promociones en zonas de Playa de San Juan, "son frentes de terrazas, no toda la fachada como la infraestructura siniestrada, por lo que no podría propagarse el fuego de un piso a otro", aclara.

[Los bomberos revisan los edificios más altos de Alicante para evaluar el riesgo de un incendio como el de València]

Estos edificios "son seguros", ya que han sido revisados, han pasado una licencia del consistorio y se han comprobado por los bomberos, señala el experto, quien compara el incidente en Campanar con un accidente de tren, ambos llaman mucho la atención, pero son altamente improbables.

Desde el colegio esperan a que se aclare lo sucedido y las revisiones de los especialistas antes de hacer valoraciones, porque pueden tener consecuencias sobre las familias o las promotoras que tengan viviendas con este revestimiento. El secretario advierte de los problemas derivados de entrar en un estado de psicosis, lo que "afectaría a familias y empresas que han invertido su futuro económico, no hay que devaluar los edificios por tener unos u otros materiales sin que haya pruebas".

El Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) también ha pedido "prudencia a la hora de expresar opiniones no fundamentadas" hasta conocer los resultados de las investigaciones que aclaren la composición del sistema constructivo y las causas del accidente.

Así, asegura que están atentos a las nuevas normativas para hacer todas las revisiones y garantizar la seguridad. "Hay que aprender la lección para que no vuelva a ocurrir", añade Moreno, quien sostiene que "estamos habitando edificios seguros, si sucediera regularmente, habría que resolver el problema de raíz, pero no es el caso". Incluso apunta que las calles están diseñadas para tener el máximo grado de seguridad ante catástrofes naturales, como podría ser la sacudida de un terremoto.

Moreno opina que todo lo que sean comprobaciones es positivo, y pone el foco en el mantenimiento. "Nosotros los proyectamos y reciben la licencia, pero luego entran en vida útil y deben tener un uso adecuado por los propietarios, porque muchas veces las instalaciones contra incendios no son respetadas ni mantenidas, y en caso de incendio se pueden crear problemas que se podrían haber evitado". 

Un 70 % de edificios son antiguos

El parque inmobiliario de Alicante destaca por su antigüedad, con un 70 % de las construcciones con más de 40 o 50 años, con la mayoría realizados con piedra y ladrillos, según Moreno. Más que de seguridad, la ciudad adolece de eficiencia energética, una circunstancia que se da en todo el territorio nacional.

Predominan edificios de los años 70 y 80 que pierden mucha energía. Su modernización es más necesaria que nunca por el cambio climático y las temperaturas extremas, que se combinan con una época de inestabilidad energética que afecta a los propietarios con constantes fluctuaciones y subidas en las facturas.

La actuación se está llevando a cabo con los fondos Next Generation de la Unión Europea, centrándose en el mantenimiento de las infraestructuras más viejas situadas en zonas vulnerables para que, por lo menos, "no se les escape la energía por las fachadas y las ventanas si apenas pueden pagar el gas y el agua", sentencia.