Elena Andía va vestida en esta foto con la misma ropa que llevaba el día de la entrevista

Elena Andía va vestida en esta foto con la misma ropa que llevaba el día de la entrevista

Reportajes Exclusión laboral

Discriminación en la joyería: "Eres la más preparada, pero estás demasiado gorda"

Así fue rechazada para un trabajo en una tienda de lujo de Barcelona la gemóloga Elena Andía. 

28 febrero, 2017 18:07

“Nos ha gustado mucho tu currículum. Creo que eres la persona más preparada para este puesto de todas las que se han presentado. Pero, sinceramente, estás demasiado gorda para trabajar aquí”.

Esa fue, textualmente, la respuesta que recibió la gemóloga catalan Elena Andía tras una entrevista de trabajo en la joyería F. Roca Diamants, ubicada en el Paseo de Gracia de Barcelona. Su estupefacción le impidió reaccionar también cuando el dueño de la tienda en cuestión le recomendó que bajase “por lo menos 30 kilos” y se permitió sugerirle, cual dietista, que se dedique a cenar tres yogures desnatados para adelgazar.

UNA TRAYECTORIA IMPECABLE

El joyero tenía razón al menos en una cosa: el currículum de Elena es impecable. Es una autoridad en materia de piedras preciosas. Ha llegado a ser presidenta de la Asociación de Gemólogos de la Universidad de Barcelona, facultad en la que ha impartido clases durante 9 años. Además de geóloga licenciada, tiene un Master en Geología y Exploración de Reservorios y Sedimentos, y un posgrado de especialista de diamantes. Ha publicado artículos en revistas especializadas y acredita el Título europeo de gemología, expedido por la Federation of European Education in Gemmology (FEEG). Tal vez Elena Andía sea una de las personas más preparadas de España para ocupar un puesto en una joyería especializada en diamantes, como la de Francesc Roca. Su última experiencia laboral transcurrió en la prestigiosa empresa Tous, donde trabajó un año sin problema. En febrero se desvinculó.

Elena pesaba 61 kilos cuando se casó, hace 7 años. Tras su segundo parto, sufrió unos problemas de anisedad y metabolismo que la llevaron a empezar un tratamiento que le provoca retención de líquidos. En los últimos dos años ha ganado peso y se ha colocado por encima de los 80. Sin embargo, no es obesa. Mide 1,70 y luce un aspecto pulcro y muy cuidado.

"NO BUSCABAN IMAGEN"

Hace dos semanas encontró por internet la oferta de trabajo de esta joyería de Barcelona. “Me interesaba mucho ese puesto por el género que trabajan en esa joyería. Como yo, están especializados en diamantes”, explica. Por eso postuló su candidatura. “Por eso y porque en la oferta no decían nada de la imagen. Si yo veo que hacen referencia a eso ya directamente no me presento. Sé que no estoy en mi mejor momento físico y ya entiendo que cuando piden algo así, lo que buscan es un 'figurín' y yo no encajo. No pasa nada. No me presento y ya está”, asume con resignación. Pero este no era el caso.

La joyería está ubicada en el Paseo de Gracia de Barcelona

La joyería está ubicada en el Paseo de Gracia de Barcelona

El joyero la citó para una primera entrevista que tuvo lugar hace dos semanas y transcurrió con normalidad. El martes pasado, Elena telefoneó a Francesc Roca para saber en qué estado se encontraba el proceso de selección y él se sinceró. Después de valorar su cualificado currículo, le dijo que estaba massa grassa (demasiado gorda) para trabajar allí. Que se trataba de una cuestión de imagen, porque ella tenía que ser consciente de que aquello era una joyería de Paseo de Gracia, una de las principales zonas comerciales de Barcelona, donde la imagen es muy importante.

“Yo me quedé tan estupefacta que no supe ni reaccionar”, reconoce. Pero aquello no había hecho más que empezar. El joyero se permitió darle consejos alimenticios: “Me dijo que él también estaba más gordo antes. Que tuvo un problema de corazón y se vio obligado a adelgazar, y que eso ella lo podía conseguir cenando sólo un par de yogures desnatados al día”. El encuentro finalizó con el joyero prometiendo que ya se volvería a poner en contacto con ella, pero advirtiéndole de que tal vez la contrataría durante 3 meses a prueba, con la condición de que adelgazase.

SUPERA LAS 100.000 VISUALIZACIONES

Elena no aguantó y al día siguiente publicó su nefasta experiencia en la red social Linkedn. Esto fue el miércoles pasado. A día de hoy, dicha publicación acaba de superar las 100.000 visitas y ha despertado una ola de indignación con el joyero y solidaridad con la víctima de este abuso.

“También me despreció por ser madre. Me llegó a decir que yo sólo podría hacer media jornada porque tengo dos hijas. Yo le repliqué que las dos hijas también las tenía el año pasado cuando trabajaba en la universidad, y que eso no me impedía acabar mi jornada a las 9 de la noche y llegar a mi casa a las 22:30. Pero no pareció importarle”.

Dada la repercusión de la publicación, Elena decidió volver a ponerse en contacto con el joyero, con la excusa de saber en qué estado se encontraba el proceso de selección. Transcribimos y traducimos aquí los dos minutos de conversación telefónica:

Elena: Hola, soy Elena Andía, que estuvimos hablando el otro día.

Joyero: ¿Elena Andía? ¿De dónde eres tú?

Elena: De Cardedeu.

Joyero: De Cardedeu. A ver…

Elena: Sí, la que soy alta y fuerte...[Elena repite así las palabras que utilizó el joyero en la primera entrevista para referirse a ella, antes de decirle directamente que estaba gorda]

Joyero: A ver Elena, hoy he estado pensando en ti. El problema es que tú tienes que colocar cosas en los escaparates, tienes que poner joyas, tienes que atender a los clientes. A mí, ya te lo dije el otro día: tú me gustas… pero desgraciadamente te sobran kilos. Treinta kilos o veinte o no sé cuántos.

Elena: Yo le quería preguntar que ya sé este hándicap porque me lo dijo el otro día y ya me he puesto. Quería preguntarle cuántos kilos y en cuánto tiempo, porque estoy hablando con mi dietista…

Joyero: Es que el problema no es este. Es que el problema es que tú tardarás mucho en perder estos kilos y eso será muy malo para ti. Eso no es bueno, que tú pierdas esos kilos tan inmediatamente. O sea, no es bueno eso. Eso no es bueno. Y después, te aconsejo que camines mucho, una hora cada día.

Elena: No, si caminar camino mucho cada día últimamente.

Joyero: Pero caminas… ¿qué haces?

Elena: Bueno, llevo a mis hijas al cole, saco a los perros y me estoy una hora o así.

Joyero: Sí, pero eso no es nada. Tú sacas a los perros a paso normal. Caminar a paso atlético (sic) es diferente, eh.

Elena: Bueno, yo voy con otras dos chicas que tienen perros más grandes y vamos bastante rápido porque los perros van rápido.

Joyero: Si tú haces eso y no comes por la noche, te adelgazarás más pronto. Pero claro, no tienes que comer por la noche absolutamente nada. Por la noche, tres yogures. Yo te aprecio mucho y creo que eres una chica válida, pero tú aquí no puedes venir porque cada mañana para subir a los escaparates… es que no puedes. Es que tienes que encaramarte aquí a los escaparates y…

Elena: Pero bueno, yo de forma física no me canso….

Joyero: No, de forma física… no sé. De momento a ver, tú a ver lo que vas perdiendo en 15 días y me llamas y veremos a ver si…

Elena: Vale, vale, muchas gracias.

Joyero: A ti, Elena.

Efectivamente, no se trataba de una enajenación transitoria del joyero, sino de un tipo de mobbing y discriminación por aspecto físico. El joyero se mantuvo en sus trece y volvió a poner en duda su profesionalidad y su capacidad de trabajo sólo por su aspecto físico.

Elena asegura que “al principio no sabía cómo tomármelo. Pero al final he decidido contarlo; ya no por mí, sino por el resto de personas que sufrirán discriminación por cuestiones físicas. Por una cosa de estas, una persona puede coger una depresión, o un trastorno alimenticio como una anorexia o una bulimia”.