La sociología es ciencia que juega con ventaja; te hace el diagnóstico una vez ocurridos los hechos. Bien mirado, se trata de la filosofía de los “no filósofos”, una ciencia donde, de vez en vez, brillan nombres propios. Son diamantes entre el cristal molido de nuestro pensamiento actual. Uno de ellos es César Rendueles.

La singularidad de este sociólogo reside en que va más allá del vulgar diagnóstico; busca la superación y lo consigue cambiando el rumbo de la pregunta para provocar así el movimiento dialéctico. El otro día, colgó un tuit provocador. Lejos de enredarse en hipotéticas causas sobre la derrota de una organización política -que para nada ha sido derrotada- lo que hizo Rendueles fue indicarnos el camino del verdadero interrogante; el que invita a construir respuestas sin olvidar que sólo se construye a partir de hallazgos.
Salir a buscar de qué preguntas es respuesta el resultado del PP nos arrastra a expresar que hay asuntos innegables que solo se alcanzan en democracias anémicas. Por ejemplo, y sin irnos más lejos, en una democracia como la nuestra sería posible afirmar la existencia de Dios por una mayoría de votos. Aunque nos quieran hacer creer lo contrario, todo es política, incluso la teología.

Por lo dicho, aquí en España, el fajín de Queipo del Llano, un trapo del mismo color de la sangre, fue enroscado a la cintura de una virgen andaluza. El camino del retroceso, ocurrido tras la agresión que sufrió el pueblo por parte de las fuerzas de represión directa en el año 1936, nos trajo la sordidez, las estatuas ecuestres y el tufo a cera Pascual.

Un viaje de sacrificio y fatiguitas que parte de la divinidad y que desemboca en las plazas de la esclavitud, ahí donde los herederos de aquel mismo franquismo tienen secuestrada a la democracia, convirtiendo en logros privados aquellos instrumentos públicos que sirven para conquistar la libertad y con ello la igualdad. Después del resultado favorable al PP, bien puede afirmarse que, si Dios existiera, sería español, de derechas y habría que votarle.

Por cambiar ahora el rumbo a la respuesta -y sin perder el camino del materialismo- sólo queda afirmar con el profesor César Rendueles que Podemos ha ganado. Así lleva sucediendo desde el día en que Pablo Iglesias se acercó hasta un teatro de Lavapiés para invitarnos a compartir el asalto a los cielos en forma de ficción colectiva. Eso es lo verdadero. Lo demás es mercancía.