Que ahora resulta que Mariano es el estadista que le hacía falta a la Europa descompuesta. Que ahora Rajoy es el aldabonazo último del europeísmo con respecto al meollo del brexit. Que Rajoy es guardián de las esencias del Benelux y de lo que vino después, fuese o no Europa un biombo para que Felipe hiciera de Felipe -en público y en cañerías- valiéndose de la integración continental.

Unos votos de más el domingo, y el mundo se ve de otro color en los oscuros callejones del rajoynato. A Rajoy lo volvieron a sacar al balconcillo de Génova 13, con el mismo beso soso a Elvira, con los mismos rebuznos que en Navidad: que sí, que era lo mismo de diciembre, pero diferente.

Y qué proyección mundial, qué Kennedy de Pontevedra, qué liderazgo mundial por cansino es aquí Rajoy Brey pontificando sobre la libra, sobre la Europa nueva que le viene a él. Rajoy nos arregla Europa ahora que no hay partidos de la Roja, y dormimos más tranquilos. Rajoy dice que España se opone a que la UE trame cualquier acuerdo con Escocia, y los más sesudos analistas discrepan o elogian a este gran estadista que ha pasado de pedirle votos a un porquero en campaña por Ciudad Real a defender a Europa del pirata Drake y de sus tataranietos.

Y qué más da que Rajoy sepa de inglés un poco menos que el nivel de fascículos de domingo en el kiosco de Nazario; qué más da que en los corrillos de la Unión Europea lo vengan a ningunear cariñosamente, con la ternura de quienes (los socios) sientan a un pobre a su mesa. El pobre, Rajoy en este caso, le da sol marbellí al teutón, pone cara de inopia y espera que pasen las horas en Bruselas y que lo devuelvan a Madrid.

Lo cierto es que Rajoy ha hablado por boca de España -eliminada de la Euro, ojo-, y España ha dicho que la Unión Europea va a parlamentar nastis con Escocia un nuevo estatus o referéndum. Como a Europa no llega ese arte de Fernández Díaz para luchar con los nacionalismos, Rajoy va de frente y de cara, y se pone un traje de europeísmo que le queda como a un Cristo dos pistolas. Quizá esta sea la última idea de Moragas...

Mariano Rajoy ha llevado a España a la cuota bananera de Europa, y desde ahí habla, opina, y manda sobre el sueño de Schuman o de la Thatcher. Con Rajoy nada pasa, todo prescribe: Europa, el tesorero díscolo, España...