Putin niega cualquier ciberataque ruso para influir en las pasadas elecciones de EEUU.

Putin niega cualquier ciberataque ruso para influir en las pasadas elecciones de EEUU. Reuters

Europa

Europa y sus elecciones, objetivo de la ciberguerra rusa

Holanda, Francia y Alemania serán nuevos escenarios de intervención para el ciberespionaje ruso, según los expertos.

10 enero, 2017 01:34

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Ataques informáticos del ciberespionaje ruso como los vividos en Estados Unidos durante la campaña electoral en la que se impuso Donald Trump podrían repetirse en Europa. Este año, se celebran comicios clave en los Países Bajos, Francia y Alemania. Los primeros en votar serán los holandeses, con elecciones generales el 15 de marzo; en suelo galo se celebrarán las dos vueltas de las presidenciales respectivamente el 23 de abril y el 7 de mayo; y el país de la canciller Angela Merkel celebra sus elecciones generales el próximo otoño. 

En la comunidad de expertos no hay dudas de que esos procesos electorales están en el punto de mira de piratas rusos del ciberespacio. “Está muy claro que el ciberspionaje ruso está siendo muy activo en Europa”, dice desde Londres a EL ESPAÑOL, Stefan Soesanto, experto en ciberseguridad del think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas inglesas). “Europa es el principal objetivo ruso, no lo son tanto Estados Unidos”, valora Soesanto.

De acuerdo con los servicios de inteligencia estadounidenses, Rusia influyó en la victoria de Trump utilizando medios cibernéticos. A través del pirateo de los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata – la directiva del Partido Demócrata – se abrió en plena campaña electoral un frente para desprestigiar a la aspirante demócrata a la jefatura del Estado, Hillary Clinton, y a su equipo.

Que algo así pueda repetirse en unas de las próximas grandes citas electorales europeas no sorprendería a Soesanto. Para Rusia, “Europa es un objetivo más interesante, política, económica e ideológicamente”, dice el investigador del ECFR. Es más, a su entender las potencias europeas parecen desprotegidas. “Alemania tiene una estructura federal, lo que implica que para defenderse hay que coordinar el Gobierno central con el de los estados federados, aquí multiplicidad de actores que resulta problemática”, comenta, aludiendo a un sistema que se presta a tener fallas en la comunicación de los servicios de seguridad. “Dudo que esto se pueda corregir”, agrega.

En Francia, responsables de seguridad del Partido Socialista galo, ha dicho hace unos días al portal de Internet Politico que en su país “existe mucha preocupación” habida cuenta del ciberataque sufrido por el Partido Demócrata en Estados Unidos. Sin embargo, según Soesanto, este tipo de preocupaciones no van más allá de las fronteras de los países en los que operan los políticos.

“En Europa no nos damos cuenta de aquello a lo que nos enfrentamos en términos de interacción con Rusia porque tenemos un debate fragmentado”, comenta este experto. “Los franceses debaten en su país, en base a su constitución, y los alemanes igual, debaten dentro de su marco constitucional”, subraya.

A Olaf Boehnke, experto en cuestiones de política exterior y ciberseguridad afincado en Berlín, tampoco le causaría sorpresa. Para él, los principales beneficiados de operaciones así serían el Partido de la Libertad (PVV) de los Países Bajos que lidera Geert Wilders y Alternativa para Alemania (AfD), dos formaciones populistas que se caracterizan por sus filias con el presidente ruso Vladimir Putin. El caso francés es especial, porque a pesar de la buena relación con Putin que le gustaría desarrollar a la lideresa del no menos populista Frente Nacional, Marine Le Pen, el candidato conservador galo François Fillon ya figura entre los políticos occidentales que mejor relación tiene con el inquilino del Kremlin.

En Alemania, Boehnke nota la clase política, en general, “algo nerviosa". “Saben que un ataque cibernético va a llegar; es como el atentado del pasado mes de diciembre: todo el mundo sabía que iba a ocurrir, pero nadie sabe cómo ocurriría ni dónde”, afirma a EL ESPAÑOL este analista asociado al Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP, por sus siglas alemanas).

Así, el socialdemócrata alemán Martin Schultz, presidente saliente del Parlamento Europeo –que a finales de 2016 dijo que este año volvería a la política alemana– ha señalado que resultan “preocupantes” las acusaciones vertidas sobre el ciberespionaje ruso. Thomas Oppermann, portavoz parlamentario del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación con la que gobierna en gran coalición la Unión Cristiano Demócrata (CDU) que lidera Merkel, ha calificado en declaraciones al Süddeutsche Zeitung que una influencia de Rusia sobre la campaña electoral germana supondría “un gran desafío”.

PRECEDENTES EN EUROPA

Responsables de la Oficina Federal de la Seguridad de las Tecnologías de la información (BSI, por sus siglas alemanas), reconocen a EL ESPAÑOL que la preocupación manifestada por Schulz y Oppermann “está justificada”. “La mera existencia de la era de la digitalización permite que exista la posibilidad de la cibercriminalidad”, subrayan en la BSI, institución que se ocupa, entre otras cosas, de velar por la seguridad de las redes de comunicación del Ejecutivo germano.

El pasado fin de semana sin ir más lejos, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución –encargada de la seguridad interior–, informaba de un ciberataque de probable procedencia rusa contra un ordenador de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El ataque contra esa institución, en la que Alemania confía para normalizar sus relaciones con Rusia, tuvo lugar en diciembre.

Por su parte, el Servicio Federal de Inteligencia germano (BND, por su siglas alemanas) ha reprochado a Rusia la intrusión en la red de información del Parlamento alemán, que permitió hace dos años que se hicieran públicos 2.400 documentos secretos de la Comisión de Investigación sobre la implicación de los servicios secretos germanos en el espionaje masivo Agencia Nacional de Seguridad (NSA).

CIBERATAQUES, UNA REALIDAD EN EUROPA

En Europa, los ciberataques rusos son una realidad que no afectan únicamente a Alemania. Que en los votantes de los Países Bajos rechazaran por la vía de un referéndum el pasado mes de abril que la UE estrechara sus vínculos con Ucrania es otro fenómeno donde los expertos ven la influencia del ciberespionaje ruso.

En Francia también ha habido víctimas. En 2015, la cadena de televisión TV5 sufrió un ataque atribuido a piratas informáticos rusos. La cadena se quedó entonces varias horas sin señal. El ataque también afectó a su página de internet y a sus cuentas en las redes sociales.

Algo así invita a pensar que también sea posible una intervención cibernética en el marco de la elección presidencial, especialmente, cuando en Francia algo más de un millón de personas están llamadas a depositar su voto por vía electrónica. “Una manipulación de los resultados que pudieran ofrecer esas máquinas es algo que se puede hacer”, apunta Soesanto, el experto del ECFR.

Sin embargo, para él y el resto de analistas consultados, es más probable que se produzcan en las elecciones de este año operaciones de propaganda con información falsa distribuida a través de las redes sociales.

UN DEBATE FRAGMENTADO EN EUROPA

Sebastian Pietrasanta, responsable de seguridad del Partido Socialista francés, decía hace unos días a la publicación europea Politico que en su país “existe mucha preocupación” habida cuenta del ciberataque sufrido por el Partido Demócrata en Estados Unidos. Sin embargo, según Soesanto, este tipo de preocupaciones no van más allá de las fronteras de los países en los que operan los políticos.

“En Europa no nos damos cuenta de aquello a lo que nos enfrentamos en términos de interacción con Rusia porque tenemos un debate fragmentado”, comenta este experto. “Los franceses debaten en su país, en base a su constitución, y los alemanes igual, debaten dentro de su marco constitucional”, mantiene. Las amenazas del ciberespacio, sin embargo, no entienden de fronteras.