El expresidente de la Generalitat y cabeza de lista de Junts, Carles Puigdemont, en su mitin de cierre de campaña.

El expresidente de la Generalitat y cabeza de lista de Junts, Carles Puigdemont, en su mitin de cierre de campaña. Efe

Política ELECCIONES CATALANAS

Las 10 claves de las catalanas: riesgo de bloqueo con el Gobierno de Sánchez en el aire

Dudas sobre los apoyos al PSC y la caída del bloque independentista y el PP se conforma con ser cuatro y reducir a Vox.

11 mayo, 2024 02:47

Pocas veces unas elecciones en una Comunidad Autónoma tienen tanta repercusión en la política española y el futuro de todo el país como las elecciones catalanas de este domingo.

Este 12-M está en juego si hay mayoría independentista en Cataluña, se mide la política de Pedro Sánchez con su ley de amnistía y se ponen sobre el tablero las opciones del presidente del Gobierno para mantener el apoyo necesario en el Congreso de Junts y ERC para poder prolongar la legislatura.

De forma colateral, se mide si el PP es capaz de arrinconar a Vox para tener opciones de llegar a la Moncloa en el futuro y también se juega de juego su futuro Yolanda Díaz, líder de Sumar, en vísperas de las elecciones europeas de junio.

A priori, los vetos cruzados en vísperas de las elecciones muestran un riesgo cierto de bloqueo, sin descartar la posibilidad de repetición electoral en Cataluña. Estas son las 10 claves de las elecciones y de sus resultados:

1. Illa y el riesgo de ser el favorito.

Todas las encuestas muestran que la lista del PSC que encabeza Salvador Illa ganará las elecciones catalanas. Incluso, algunos de esos sondeos le atribuyen resultados por encima de los 40 escaños, lo que sería una victoria holgada sobre los partidos independentistas.

Illa ya ganó en votos en 2021, aunque empató en escaños con ERC y no pudo construir una mayoría suficiente para gobernar.

Ahora, el líder del PSC y exministro de Sanidad concurre con el peso de tener que revalidar la política de Pedro Sánchez respecto a Cataluña y, al tiempo, con el empuje de tener el apoyo del Gobierno central.

De hecho, está por ver si tienen algún efecto los cinco días de retiro y reflexión del presidente del Gobierno.

Illa acude a las urnas subido a esa ola y a la del resultado del PSC en las pasadas generales, cuando los socialistas superaron el 34% de los votos, muy por encima de la suma de los dos partidos independentistas. Lo logró empujado por la llamada al voto útil de Sánchez, frente a "la derecha y la extrema derecha" que, durante la campaña, alertó del conflicto que se iniciaría en Cataluña si gobernaban PP y Vox en España.

El PSC ha hecho una campaña muy transversal, apelando al nacionalismo moderado harto del procés independentista y, al tiempo, buscando el voto más españolista. Por ejemplo, en su campaña ha utilizado en sus actos el castellano mucho más que en otras campañas.

Su riesgo es que ante la seguridad de un triunfo del PSC, sus electores terminen por desmovilizarse y, por contra, que el electorado independentista se movilice para evitar la victoria de Illa y que, además, agrupen el voto en torno a Junts.

2. Las difíciles sumas y el riesgo de bloqueo.

El gran problema para el líder del PSC será lograr una mayoría para la investidura. Necesitará, muy probablemente, que Junts o ERC rectifiquen su posición y acepten apoyarle para convertirse en el tercer presidente socialista de la Generalitat, tras Pasqual Maragall y José Montilla.

Los dos partidos independentistas han mostrado en campaña sus recelos hacia el PSC, entre otras cosas, por haber apoyado en 2017 la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

En todo caso, en su programa de máximos se mantiene la reivindicación del referéndum de autodeterminación y la aprobación de un modelo de financiación para Cataluña muy similar al del País Vasco y Navarra.

Los socialistas temen que ambas cuestiones estén sobre la mesa en la negociación de una eventual investidura. Por eso, Sánchez quiere que esas conversaciones no se desarrollen antes de las elecciones europeas del 9 de junio.

Para Illa, lo ideal sería lograr un Gobierno en minoría con acuerdos puntuales y transversales y en una nueva geometría variable, pero para eso necesita en todo caso que los independentistas permitan su investidura.

Otra opción sería la del tripartito de PSC, ERC y Comunes. La contraindicación sería la del desgaste de ese acuerdo para el partido de Oriol Junqueras y que, además, esta opción pondría muy difícil a Junts la posibilidad de seguir apoyando a Sánchez en el Congreso.

Si el acuerdo fuera entre PSC y Junts el precio sería alto, con opciones a que Puigdemont exija ser "repuesto" como president como condición para mantener el apoyo a Sánchez.

La sombra del bloqueo y la repetición electoral se ciernen sobre Cataluña.

3. La mayoría del bloque independentista, en riesgo.

Según las encuestas, hay muchas opciones de que, por primera vez en muchos años, los partidos independentistas (Junts, ERC y CUP) no sumen los 68 parlamentarios necesarios para tener mayoría absoluta y, por tanto, poder gobernar la Generalitat.

Proyectando datos de las encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), la previsión está en los 62 escaños, lejos aún de esa mayoría absoluta.

Estos partidos tendrán que decidir si apoyan la investidura de Illa y, en segundo término, si eso afectaría a la legislatura en España. Es decir, si ese apoyo es compatible con que luego ERC y Junts puedan apoyar a Sánchez, empezando por los Presupuestos Generales del Estado para 2025, que empezarán a tramitarse desde octubre.

Hay otra opción: que Aliança Catalana, el partido ultraderechista e independentista, tenga representación y pueda unir sus votos en una investidura de un presidente soberanista, por ejemplo Puigdemont.

Para eso sería necesario unir votos de este partido con ERC y con la CUP, lo que parece complicado.

4. Del 'efecto Puigdemont' a su retiro de la política.

El expresident de la Generalitat Carles Puigdemont se presenta por tercera vez consecutiva. En 2017, bajo la aplicación del artículo 155 de la Constitución, fue superado por Ciudadanos, y en 2021 fue tercero, detrás de PSC y ERC.

Esta vez se presenta muy cerca de ser afectado por la ley de amnistía, que tramita el Parlamento y que estará en vigor en las próximas semanas. Además, ha anunciado que si no logra volver a ser president dejará la política y espera que ese efecto le dé un buen resultado en las urnas.

Por el momento, ha logrado con todo ello protagonizar en gran medida la campaña electoral, en la que participa desde el sur de Francia.

Si se va, Moncloa prevé que se produzca un terremoto interno entre Junts y su entorno, con debate entre los independentistas más radicales y los más moderados que prefieran volver a la senda del diálogo y el acuerdo con el Gobierno central, en la línea de lo que fue Convergència en su momento.

Las dos dudas son si Puigdemont pactará con Illa y si, en todo caso, mantendrá el apoyo a Sánchez en el Congreso.

Su baza es conseguir agrupar en Junts el voto de rechazo al PSC y a la segura victoria de Illa que muestran las encuestas.

5. El desgaste de ERC.

La candidatura de Pere Aragonès ha ido de más a menos en la campaña, con dificultades para hacerse sitio en la agenda política y lastrado por el desgaste de la gestión el frente de la Generalitat con un Gobierno en clara minoría.

Junts concentra el voto útil del independentismo y el PSC aspira a llevarse el de la izquierda que fue soberanista, pero que está harta del procés y sus secuelas.

Las encuestas le sitúan tercero, detrás del PSC y de Junts. Tendrá que decidir también si apoya a Illa o, incluso, si forma una coalición con los socialistas. Y, posteriormente, si mantiene la política de acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Es previsible un profundo debate interno entre el alma más izquierdista y el alma más identitaria. Sobre todo si queda más cerca de los 20 escaños que de los 30, como indican algunas encuestas.

6. La legislatura de Sánchez y la amnistía.

De las cuatro elecciones de 2024 -gallegas, vascas, catalanas y europeas-, las de este domingo son las que tendrán más repercusión en la gobernabilidad en España, porque afectan a dos partidos -ERC y Junts- que forman parte del bloque de investidura.

Además, el domingo se mide la eficacia de una de las políticas principales de Pedro Sánchez, la que tiene que ver con la reconciliación, el diálogo y la amnistía.

Pedro Sánchez, ataviado con una camiseta del candidato socialista, Salvador Illa, en el mitin de cierre de campaña del PSC, en Barcelona.

Pedro Sánchez, ataviado con una camiseta del candidato socialista, Salvador Illa, en el mitin de cierre de campaña del PSC, en Barcelona. EP

Será un éxito para el presidente del Gobierno si puede gobernar el localista Illa y si el independentismo se debilita hasta el extremo de no poder formar mayorías para una investidura, por primera vez en la historia. El líder socialista tendría un relato redondo sobre su gestión.

Los socialistas catalanes explican que, para su sorpresa, no han tenido que usar los argumentarios preparados para defender la ley de amnistía, entre otras cosas, porque ese asunto no ha estado casi en la campaña. 

Si hubiera bloqueo y repetición electoral en Cataluña, Sánchez ganaría tiempo para avanzar en la legislatura, aunque con dificultades para sacar adelante los Presupuestos de 2025 a partir de octubre.

7. El PP, irrelevante en Cataluña, compite con Vox.

Todo parece indicar que, pase lo que pase, el PP seguirá teniendo un papel irrelevante en la gobernabilidad de Cataluña, aunque con seguridad subirá porque en 2021 tuvo un resultado desastroso, con sólo tres escaños.

El PP aspira a superar lo más posible a Vox, dentro de la estrategia global de ir reduciendo en lo posible al partido de Santiago Abascal, convencido de que la presencia de esta formación es justo lo que les impidió gobernar en España tras las generales de julio de 2023.

A los populares les suelen salir mal las campañas y esta no es una excepción. Empezando por la designación de Alejandro Fernández por parte de Alberto Núñez Feijóo como candidato, tras hacer evidentes sus dudas sobre el candidato y contar que pretendía cambiar el PP de Cataluña.

Luego ha evitado hablar de amnistía, de tal formar que se hablará de esa ley más en Murcia que en Cataluña. Y con un giro final para asumir el discurso de la extrema derecha sobre la migración, en busca de los votos de Vox.

La duda es, de nuevo, si Feijóo puede en el futuro gobernar España con porcentajes inferiores al 10% en comunidades como Cataluña o País Vasco.

8. Nueva reválida para Sumar y sus socios.

De nuevo, Sumar se juega su futuro. Esta vez, a través de sus socios de En Común, los mismos que bloquearon la aprobación de los Presupuestos catalanes y, de carambola, provocaron la convocatoria de estas elecciones anticipadas en Cataluña y la renuncia a los Presupuestos Generales del Estado para 2024.

Los de Yolanda Díaz fracasaron en Galicia, lograron un solo diputado por los pelos en el País Vasco y ahora tienen una expectativa pésima. Es probable que bajen y que, además, sean irrelevantes para la gobernabilidad de Cataluña. Y tienen en el horizonte unas muy difíciles elecciones europeas.

En los últimos meses han intentado entrar en la agenda política con asuntos como Palestina o la tauromaquia.

Uno de sus problemas es que la candidatura de Jessica Albiach está atrapada entre el voto útil de la izquierda al PSC y el voto al independentista. Juegan en terrenos de nadie en plena polarización.

9. La novedad de los ultras, xenófobos e independentistas.

Una de las novedades puede ser la entrada en el Parlament de Aliança Catalana, la lista abiertamente ultraderechista y xenófoba que encabeza Sílvia Orriols i Serra.

Su tesis es que hay una especie de invasión islámica en Cataluña que acabará con la lengua y con la identidad de la Comunidad. El partido nació en Ripoll (Girona), justamente de donde partieron los autores de los atentados de las Ramblas de Barcelona en 2017.

Las encuestas le otorgan representación en el Parlament. Pueden tener asegurado un escaño en Girona y pueden llegar a tres más en Barcelona si superan la barrera del 3%. Es decir, estarían entre uno y cuatro si superan ese porcentaje en Barcelona.

Se desconoce a quién apoyaría en una eventual investidura, aunque Orriols asegura que Puigdemont podría merecer "otra oportunidad".

10. En busca del voto desaparecido de Cs.

En 2017, la candidatura de Ciudadanos, encabezada por Inés Arrimadas, logró un impresionante resultado con 36 escaños, por encima de los dos partidos independentistas y doblando el resultado del PSC.

Era un momento especial, porque las elecciones se convocaron bajo la aplicación artículo 155 de la Constitución y a sólo dos meses del procés independentista. Arrimadas logró agrupar todo el voto contrario a la aventura soberanista, con una transversalidad que incluyó derecha e izquierda.

Ciudadanos no aprovechó ese resultado e inició un proceso de caída en Cataluña, que terminará ahora con su desaparición del Parlament.

Seis años y medio después, hay dudas sobre si ese voto antisoberanista y flotante existe aún.

En 2021, ese voto fue al PSC y también a Vox, y ahora se lo disputan los socialistas y el Partido Popular.

Por eso, el PP ha hecho gestos a ese electorado y el PSC ha buscado una campaña muy transversal en la que, por ejemplo, se ha hablado en castellano en sus actos más que en ninguna otra campaña. Illa, de hecho, se jacta siempre de liderar la lista más transversal.