El productor francés Alain Sarde en una imagen de archivo. Foto: MUBI

El productor francés Alain Sarde en una imagen de archivo. Foto: MUBI

Cine

La denuncia de 9 mujeres contra el productor Alain Sarde por abusos sexuales marca el inicio de Cannes

Según un reportaje de la revista 'Elle', los hechos habrían ocurrido en los años 80 y 90 cuando algunas de las víctimas eran menores de edad.

14 mayo, 2024 13:32

Nuevas acusaciones de abusos sexuales salpican una vez más al mundo del cine. En este caso, en vísperas del Festival de Cannes, que comienza hoy, la revista Elle ha publicado en exclusiva los testimonios de nueve mujeres que acusan, la mayoría de manera anónima, a Alain Sarde, un importante productor de cine francés, de haberlas violado o agredido sexualmente cuando eran jóvenes actrices o aspirantes a serlo, siendo en algunos casos menores de edad.

Ninguno de los hechos que se cuentan en el reportaje de la revista francesa fue denunciado ante la policía. "Veinte años antes del #MeToo, nadie acudió a una comisaría para denunciar el comportamiento de un todopoderoso productor. Pero, en los últimos meses, las lenguas se han ido soltando".

Sarde fue "uno de los reyes del festival de Cannes durante treinta años", afirma el reportaje. Ha trabajado con directores como Jean-Luc Godard, Roman Polanski, Bertrand Tavernier o David Lynch y, de los dos centenares de películas que ha producido, cincuenta han participado en la competición oficial del festival de cine más importante del mundo. Una de ellas, El pianista, de Polanski, se hizo con la Palma de Oro en 2002.

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Sarde tuvo incluso una retrospectiva en la Cinemateca francesa en 2009, algo reservado solo para leyendas del séptimo arte, antes de ir retirándose progresivamente del mundo del cine en la siguiente década.

El reportaje de Elle se abre con una acusación de proxenetismo. Según la actriz Annelise Hesme, en 2001, cuando ella tenía 24 años, Sarde le ofreció ir como chica de compañía a una cena con actores, directores y distribuidores, y dejó caer que podría ganar aún más dinero por la noche si alguno de los invitados le gustaba.

Según el testimonio de la actriz, al rechazar la oferta el productor la insultó y, cuando llamó a su agente llorando, este le recomendó que no pusiera ninguna denuncia si no quería tirar su incipiente carrera en el mundo del cine por la borda.

Otra actriz, que aparece con el nombre ficticio de Elsa, asegura que en 1985, cuando ella tenía 15 años y él 33, Sarde la invitó a su casa, donde supuestamente le ofrecería un papel para una película del director Robin Davis. Según su testimonio, después de recibirla con la mayor amabilidad y ofrecerle bombones, con el pretexto de enseñarle el apartamento la llevó a una habitación donde presuntamente la violó. "Me empujó la cama y saltó sobre mí", declara la actriz. "¡Fue bestial! Todavía siento la presión de su cuerpo sobre el mío. Me sujetó y me violó".

Lo mismo denuncia otra actriz anónima que también habría sido violada en 1985 con solo 15 años de edad. "Me explicó que si quería irrumpir en el cine tenía que ser amable con él. [...] Me quedé paralizada por el miedo, aprovechó para violarme brutalmente por detrás. Me sentí culpable, como si fuera yo quien se había arrojado a la guarida del lobo".

Según relata la actriz que responde al nombre en clave de Elsa, al terminar él se puso un albornoz y unas zapatillas y le dio a entender que debía marcharse. "Parecía muy cómodo con lo que acababa de suceder", recuerda. Más tarde escucharía a otras mujeres del mundo del cine decir: "¡Si te da chocolates, lárgate!", lo cual hace pensar que el modus operandi de Sarde era conocido dentro del mundillo.

De hecho, otra actriz que tampoco revela su nombre cuenta una experiencia similar en 1987, cuando tenía 21 años. En este caso, el supuesto papel era para una película de Godard. A ella también le ofreció un bombón y se abalanzó sobre ella, pero consiguió escapar hacia la puerta mientras él la llamaba "puta". Y de nuevo, al contárselo a su agente, este le restó importancia: "Ah, sí... Mira, son así", refiriéndose a los hombres poderosos de la industria.

Otra mujer, de nombre en clave Valérie, tenía 21 años cuando conoció a Sarde y trabajaba como modelo, pero su verdadera vocación era ser guionista de cine. Entre 1989 y 1990 se reunió varias veces con él para trabajar juntos en una idea para un guion, pero acabó practicándole sexo oral forzadamente. Después de aquello nunca más se supo de su guion y ella abandonó sus pretensiones de dedicarse al cine.

Por su parte, Laurence Côte, que ganó en 1997 el César a la actriz más prometedora, no teme dar su nombre verdadero en el reportaje. Su caso no fue tan extremo. Después de interpretar el papel principal en Les voleurs, de André Téchiné, que Sarde había producido y que incluía una escena de sexo bastante explícita, este se encaprichó de ella. En uno de sus encuentros le propuso un papel y, según el reportaje, "le sugirió que fuera más allá". Ella puso como excusa que ya salía con alguien y él "inmediatamente se dio la vuelta". "Me escapé siendo muy educada, pero tenía miedo de haberlo molestado". Nunca la llamaron para el papel que supuestamente le quería ofrecer Sarde.

Así, hasta nueve mujeres acusan al productor de violaciones o situaciones de acoso sexual. En 1997, según informa Elle, Sarde se vio afectado por un escándalo sexual y más tarde se vio implicado en un caso de proxenetismo de lujo que implicaba principalmente al fotógrafo Jean-Pierre Bourgeois, pero durante la investigación, dos mujeres acusaron a Sarde de haberlas violado, y este fue condenado, pero una oleada de cartas de apoyo al productor por parte de la élite del cine francés y un cambio de juez al frente del caso propiciaron que Sarde fuera exonerado.

Según Emmanuelle Hauser-Phelizon, abogada de una de aquellas denunciantes, el resultado de aquel caso demuestra "la impotencia judicial cuando los medios dominantes, la comunidad profesional, los políticos y las instituciones financieras no quieren que un caso salga adelante. Probablemente las cosas no sucederían de la misma manera hoy".

La abogada de Alain Sarde, Jacqueline Laffont, afirma que "está indignado y devastado por estas acusaciones, todas falsas", y que "nunca ha utilizado la más mínima violencia o coacción en sus relaciones con mujeres cuyo consentimiento siempre le ha sido imprescindible".

En paralelo a las acusaciones contra Sarde, aprovechando el arranque de Cannes, más de 150 personalidades piden en un artículo en Le Monde la creación de una "ley integral" contra las violencias sexuales. Entre las firmantes figuran mujeres no solo del cine —como Juliette Binoche y Anna Mouglalis, impulsora de la campaña del #MeToo del cine francés—, también de la literatura —como Christine Angot, Vanessa Springora y Leïla Slimani— y de otros ámbitos como el teatro, la política, los deportes y los medios de comunicación.