Cuando llegan las olas de calor, como las que están asolando a España este verano, al igual que en los días más fríos del invierno, comienzan las peleas por el mando del aire acondicionado. Más frío, más caliente, a 26º C… El debate se sirve solo. Normalmente, suele salir vencedor el argumento del que paga la factura de la luz. Al menos es lo que sucede en el hogar, porque en la oficina prevalece la de aquel que se parezca más a un hombre de mediana edad, 70 kilos de peso y vestido con traje y corbata. En cualquier caso, lo que se prefiere no es siempre lo mejor o más beneficioso para la salud o el entorno.
La temperatura idónea, tanto para no llevarnos un susto al consultar la factura de la electricidad como para no pillar un resfriado, ni que sea un riesgo para nuestra salud y la de los que nos rodean, ronda los 25º C. As lo revelan varios estudios. Y de hecho, la misma Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda mantenerla entre 24º C y 26º C.
“Es la más adecuada para combatir el calor, sin que repercuta en exceso en la factura de la luz”, explica en una de sus páginas informativas. Y, si lo que se quiere es sentir una sensación de frescor a toda costa, “conseguir 5º C por debajo de la temperatura exterior es suficiente”.
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Y, por su parte, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU recomienda que se pongan los aparatos de aire acondicionado a 25,5 en verano para ahorrar al máximo en las facturas. Estas son las recomendaciones de varias autoridades, pero lo cierto es que la temperatura ideal dependerá de la ubicación geográfica, la estación del año, los niveles de confort aceptables —que son subjetivos— y el coste de la energía en su zona.
¿Qué dicen los estudios?
Normalmente, es más creíble el resultado de una exhaustiva investigación, que las recomendaciones de una autoridad política u organización de consumidores. Pero los científicos no han podido decir cuál es la temperatura en la que mejor nos sentiremos. Al fin y al cabo la sensación térmica es algo muy subjetivo. Pero sí han sugerido un intervalo.
Un estudio realizado por la Universidad de Georgia en Athens en el verano de 2014 reveló que las personas se sentían más a gusto con temperaturas interiores entre 22º C y 25º C. "Si una persona estuviera en su casa y fuera a estar allí todo el tiempo, quizá podría subir a 24,5º C o 25º C. más o menos”, afirmó Thomas Lawrence, profesor emérito de Práctica de la Universidad de Georgia y coautor del artículo revisado por expertos. Los resultados del estudio sugieren que "a la mayoría de la gente le parecerá bien".
Entre 24 ºC y 25 ºC debería estar la temperatura ambiente en una habitación para no incomodar a los más frioleros. Pero conviene advertir que cada casa tiene su tamaño, su número determinado de dispositivos de ventilación y sus rincones por donde se cuela el calor. Así que habrá que ajustar el aire acondicionado para conseguir el nivel óptimo. Para algunos es suficiente con ponerlo a 23 ºC, y otros lo tendrán que poner el aire más bajo.
La temperatura más saludable
"Es aconsejable mantener la temperatura del aire acondicionado entre 24 y 25 grados centígrados, ya que se considera la más óptima para unas funciones corporales saludables", expresó el doctor Rajat Agarwal, director adjunto de Medicina de Cuidados Críticos del Instituto del Corazón Fortis EscortsEn declaraciones a Indian Express.
Agarwal afirmó a India Express que "los termostatos de aire acondicionado ajustados a temperaturas demasiado bajas en comparación con nuestra temperatura corporal pueden provocar daños en la piel debido a la baja humedad en el interior de las habitaciones".
Además, según el doctor, se pueden dar otras situaciones poco alentadoras, como "la obstaculización de la regulación térmica de nuestro cuerpo" y la "propagación de gérmenes y virus en el aire frío y seco". Las temperaturas extremas pueden incluso desencadenar episodios de asma o migrañas, añadió a Indian Express.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que, en el día a día, una temperatura que se sitúe en el intervalo entre 18-24 ºC evita que los adultos estén expuestos a riesgos para la salud, contando en todo caso con ropa adecuada, humedad y otros factores. En estos parámetros térmicos, una persona normal debería estar bien. Respirar un aire frío tiene sus riesgos: inflama los pulmones e inhibe la circulación, lo que aumenta el riesgo de afecciones respiratorias.
En personas mayores y niños, las temperaturas recomendadas difieren de las que los adultos. El primer grupo etario, según un estudio, se mostró vulnerable al pasar 45 minutos en una cámara frigorífica: la mayoría de sus grupos musculares se debilitaron. A la luz de este resultado, se estableció que la temperatura mínima recomendada son 18 ºC para las personas mayores.
Por otro lado, para los bebés se recomienda que permanezcan en temperaturas ambiente de entre 20 ºC y 22 ºC. De esta manera, se reduce el riesgo de sobrecalentamiento. Toda esta lista de temperaturas puede resultar algo confusa. Entonces, ¿a qué temperatura tengo que poner el aire acondicionado?, te preguntarás. La respuesta la conocías antes de leer este artículo, la temperatura ideal es la que tú consideres más cómoda. A partir de ahí, solo puedes ajustarla para no incomodar a los demás y para que tu consumo eléctrico sea razonable.