En la cocina de cualquier hogar, las patatas son un elemento básico omnipresente. Ya sea en forma de puré, papas fritas, o simplemente al horno, este vegetal versátil se ha convertido en un pilar de muchas dietas en todo el mundo. Sin embargo, lo que podría parecer un ingrediente aparentemente inocuo, puede ocultar un peligro silencioso y potencialmente mortal.

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Estos pequeños brotes, que a menudo emergen de las patatas después de un tiempo almacenadas, pueden parecer inofensivos a simple vista. De hecho, muchos consumidores pueden considerarlos simplemente un inconveniente estético. 

Optar por quitarlos y continuar utilizando las patatas, no es una solución, ya que, lo que pocos saben, es que estos brotes pueden ser indicadores de la presencia de solanina, una toxina mortal.

Imagen de patata germinada.

El peligro de los brotes

La solanina es un alcaloide que se encuentra en diversas plantas de la familia de las solanáceas, que incluye a las patatas, tomates, berenjenas y pimientos.

Esta sustancia química actúa como un mecanismo de defensa natural para la planta, pero puede resultar extremadamente tóxica para los seres humanos si se consume en grandes cantidades. 

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Los brotes de las patatas son un indicador de la presencia de solanina en niveles potencialmente peligrosos. Además, se trata de un compuesto que no se elimina con la cocción, por lo que, incluso si las patatas se cocinan a la perfección, la solanina aún permanecerá presente y puede causar efectos adversos en la salud. 

Los síntomas de la intoxicación por este compuesto incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolores de cabeza, mareos e incluso problemas respiratorios y cardíacos en casos severos. Y, en casos extremos, la ingesta excesiva de solanina puede llevar a la muerte.

Ignorar su presencia o simplemente quitarlos superficialmente no elimina el riesgo de intoxicación por solanina. Es imperativo desechar cualquier patata que presente brotes, así como aquellas que hayan comenzado a desarrollar una apariencia arrugada o mohosa, ya que estas también pueden contener niveles peligrosos de solanina.

Cómo evitar los brotes

Es importante almacenar adecuadamente las patatas para minimizar la formación de brotes y la acumulación de esta toxina.

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Las patatas deben mantenerse en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado, preferiblemente en una bolsa de papel o una caja de cartón en lugar de en una bolsa de plástico, que puede atrapar la humedad y fomentar el crecimiento de brotes. 

Inspeccionar regularmente las patatas almacenadas y desechar aquellas que muestren signos de brotes o deterioro es una práctica recomendada para garantizar la seguridad alimentaria.

Aunque la intoxicación por solanina es relativamente rara, no se puede subestimar el peligro que representa. Con la popularidad de las patatas en la cocina mundial, es fundamental educar a los consumidores sobre los riesgos asociados con los brotes en este vegetal tan común.