Los productos para el pelo contienen a menudo ingredientes que se evaporan fácilmente, por lo que los usuarios podrían inhalar algunos de estos químicos, especialmente cuando se combinan con un aparato de calor (por ejemplo, un alisador). Y esto puede ser algo que podría tener un impacto a posteriori en la salud, según ha revelado un nuevo estudio de la Sociedad Química Estadounidense (ACS por sus siglas en inglés), una de las instituciones más prestigiosas en este ámbito.
En concreto, los investigadores estudiaron las emisiones de los compuestos orgánicos volátiles (COV) que emiten los productos que dan brillo y suavizan el cabello. Así, los resultados demostraron que el uso de estos productos para el cuidado del cabello puede cambiar fácilmente la composición del aire interior y las técnicas comunes de peinado con calor (alisado y rizado) aumentan aún más los niveles de COV.
El estudio, publicado en la revista científica Environmental Science & Technology, se hizo en el ambiente más usual en el que se utilizan estos productos: en un baño pequeño y ventilado.
Los participantes en el estudio utilizaron sus productos capilares (cremas, aerosoles y aceites) y sus aparatos de calor habituales. Y antes y después de cada peinado, el equipo de investigación midió simultáneamente las emisiones de COV, incluidos los metilsiloxanos volátiles cíclicos (cVMS por sus siglas en inglés).
Mientras los participantes del estudio utilizaban esa combinación, los investigadores descubrieron que había un rápido cambio en la composición química en el aire de la casa, siendo los cVMS la mayor parte de los COV que se hallaron.
Las emisiones, además, estuvieron ampliamente influenciadas por el tipo de producto y la longitud del cabello, así como por el tipo y la temperatura alcanzada en el aparato de peinado. Así, un cabello más largo y unas temperaturas más altas significaron una liberación de mayores cantidades de COV.
Como resultado de sus hallazgos, los investigadores estimaron que la inhalación diaria potencial de los cVMS —también conocido como D5— por parte de una persona podría alcanzar hasta los 20 mg por día.
En los experimentos, encender un extractor de aire pudo eliminar la mayor parte del contaminante dentro del habitáculo dentro de los 20 minutos posteriores a completar la rutina de cuidado del cabello. Sin embargo, señalan los científicos, esta práctica podría empeorar la calidad del aire exterior en ciudades densamente pobladas.
El impacto de los COV
Los compuestos orgánicos volátiles son sustancias químicas de origen humano que se utilizan en una amplia variedad de productos: pintura y barnices; productos de la industria siderúrgica; productos de la industria maderera; productos de la industria de la cosmética; y productos farmacéuticos.
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), los COV afectan tanto a la calidad del aire como a nuestra salud. En todo caso, el riesgo de sufrir efectos sobre la salud por la inhalación de cualquier sustancia química depende de la cantidad que haya en el aire, durante cuánto tiempo y con qué frecuencia la persona la respire.
Respirar niveles bajos de COV durante largos periodos de tiempo, por ejemplo, puede aumentar el riesgo de problemas de salud de algunas personas, especialmente de aquellas que tienen alguna enfermedad respiratoria como el asma, según la EPA.
También, señala la agencia estadounidense, hay que tener en cuenta que no todos los COV son iguales, ya que se trata de un grupo de sustancias químicas y, por tanto, cada una tiene su propia toxicidad y potencial de causar diferentes efectos en la salud.
Por esta razón, los investigadores de la Sociedad Química Estadounidense recuerdan que se necesitan con urgencia estudios sobre los impactos a largo plazo de la exposición al siloxano en la salud humana, ya que actualmente la mayor parte de los hallazgos provienen de estudios en animales.