Áurea Palacio de Correos, en la plaza de San Agustín de la capital riojana.

Áurea Palacio de Correos, en la plaza de San Agustín de la capital riojana.

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Un hotel con denominación de origen para vivir la vendimia: Áurea Palacio de Correos de Logroño

El establecimiento recoge el legado del edificio que fue sede de Correos el pasado siglo para ofrecer una experiencia diferencial para el visitante.

G.M.
Publicada

Cuando el otoño llega a La Rioja, la tierra se tiñe de tonos cálidos, los viñedos se cubren de uvas maduras y la vendimia impregna el aire de aromas dulces y memorables. Es la estación más esperada del año en esta región, en la que la cultura vinícola es tradición y disfrute. Ambas vocaciones confluyen para ofrecer al visitante una experiencia única. Logroño, como epicentro de este turismo enológico y cultural, adquiere en esta época una atmósfera vibrante y festiva que la convierte en un destino imprescindible para hacer una escapada —o varias— y disfrutar de su gastronomía e historia.

Y para que la estancia en la capital riojana adquiera un tinte aún más inolvidable, una excelente idea es alojarse en un lugar a la altura. Pocos sitios pueden poner sobre la mesa la comodidad, las posibilidades y los servicios del Áurea Palacio de Correos, un hotel de cinco estrellas —el único en Logroño de tal categoría— que resulta el establecimiento perfecto para garantizar unos días memorables.

Hace apenas unas décadas, lo que hoy es un hotel pensado para la comodidad del viajero era la sede central de los servicios postales de la ciudad. El edificio, construido en 1932, mantiene algunas de las características de aquel uso primigenio con el que fue concebido. El más obvio es la propia denominación que el grupo Hotusa ha mantenido para su establecimiento, que no esconde este legado y lo asume con orgullo. Pero, más allá de su nombre, el cliente puede aprovechar su excelente ubicación, en la céntrica plaza de San Agustín, es decir, en el corazón de la capital riojana.

La arquitectura del Áurea Palacio de Correos es un excelente ejemplo de estilo neobarroco. Se trata de un imponente edificio cargado de simbolismo y memoria. Para su uso actual como hotel ha sido restaurado con esmero para preservar su carácter original. La sobria y elegante fachada actúa como antesala de unos interiores que apuestan por la serenidad y el diseño contemporáneo. La combinación de lo histórico y lo moderno se traduce en un espacio lleno de personalidad, donde el pasado se honra y el presente se disfruta con sofisticación. El resultado es un oasis urbano en pleno centro de la ciudad, perfecto para quienes buscan tanto la vitalidad del entorno como el descanso reparador.

Apenas a un paseo de sus puertas se encuentra la zona más animada de la ciudad, con la calle Laurel como gran punto de referencia. En torno a este enclave tan icónico se despliega una inmensa oferta de bares, tabernas y restaurantes, con una actividad casi constante a lo largo del día. Tapas, vinos, copas y, en definitiva, momentos agradables en los que lo culinario se convierte en un ritual, especialmente a finales de verano, ya con el otoño en el horizonte.

Relajarse en un entorno único

Volver al hotel tras este recorrido, o después de hacer alguna ruta por la ciudad o su espectacular entorno, tiene una segunda parte igualmente placentera. Eso es algo que garantiza la estancia en el Áurea Palacio de Correos, donde la experiencia sensorial se prolonga, por ejemplo, con su zona de spa: una instalación que, ahora sí, habría resultado inimaginable para el personal de Correos de antaño que ocupaba estos mismos espacios. Hoy el cliente puede relajarse con tratamientos a base de aceite de pepita de uva, que ponen en valor la tradición vinícola de la región desde una perspectiva de bienestar. Una manera innovadora de seguir celebrando la esencia riojana, ahora enfocada en el cuidado del cuerpo y la relajación de la mente.

Con una mirada más reposada a este pasado y a modo de homenaje, el Áurea Palacio de Correos también mantiene expuesta una completa colección de tarjetas postales con las que los carteros felicitaban antaño las fiestas. En el interior de sus 41 habitaciones, además, hay decoración exclusiva en la que destacan composiciones coloristas creadas a partir de sellos.

Se trata de un guiño a esta historia que también se pone de manifiesto en otros detalles: los buzones originales que flanquean la puerta principal, o el restaurante Matasellos, donde los clientes pueden degustar la cocina de calidad que ofrece el hotel y que, como no puede ser de otra manera, pone en primer plano la esencia vinícola y culinaria de La Rioja.

Hoteles de autor

El Áurea Palacio de Correos forma parte de Áurea Hotels, una exclusiva colección de establecimientos de autor dentro de Eurostars Hotel Company. Estos hoteles se distinguen por estar ubicados en edificios históricos o emblemáticos, convertidos en espacios singulares que combinan legado y hospitalidad. Cada uno de ellos es un refugio patrimonial, un punto de encuentro entre historia, arquitectura y estilo contemporáneo, desde el cual los huéspedes pueden explorar la riqueza cultural del destino.

En el caso del Áurea Palacio de Correos, el vínculo con la ciudad y con La Rioja se refuerza en cada rincón: desde las referencias a su pasado postal hasta los detalles inspirados en el vino y la tradición local. Es una forma de ofrecer los servicios de la máxima calidad habituales del grupo hotelero y, al mismo tiempo, facilitar la inmersión cultural a los visitantes para que, al regresar a sus lugares de origen, cada recuerdo sea absolutamente inolvidable.

En definitiva, habitar un sitio que va más allá de ser un lugar donde dormir: es elegir un lugar con alma propia, un espacio donde la tradición riojana se transforma en inspiración y donde cada detalle está pensado para acariciar el alma. Este otoño, el hotel invita a vivir la vendimia desde una perspectiva única, con denominación de origen y el sello inconfundible de La Rioja.