Polonia está desarrollando un papel fundamental de ayuda y solidaridad con los refugiados en la guerra en Ucrania, iniciada por la invasión rusa bajo las órdenes de Vladímir Putin, presidente de Rusia. El país entero se ha volcado para acoger a los refugiados ucranianos que abandonan su país huyendo del conflicto bélico. 

Una amplia red de voluntarios se ha desplegado para recibirles en la frontera y facilitar su traslado a las grandes ciudades o a otros lugares de Europa. Son muy crudas las imágenes que se están viviendo en Ucrania, con bombardeos y ataques a la orden del día, lo que ha llevado también al intento de creación de corredores humanitarios para proteger a los civiles.

Para destacar el gran compromiso polaco conviene mencionar algunos de sus mejores y más bonitos lugares para visitar. Están marcados por siglos de historia, que han dejado un patrimonio y una cultura espectacular, aunque también han vivido cruentos episodios. En las siguientes líneas se detallan algunos de los puntos más recomendados de este solidario país.

Este país tiene un pasado trágico marcado por la Segunda Guerra Mundial, pero también guarda en su territorio preciosos pueblos medievales y ciudades con cascos históricos que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además, destacan sus paisajes naturales salpicados por numerosos lagos y bosques, que ofrecen un escenario espectacular para disfrutar de una ruta entre naturaleza. 

Ciudades imprescindibles

Cracovia, con un precioso casco antiguo, es una de las ciudades más bonitas de Europa y uno de los lugares imprescindibles que ver en Polonia. Destaca su plaza del Mercado, situada en pleno centro del casco antiguo y rodeada de coloristas palacios y edificios de origen medieval, entre los que destaca la Basílica de Santa María. En esta ciudad también hay que cruzar la antigua muralla por la Puerta Florián, subir a la colina Wawel para ver el castillo y la catedral y pasear por las calles Kanonicka y Florianska, entre otras actividades.

Plaza del Mercado.

Plaza del Mercado.

Por su parte, Wroclaw es la ciudad polaca conocida como la ciudad de los duendes o gnomos, y es uno de los mejores sitios que ver en el país. Esta pintoresca ciudad también se conoce como la ‘Venecia del este’, ya que tiene 12 islas y 130 puentes. También tiene más de 180 estatuillas de gnomos de bronce escondidos en su gran casco antiguo. Algunos de los mejores lugares que ver en Wroclaw son la plaza Rynek, la isla de la Catedral, la Plaza Solny, el jardín Ossolineum y el mercado Hala Targowa. 

Entre las ciudades imprescindibles de Polonia también hay que destacar a Varsovia. Es la población más grande y la capital del país. Resurgió de las cenizas tras quedar prácticamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial, pero se ha convertido en una ciudad moderna y con una gran agenda cultural y de ocio. Su Ciudad Vieja se restauró tan bien que en 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad. El Castillo Real, el Parque Łazienkiel y la Plaza del Mercado son sus lugares más emblemáticos, pero debes pasear también por el gueto y el cementerio judío, lo que dejará muestra del trágico pasado de la ciudad. 

Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia.

Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia.

Por último, en lo que a ciudades se refiere, Poznan también merece una visita, y es que es una de las más grandes y antiguas de Polonia, con más de 1.000 años de historia. En ella se pueden apreciar las típicas fachadas de colores y los edificios de estilo medieval, concentrados en el centro histórico, en el que resalta la Plaza Mayor o del Mercado. Hay que ver también la Iglesia de San Estanislao, el Castillo Imperial, el Parque de la Ciudadela y la Isla de la Catedral. 

Poznan.

Poznan.

Aunque es una actividad difícil y dura, en la que se recordará un pasado tremendamente atroz pero que ayudará a tomar conciencia y a no olvidar, es la visita al campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau. En este complejo de varios campos se asesinó a más de un millón de personas inocentes, la gran mayoría únicamente por ser judíos y otros por motivos políticos, raza o religión.

Las Minas de Sal de Wieliczka son otro lugar imprescindible en territorio polaco. Se sitúan a unos 10 kilómetros de Cracovia y fueron declaradas en 1978 Patrimonio de la Humanidad. Son las minas más antiguas y una de las más espectaculares de Europa, y en ellas podrás recorrer una red de túneles, lagos y galerías de más de tres kilómetros de largo a través de una visita guiada.