El lago de Constanza es un fascinante espacio natural repleto de naturaleza y cultura perteneciente a tres países: Alemania, Austria y Suiza. El atractivo de la región del Lago de Constanza es su gran versatilidad, donde se puede disfrutar de unas vacaciones en las que es posible realizar un sinfín de actividades. Hermosas ciudades medievales, encantadoras islas, bellos pueblos donde tienen como protagonistas a los extensos cultivos de manzanas y una deliciosa gastronomía regional.

En medio de los impresionantes paisajes que regalan los Alpes se encuentra este lago de tranquilas aguas, con numerosas islas y unos bellísimos paisajes para disfrutar desde sus orillas o desde sus aguas. Cuenta con una superficie de 536 kilómetros cuadrados, cuyo gran tamaño ha hecho que reciba también el nombre de mar Suabo. Su mayor afluente es el río Rhin, aunque hay otros ríos y arroyos que también lo alimentan. En sus alrededores se pueden visitar ciudades y pueblos que brillan por su estilo medieval, con bellos cascos antiguos, estrechas callejuelas y atractivas placitas para de sus terrazas y su gastronomía.

Bregenz es una de estas ciudades a orillas del lago Constanza, en el territorio de Austria. Sus 2.000 años de antigüedad se pueden apreciar en su centro medieval, donde su mayor referente es la Torre Martinsturm. Su arquitectura medieval convive con la más moderna y vanguardista que en su conjunto resalta con las vistas de los parajes naturales del lago.

Lindau es una ciudad alemana construida en gran parte sobre una de las islas del lago. Su unión a tierra firme se lleva a cabo por dos puentes y en su casco urbano destacan sus calles medievales que, a pesar de los años, han sabido preservar todo su encanto. El monumento del león bávaro y el faro en la emblemática entrada al puerto son algunos de sus atractivos.

Entre sus calles medievales se encuentran edificios que datan de los siglos XVI y XVII. El antiguo edificio del ayuntamiento, de estilo gótico, en la plaza Bismarckplatz es otro punto fuerte de la ciudad, al igual que la plaza del Mercado y la iglesia St. Stephan, del siglo XVIII. Desde esta ciudad se inicia un recorrido por el lago que dura aproximadamente dos horas y media y llega hasta la ciudad de Constanza.

También en la parte Alemana, se encuentra el pueblo Meersburg, una localidad romántica y encantadora con su carácter medieval. Pasear por sus calles ofrecerá la oportunidad de disfrutar de edificios históricos e interminables callejones salpicados por verdes praderas y laderas cubiertas de viñas.

No hay que olvidar dos de las islas más sorprendentes, como son Mainau y Reichnau, ambas en territorio alemán. Mainau cuenta con un clima excepcional gracias a la protección de la cordillera de los Alpes y alberga un jardín botánico de 45 hectáreas con una gran variedad de flores y plantas. Entre ellas se encuentran 20.000 dalias de 240 especies distintas y 1.200 especies de rosa. Entre los caminos, escalinatas y fuentes de este jardín botánico se encuentran esculturas y unos pocos edificios, como un castillo, una iglesia barroca y un restaurante.

Por su parte, Reichenau fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco gracias a su gran patrimonio cultural de carácter religioso. Entre sus edificaciones destacan tres iglesias románicas, un gran monasterio benedictino y el museo de Reichenau, donde se puede aprender a través de manuscritos del monasterio y otras muestras religiosas.

Friedrichshafen es distinta a las demás, tiene un potente ambiente industrial. Su principal atractivo es el museo Zeppelin, dedicado a la memoria de Ferdinand von Zeppelin, creador de los grandes dirigibles rígidos de principios del siglo XX.

Finalmente, la ciudad que lleva el mismo nombre que el lago es otro buen destino en las inmediaciones del lago. Constanza tiene un casco histórico perfectamente conservado ya que al ser una ciudad fronteriza con Suiza no fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial. Es importante pasear por sus calles para apreciar el encanto de la arquitectura de sus edificios medievales con más de cinco siglos de historia. No hay que olvidarse de la Catedral de Nuestra Señora ubicada en una plaza que supone un auténtico remanso de paz.

En todas ellas se podrán realizar actividades propias, como paseos por el lago, senderismo por las orillas, rutas en bicicleta y una bellas vistas panorámicas desde diferentes puntos de cada ciudad.

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