Sri Lanka significa “tierra resplandeciente” (en sanscrito) y no es una exageración. Hermosas selvas, parques naturales, elefantes o tigres en su hábitat natural; impresionantes playas, edificios modernos, antiguos templos recreados por la novela o el cine, peculiares esculturas de Buda y verdes montañas de té. Todo eso es Sri Lanka.

Kandi, la ciudad del “Diente de Buda”

Es una gran urbe situada en el centro de Sri Lanka. El lago Bogambara, en el corazón del núcleo urbano, realza aún más la belleza de una población rodeada de montañas de té y selva tropical. Famosa por sus lugares sagrados es el núcleo budista más conocido y visitado del país. Su santuario más venerado es el Templo del Diente. Se dice que la reliquia sagrada (evidentemente, un diente de Buda) fue rescatada en el momento de la incineración del sabio fundador del budismo. El santuario forma parte de un impresionante complejo arquitectónico, Sri Dalada Maligawa, en el que también se encuentran un museo, una biblioteca y otros templos. Cada año, el Tempo del Diente acoge la fiesta más importante de Sri Lanka. Toda una semana de celebraciones en honor a Buda y su reliquia. Entre julio y agosto, la ciudad se llena de bullicio, música, danza y luces. Una procesión de elefantes engalanados, con coloridas sedas bordadas, transporta “el diente” en una de la procesiones más espectaculares de la India, Esala Perahera. Un desfile encantador, en el que, esporádicamente, se produce alguna estampida peligrosa.

Templos como el de Kataragama o el de Vishnú se añaden a los encantadores edificios coloniales que salpican toda la ciudad. Y muy cerca de Kandi se encuentra uno de los conjuntos vegetales más impactantes del mundo. El Jardín Botánico de Peradeniya exhibe una gran avenida custodiada por cocoteros gigantes, una increíble colección de bambúes, el famoso “jardín de las especias” y la casa de las orquídeas. Cuatro mil especies de plantas y árboles conservados y esmeradamente cuidados, capaces de cautivar a cualquier visitante.

En Sri Lanka son frecuentes las representaciones del Buda recostado o durmiendo.

Colombo, capital económica

Su ubicación estratégica y su puerto natural convirtieron a Colombo en el eje mercantil y financiero de la isla. El antiguo puerto pesquero de la costa oeste fue el centro comercial de las islas de las especias. Actualmente, rascacielos y modernos edificios comparten espacio  con un rico patrimonio colonial. Portugueses, holandeses e ingleses dejaron su huella en una ciudad que ha sabido conservar aquella herencia y renovarla en los pequeños mercados populares,  restaurantes, museos, pintorescas tiendas y cafés acogedores. Su clima templado propicia la vida en las calles y los paseos por el atractivo y gigantesco “bazar” del Distrito de Pettah. Callejuelas desbordadas por puestos y tiendas en las que se venden todo tipo de alimentos y objetos, incluidos adornos de plata y una gran variedad de piedras preciosas. Tres religiones ofrecen sus templos al visitante, la hermosa Mezquita Jami Ul Alfar, la Iglesia Wolvendaal erigida por los holandeses en el siglo XVIII y el Templo Hindú Murugán, situado en el Distrito de la Isla de los Esclavos. El Museo Nacional, la Fortaleza Negombo, la Torre del Reloj y La Casa de la Reina, actual residencia del Presidente de la República, merecen una visita.

Sirigilla, la Roca del León

También conocido como La Roca del León, es uno de los yacimientos arqueológicos más famosos y peculiares del mundo. Está situado en lo alto de una gran roca de casi 400 metros, producto de una erupción volcánica. El ascenso, nada menos que mil escalones, se inicia en una entrada custodiada por las garras de un león. Arriba, sobre la roca se encuentran las ruinas del complejo palaciego del rey Kasyapa.

La Roca del León, imponente a ojos humanos.

Dambulla o el Templo de Oro

Muy cerca de Sigiriya se localizan las Cuevas de Dambulla. Se trata de un complejo de grutas situadas en la parte superior de una enorme peña, a la que se accede tras superar un buen tramo de escaleras de piedra. Las cinco cuevas principales resultan espectaculares. Las paredes del interior están repletas de murales, figuras de reyes, dioses e inmensas estatuas de Buda, perfectamente conservadas a pesar de haber sido creadas hace más de dos mil años. También reciben el nombre de Templo de Oro.

Las estatuas de Buda son frecuentes en toda Sri Lanka pero, las de Dambulla son impresionantes, el inmenso Buda de Aukana es conocido en todo el mundo. Su imponente tamaño y el lugar en el que se encuentra esculpido resultan fascinantes. Está tallado en la roca de granito y mide doce metros de altura, un Buda de cuerpo entero datado en el siglo V.

El asombroso Templo de Oro de Sri Lanka.

Parques naturales

La Perla del Índico es una verdadera reserva, posee 22 parques naturales. Las selvas de la verde y antigua Ceilán esconden tigres, pavos reales y, por supuesto, sus enormes elefantes. Un lugar perfecto para contemplarlos es el Parque Natural de Minneriya. Varias veces al día, las manadas de inmensos paquidermos se acercan a los lagos para beber agua y refrescarse, un momento perfecto para disfrutar de una visión espléndida.

Bundala National Park es un gran humedal, situado al sur de la isla, en el que conviven cerca de doscientas especies de aves diferentes, desde flamencos o cigüeñas hasta garzas o tántalos, aves mitológicas similares a las cigüeñas. Este parque fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2005.

La Naturaleza se abre sin obstáculos a nuestro paso en Sri Lanka.

El Parque Nacional de Yala posee un hermoso conjunto de lagos, praderas y selvas entre los que habita una de más bellas especies de la isla, el leopardo, sin despreciar otros animales como el sambar (ciervo autóctono), el mono langur y más de doscientas especies de aves. Y muy cerca, la playa de Arugam Bay permite sumergirse en el océano y practicar surf. Las playas del Sur son postales vivas y Unawatuna, Mirissa o Medaketiya son algunas de las más visitadas. Una hamaca y el horizonte son suficientes para disfrutar de un atardecer de colores inolvidables.