Los efectos de la dana de Valencia en el municipio de Paiporta. Efe
85 municipios de la dana piden fondos a la Diputación de Valencia para contratar técnicos ante la falta de funcionarios
Un total de 18 localidades no se han acogido al plan puesto en marcha por la corporación provincial.
Más información: El Gobierno cifra en 8.200 millones el dinero "pagado" para la reconstrucción tras la dana: 3.874 son del Consorcio
Un total de 85 municipios afectados por la dana del 29 de octubre de 2024 han solicitado acogerse al programa puesto en marcha por la Diputación de Valencia para poder contratar personal en sus ayuntamientos. La intención: poder desatascar los centenares de expedientes pendientes para reconstruir sus infraestructuras dañadas.
La institución que preside Vicent Mompó aprobó en el pleno de julio una partida presupuestaria de 10,3 millones de euros para repartirlos entre los 103 pueblos que se vieron afectados por la riada.
Este crédito extraordinario se ideó para socorrer a los ayuntamientos y dar respuesta, de alguna manera, al principal problema que los alcaldes denunciaban: habían recibido el dinero del Gobierno para rehabilitar todo lo que fue arrasado por el agua, pero no tenían suficiente equipo humano para poder ejecutarlo.
El Ejecutivo de Sánchez transfirió 1.746 millones transferidos a las arcas municipales de 78 municipios, pero la medida no fue acompañada de un refuerzo de personal.
En algunos ayuntamientos, conviene apuntar, los fondos recibidos superan el presupuesto que gestionan anualmente. De manera que los funcionarios de estos municipios se ha visto sobrepasados por el volumen de actividad que deben poner en marcha: memorias económicas de proyectos, licitaciones, informes de necesidad...
En definitiva, un sinfín de burocracia que es difícil de cumplir si el equipo es pequeño, pero sin cuya ejecución el dinero enviado por el Estado no se puede gastar.
Así, tal y como ha venido informando EL ESPAÑOL, el exvicepresidente segundo para la Recuperación Económica y Social, Francisco José Gan Pampols, cotejó en abril tras visitar varios municipios afectados por las inundaciones que este era el denominador común de las principales quejas de los alcaldes.
Las estructuras administrativas eran insuficientes y se corría el riesgo de no ejecutar el presupuesto. O dicho de otra manera: que las obras necesarias para devolver a la normalidad los municipios se quedaran por hacer.
Por ello, envió una carta a la plantilla de la Generalitat para pedir voluntarios y configurar un equipo técnico 'ad hoc' para la reconstrucción. Su intención era prestar funcionarios de la administración autonómica a los consistorios.
El tipo de empleado público que buscaba eran del tipo A1 y A2. Entre ellos, arquitectos, ingenieros y otros técnicos cualificados que forman parte de la escala más alta del funcionariado valenciano.
Se llegaron a interesar 82 personas, pero con el paso de los días, el plan encalló. Función Pública puso reparos al no estar de acuerdo con la fórmula empleada. Esta Conselleria quería que se empleara otro mecanismo que no implicara la cesión de su propia plantilla.
Esto se debía a que si los funcionarios de la Generalitat acababan trabajando para los ayuntamientos, dejarían de prestar sus servicios en la administración autonómica. Así, las funciones que desempeñan en sus puestos, dejarían de realizarse y en la práctica sería como tener vacantes esas plazas.
Con todo, aunque no admitían reticencias, desde la Conselleria dirigida por Nuria Martínez sí reconocieron estar estudiando el encaje que tenía ese "llamamiento" a la plantilla. Pero la realidad es que ese encaje nunca llegó a pesar de que el número de interesados iba aumentando.
Las peticiones para trabajar en otra administración, huelga subrayar, debían ser firmadas por los jefes de personal de las consellerias donde los funcionarios tienen la plaza. Unas autorizaciones que no se produjeron.
Pocos acudieron a la reunión
Ahora bien, también hubo un segundo hándicap. Después de tener 82 instancias de personas interesadas en formar parte de ese equipo técnico, Gan Pampols convocó a todos a una reunión para exponerles las labores que se les encomendaría y cómo trabajarían.
"Se les convocó a una reunión en la Conselleria, pero solo acudieron 31. De estos, una vez explicado el modelo de funcionamiento que esperábamos, quedaron disponibles dos funcionarios y 11 interinos", reveló el ya exvicepresidente.
La forma de trabajar, según expuso, se basaba en dividir equipos de cuatro personas para cada ayuntamiento: dos técnicos de Arquitectura y otros dos de Ingeniería.
Pero las cifras finales fueron poco prometedoras. Y a esto se sumó también la problemática que arrastran los interinos: al ser trabajadores temporales que cubren vacantes en la administración, corrían el riesgo de que la plaza que ocupan quedara cubierta por un funcionario en algún momento.
Con ello, el interino se vería obligado a dejar el puesto que ocupaba y también dejaría a medias el trabajo iniciado con los ayuntamientos de la dana. En definitiva: el departamento de Gan Pampols tuvo que pensar en una alternativa para dar respuesta a la demanda de los consistorios.
La solución llegó a través de la comisión mixta en la que participan la Generalitat, la Diputación de Valencia y los municipios a través de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias.
En ella, la institución provincial de Vicente Mompó propuso destinar 3 millones de euros a los ayuntamientos para que contrataran personal. Una cuantía que podría incrementarse en otros 3 millones si fuera necesario. Pero finalmente la Diputación aprobó en el pleno de julio que fueran 10,3 millones de euros.
De esta manera, cada pueblo afectado recibiría 100.000 euros. Un dinero que los consistorios pueden gastar en contratar el personal que necesiten, si bien previamente deben comunicarle a la institución provincial su deseo de acogerse al plan.
Entre los pueblos se encuentran Alaquàs, Albal, Algemesí, Benetusser, Beniparrell, Bétera, Catarroja, Chiva, Cheste, Cullera, Llíria, Paiporta, Paterna, Picassent, Sedaví, Silla, Sollana, Sot de Chera, Torrent, Utiel, Valencia, Vilamarxant o Yátova.