La palabra, el útil de comunicación por excelencia, hace las labores propias de nexo entre: el pensamiento, aquello que se sustenta entre valores y principios; lo dicho, la expresión pública tras la reflexión que debe acompañar al vocablo; y lo finalmente realizado, el acto que acompaña al desarrollo cognitivo y aquello anunciado.
Cuando se encuentran en el camino de la coincidencia lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace, nace la coherencia, herramienta política proporcionalmente en desuso como aumento se experimente en la desafección social hacia los poderes públicos.
Pero, además, cuando se expresa en emplazamientos institucionales adquiere el poder del compromiso, la honorabilidad en el cumplimiento de la palabra dada.
Será en la sesión de Les Corts donde escuchemos al candidato a la presidencia del Consell pronunciar su discurso de investidura, que contendrá, en el trasfondo, la promesa del cumplimiento de todo lo que se pronuncie a viva voz.
Ello requiere de un análisis pormenorizado tanto de la forma, la imagen, el gesto, la posición, como del fondo, el contenido en cada línea para vislumbrar la intención de gobernabilidad para alcanzar el final de la legislatura.
La aritmética parlamentaria, y el actual sistema político distribuido por bloques ideológicos, requiere, de la suma de los escaños del Partido Popular y de los que acumula VOX, para lograr la mayoría exigida.
Un punto en el que habrá especial atención para conocer cuáles son las concesiones dadas al partido socio de investidura a cambio del respaldo numérico necesario.
Qué duda cabe que la dana que asoló gran parte de nuestro territorio en aquel fatídico 29 de octubre de 2024 será parte del parlamento, especialmente por lo que respecta a lo que ahora precisamente ocupa y preocupa en mayor medida, que es la reconstrucción en la que seguimos inmersos.
Y, por supuesto, el sello de identidad, de Síndic del Grupo Popular y alcalde de Finestrat, ámbitos parlamentario y municipalista que describen una trayectoria ya conocida que ahora deben dibujar al actual presidenciable que aspira a dirigir el Consell.
Es momento de extraer cuál será el adjetivo que acompañará a Pérez Llorca para definir su liderazgo de gobernabilidad externa al partido político al que pertenece y del que ejerce como cabeza de dirección orgánica.
Un candidato que llega para suceder con la instrucción de abordar la próxima convocatoria electoral con un Partido Popular unido por dentro y reforzado por fuera para recuperar al votante fugado hacia otras alternativas.
La incógnita, que ahora vaga por tierras muy, muy lejanas, es quién será la cabeza de cartel que ondeará en las elecciones que cierre la actual legislatura y que seguro será encargo que deberá acometer el que a la hora de escribir estas líneas todavía es candidato a President del Consell, Juanfran Pérez Llorca.