La alcaldesa de Valencia tomando posesión del cargo.
Esta semana, el pleno ha respaldado la ampliación del Instituto Valenciano de Oncología (IVO). No se trata de un trámite anecdótico ni meramente administrativo. Es un símbolo de una nueva forma de hacer ciudad: la del gobierno de Mª José Catalá.
Se cumplen dos años desde que el Partido Popular asumió el gobierno de Valencia. Dos años de demostrar que, cuando se gestiona con responsabilidad, sensibilidad, visión y compromiso, otra Valencia es posible.
Porque Valencia no tenía un problema de falta de proyectos. Tenía un problema de falta de voluntad política. Y eso es precisamente lo que trajimos desde el primer minuto: voluntad, decisión y hechos.
Haciendo realidad lo que durante años parecía imposible, tanto para los de fuera como para los valencianos que ya lo habían asumido como inevitable.
En este tiempo hemos desbloqueado más de 860 millones de euros en inversiones que llevaban años paralizadas. Hoy esos proyectos avanzan, generan empleo, mejoran nuestros barrios y nos posicionan como una ciudad preparada para competir entre las mejores de Europa.
En vivienda, uno de los mayores agujeros negros que dejó el anterior gobierno, el cambio es evidente. Nos encontramos con un panorama desolador: ocho años de inacción y apenas 14 viviendas nuevas. Hoy tenemos en marcha 955 viviendas públicas gracias al Plan +Vivienda.
Pero no nos hemos quedado ahí. Hemos desbloqueado dos desarrollos urbanísticos clave: el PAI del Grau y el de Benimaclet, que sumarán 900 nuevos hogares protegidos. Así es como se garantiza el derecho a la vivienda: con gestión eficaz, no con pancartas ni camisetas.
También hemos trabajado para hacer de Valencia una ciudad atractiva para invertir. En solo un año, hemos duplicado la llegada de empresas y multiplicado por 2,7 la inversión empresarial. Hemos pasado de ser una ciudad en pausa a un polo de innovación reconocido por la propia Unión Europea.
IBM, uno de los gigantes tecnológicos mundiales, ha elegido Valencia para su nuevo Digital Sales Center. Y en Vara de Quart se construirá el primer gran centro de datos de la ciudad: 60 millones de inversión y 600 empleos entre directos e indirectos.
Y todo esto, sin que los vecinos paguen más. Este gobierno ha demostrado que es posible bajar impuestos sin dejar de invertir. Más de 52 millones de euros de ahorro anual para los bolsillos de los valencianos.
¿Y en qué se ha traducido esa inversión? En servicios públicos mejores. En limpieza, hemos incrementado un 8,5 % el presupuesto y triplicado la frecuencia de baldeo en los puntos más críticos.
En seguridad, hemos sumado 207 nuevos agentes de Policía Local y desplegado más de 240 cámaras para proteger nuestros barrios. En políticas sociales, hemos duplicado las personas atendidas en dependencia y multiplicado las ayudas a la conciliación.
Y en turismo, hemos aplicado una moratoria pionera para frenar los apartamentos ilegales: más de 1.000 ya han sido clausurados.
Y todo esto lo hemos hecho en un contexto durísimo: el incendio de Campanar y la dana que puso al límite a nuestros servicios de emergencia.
Pero Valencia respondió. Sus ciudadanos, los trabajadores municipales, las empresas, las entidades, las personas anónimas... Todos sumamos. Todos demostramos que juntos podemos. Que juntos somos imparables.
Frente al inmovilismo de quienes gobernaron sin proyecto, nosotros hemos devuelto a Valencia la energía, el orgullo y el sentido común. Con una idea muy clara: gobernar es resolver, no enredar.
Es transformar los problemas en soluciones, no en excusas. Es desbloquear lo que otros dejaron empantanado, mirando siempre de frente a los valencianos. Con hechos.
Y demostrando que lo imposible es posible cuando se cuenta con un gobierno y una alcaldesa que trabaja por y para la ciudad. Queda mucho por hacer. Pero Valencia es imparable.