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María Alcaraz y su esposo Carlos se convirtieron en un símbolo de esfuerzo en el valle de Coachella. Desde un pequeño puesto callejero, sus “hotdogs virales” conquistaron a vecinos y turistas, dándoles fama local y estabilidad económica. Sin embargo, esa etapa terminó abruptamente debido a que, según relató María en un video publicado en TikTok, la familia fue señalada ante las autoridades migratorias por personas que, afirma, actuaban como cazarrecompensas y no como agentes oficiales del ICE.

De la viralidad al miedo

En su testimonio, María explicó que los hombres llegaron hasta su casa y la acusaron de vivir en el país sin documentos. Lo que más la sorprendió fue descubrir que eran latinos como ella.

Poco después, su esposo fue detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, mientras ella permaneció escondida junto a sus hijos, temerosa de ser arrestada y separada de ellos. “Tenía miedo de que me los quitaran”, contó, recordando días marcados por la incertidumbre y la ansiedad.

Durante ese tiempo buscó ayuda legal, confiando en que podrían regularizar su situación a través de su hijo menor, quien tiene autismo. Sin embargo, los abogados consultados le advirtieron que las probabilidades eran mínimas. La falta de opciones y el constante temor de ser localizada la llevaron a tomar una decisión definitiva: abandonar Estados Unidos antes de ser detenida.

Regreso forzado y esperanza en Mexicali

Según lo narrado por María, viajó con sus hijos a Mexicali, donde fue recibida por su familia. En su video relató que apenas llegó, encontró refugio en la casa de su hermano y comenzó de inmediato a reconstruir su vida.

Cuando tienes hijos no puedes quedarte a llorar, tienes que moverte”, expresó, agradeciendo el apoyo incondicional de su madre, quien la acompañó en el proceso de adaptación.

Mientras tanto, su esposo continúa bajo custodia de ICE. Desde México, María intenta mantener el ánimo, aunque reconoce que lo extraña profundamente. “Solo hablamos por teléfono, pero tengo fe en que pronto estaremos juntos”, compartió. A pesar del golpe, no pierde el optimismo: confía en que este nuevo comienzo les permitirá salir adelante y volver a trabajar en lo que más disfrutan: cocinar.

Los cazarrecompensas y su papel en la vigilancia migratoria

En Estados Unidos, los cazarrecompensas operan como intermediarios entre agencias de seguridad y abogados de inmigración, rastreando a personas con órdenes pendientes o sin estatus legal. Aunque no forman parte de las autoridades, pueden recibir pagos o recompensas por proporcionar información que lleve a detenciones.

Diversos especialistas en derechos migratorios han advertido que esta práctica puede fomentar abusos y conflictos dentro de comunidades latinas, ya que, en muchos casos, los reportes provienen de conocidos o vecinos.