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Florida y el gobernador republicano Ron DeSantis enfrentan un duro golpe financiero por el incierto futuro de Alligator Alcatraz, el centro de detención migratorio construido en medio de los Everglades. Y es que luego de que una jueza federal ordenara su clausura temporal, las consecuencias económicas comienzan a preocupar tanto a la administración estatal como a los contribuyentes.

El costo millonario detrás del proyecto

De acuerdo con Associated Press, el cierre de Alligator Alcatraz dejaría a Florida con pérdidas estimadas en 218 millones de dólares. El cálculo proviene de los gastos invertidos en transformar un antiguo aeropuerto en una instalación de máxima seguridad para migrantes.

Según el Latin Times, la administración estatal ya había firmado contratos por más de 405 millones de dólares vinculados a la construcción y operación del centro. De confirmarse la clausura definitiva, esa inversión quedaría prácticamente en el aire, convirtiéndose en uno de los proyectos más costosos y controvertidos impulsados bajo la gestión del gobernador Ron DeSantis.

Aunado a todo lo anterior, y debido a la orden de la jueza Kathleen Williams de desmantelar dicho centro en pocas semanas, el cierre le costaría al estado entre 15 y 20 millones de dólares, y reabrirlo en caso de que un tribunal revierta la decisión significaría otro gasto similar.

Incluso, y debido a la inversión que hizo el estado de Florida respecto a la instalación de baños portátiles, se estimaría otra pérdida de 50 millones.

Los expertos advierten que, más allá de los millones perdidos, el estado también podría enfrentar demandas y penalizaciones contractuales, lo que aumentaría la presión sobre el presupuesto público y generaría críticas sobre la viabilidad de la política migratoria estatal.

La clausura temporal que encendió las alarmas

El panorama se complicó cuando la jueza Kathleen Williams ordenó detener las operaciones de Alligator Alcatraz. Según AP News, la decisión se tomó tras cuestionamientos legales relacionados con la construcción del centro y las afectaciones al medioambiente que conforma el paisaje de los Everglades.

La medida implica que el complejo, inaugurado hace apenas meses, permanezca vacío hasta nuevo aviso. Esto no solo representa un problema económico, sino también un golpe político para el gobernador DeSantis, quien había presentado el centro como parte de su estrategia para endurecer las políticas migratorias en Florida.

Un proyecto que podría marcar un precedente

El caso de Alligator Alcatraz refleja cómo una iniciativa pensada para mostrar fuerza política puede convertirse en un lastre económico. Con cientos de millones en juego y un fallo judicial que paraliza su operación, Florida se encuentra en el centro de un debate sobre la eficacia y el costo real de las medidas antimigratorias.