El polémico centro de detención migratorio, conocido como Alligator Alcatraz, ubicado en Florida, recibió un revés legal de gran magnitud. Y es que la jueza federal Kathleen Williams emitió un fallo que frena las operaciones en este centro de detención, considerado pieza clave dentro de la estrategia migratoria impulsada por Donald Trump.
La decisión judicial y sus implicaciones
La jueza federal determinó que Alligator Alcatraz incumple con normativas ambientales al estar ubicada en un área de alta fragilidad ecológica. El fallo prohíbe que ingresen nuevos detenidos al centro y ordena el desmantelamiento progresivo de su infraestructura, desde las vallas y sistemas de iluminación hasta los mecanismos de desecho de aguas residuales, en un lapso de 60 días.
La magistrada argumentó que las operaciones de la cárcel ponían en riesgo ecosistemas locales y contravenían leyes federales de protección ambiental.
Este dictamen no significa un cierre inmediato, pero sí establece que el centro debe ir quedando vacío conforme los detenidos actuales sean reubicados en otras instalaciones.
Tras la decisión de la jueza Williams, la administración de Florida, alineada con Trump, anunció que apelará la decisión judicial: “Una vez más, ella se excede en su autoridad, y apelaremos esta decisión ilegal”, comentó Jeremy Redfern, director de Comunicaciones del fiscal, en sus redes sociales.
En tanto, la oficina del gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció que continuará con las deportaciones de migrantes, insistiendo en que la resolución judicial no frena el cumplimiento de las leyes migratorias ni la colaboración con las autoridades federales.
Restricciones previas y efectos sobre el plan migratorio de Trump
Cabe recordar que antes de este fallo ya existían limitaciones en Alligator Alcatraz. Un tribunal anterior había restringido la construcción de nuevas áreas dentro del complejo, con el argumento de que la expansión representaba un riesgo mayor para los humedales y especies protegidas en la región.
Esta restricción anticipaba el escenario actual, pues evidenciaba las tensiones entre el plan de infraestructura migratoria de Trump y la legislación ambiental vigente.
El cierre progresivo de este centro representa un duro obstáculo para el plan migratorio de Donald Trump. Alligator Alcatraz era pieza fundamental dentro de su estrategia de detención masiva, diseñada para enviar un mensaje de mano dura frente a la inmigración. Sin esta instalación, el gobierno federal pierde capacidad de internamiento en uno de los estados clave, lo que pone en entredicho la viabilidad logística de su política migratoria y abre un frente de batalla legal y político que podría debilitar la agenda del presidente.
