Carlos Dileo
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Dos de las compañías ferroviarias más grandes de Estados Unidos, Union Pacific y Norfolk Southern, anunciaron un ambicioso plan para unir fuerzas en una operación valorada en 72.000 millones de dólares. Esta megafusión, aún pendiente de aprobación regulatoria, permitiría crear el primer tren de carga transcontinental del país, marcando un hito histórico en la logística estadounidense.

Una fusión que sacude el sector ferroviario de Estados Unidos

La propuesta de fusión entre Union Pacific, que opera en el oeste del país, y Norfolk Southern, con operaciones en el este, cambiaría radicalmente el panorama del transporte de mercancías en Estados Unidos. Según los analistas, esta unión podría presionar a los otros dos gigantes del sector, BNSF y CSX Corp., a considerar una fusión similar para seguir siendo competitivos. De concretarse ambas operaciones, el país quedaría con solo dos grandes ferrocarriles de carga operando de costa a costa.

Aunque la propuesta fue bien recibida por los ejecutivos de ambas empresas, todavía deberá pasar por el filtro de los organismos regulatorios, incluyendo la Junta de Transporte Terrestre y las autoridades antimonopolio de la Administración de Donald Trump. Estas últimas mostraron mayor flexibilidad que la administración anterior en cuanto a fusiones, aunque la concentración de mercado sigue siendo un punto sensible.

¿Un beneficio para la economía o una amenaza para los usuarios?

El sector ferroviario es esencial para la economía de Estados Unidos, ya que transporta cerca del 30% de toda la carga del país, incluyendo automóviles, alimentos, materias primas y productos energéticos. Sin embargo, la reacción de los clientes no fue del todo positiva. Muchos temen que esta fusión derive en peores servicios y tarifas más elevadas, un patrón que, según expertos, se repitió en fusiones anteriores.

La consultora Ann Warner, especializada en logística, advirtió que el historial de estas integraciones no inspira confianza: "Las fusiones ferroviarias no han traído mejoras, sino más problemas", señaló en diálogo con CNN. Además, muchas empresas solo cuentan con un ferrocarril que llega a su ubicación, lo que las deja sin alternativas ante un servicio deficiente.

Por su parte, las compañías prometieron una mejora operativa con esta unión. “Imagine transportar acero desde Pittsburgh hasta California sin interrupciones, o pasta de tomate desde California hasta Ohio”, ejemplificó Jim Vena, CEO de Union Pacific, para ilustrar las nuevas posibilidades logísticas que ofrecería este tren transcontinental.

Una ruta histórica reinventada

Aunque el servicio ferroviario transcontinental existe desde 1869, cuando el “Clavo de Oro” unió por primera vez las costas del país, el transporte de carga siguió dependiendo de múltiples operadores. Esta nueva fusión permitiría, por primera vez, un servicio continuo bajo una sola compañía, sin traspasos intermedios.

Aun así, los expertos insisten en que los beneficios no serán automáticos. Según Peter Swan, profesor emérito en logística, aún será necesario separar cargas para múltiples destinos y no todos los contenedores cruzan el país entero. Es decir, la eficiencia prometida podría no ser tan clara como se presenta.