
María Pérez Boente, médica residente en Medicina de Familia en Vigo
Una médica residente ponteareana: "Un buen médico de familia es el sustento de la sanidad pública"
María Pérez Boente, médica viguesa residente en Medicina de Familia habla de la importancia de la especialidad y de los motivos que la llevaron a decantarse por ella
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La Medicina de Familia ha dado la sorpresa este año en España. Por primera vez desde hace cuatro años, la especialidad ha conseguido cubrir la totalidad de las plazas de Médicos Internos Residentes (MIR). Esta situación contrasta con lo ocurrido en 2024, cuando quedaron vacantes 246 plazas correspondientes a esta especialidad.
En total, son 2.508 los nuevos residentes que han elegido Medicina de Familia y que, desde finales de la semana pasada, han iniciado una nueva etapa formativa. Una de ellas es María Pérez Boente, ponteareana y futura médica de familia. María realizará su formación en el centro de salud de Sárdoma, con el Hospital Álvaro Cunqueiro como centro de referencia.
"Tengo ganas e ilusión porque llevo luchando siete años para esto, esta es la recompensa", afirma la médica. Aunque es consciente de que se enfrenta a una etapa exigente de aprendizaje y formación, la afronta con entusiasmo y con el objetivo de convertirse en una buena profesional, capaz de ofrecer a sus pacientes la mejor atención posible. "Me apetece mucho trabajar en equipo y trabajar por una medicina mejor", comparte.
"Mi sitio estaba en Medicina de Familia"
A la hora de elegir especialidad, María no tuvo dudas. "Durante toda la carrera siempre quise hacer la especialidad de Medicina de Familia", explica. Aunque durante su rotación en sexto curso sintió una fuerte atracción por Traumatología, especialidad que describe como "una maravilla" en el Cunqueiro, finalmente optó por lo que siempre le había apasionado. "Mi sitio estaba en medicina de familia", dice con convicción.
Para María, la transversalidad y la visión integral del paciente fueron factores clave. "Es, junto con Medicina Interna, la única especialidad que abarca todo: es completa, tiene un abanico súper amplio, tiene una capacidad de seguimiento del paciente que no tienen otras y ves al enfermo, no solo te fijas en la enfermedad", argumenta.
Revalorización de la especialidad, pero con retos pendientes
A pesar de la positiva evolución observada en 2025, desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) advierten sobre las condiciones laborales precarias que siguen afectando a la Atención Primaria. Señalan la sobrecarga asistencial, la falta de reconocimiento institucional y la ausencia de incentivos suficientes como principales causas de que muchos jóvenes médicos opten por otras especialidades.
El sindicato reclama mejoras salariales y laborales urgentes para dignificar la Medicina Familiar. María comparte esta visión y cree necesario un mayor compromiso institucional para atraer a nuevos profesionales.
"Necesitamos mejores condiciones y una revalorización de la especialidad. Desde las instituciones nos deben de tratar como una especialidad más y no como una 'subespecialidad'. Los médicos de familia no tenemos menos valor por trabajar en un centro de salud", reivindica.
Estas demandas llevan tiempo sobre la mesa y reflejan una percepción social aún distorsionada, que tiende a infravalorar a los médicos de familia frente a otros especialistas. "Muchas veces a la gente se le olvida que la medicina de familia también es una especialidad, y de que tenemos años de residencia y formación", recuerda María.
Sin embargo, las nuevas generaciones empiezan a romper con esos estigmas. "Se está demostrando que un buen médico de familia es el sustento de una buena sanidad pública", afirma. María subraya que su labor no se limita a derivar, sino que implica tratar y prevenir enfermedades: "Sin buenos médicos de familia los pacientes sufren día a día".