20 años del primer disco de Iván y Amaro Ferreiro: diez canciones para el tiempo y la distancia
20 años del primer disco de Iván y Amaro Ferreiro: diez canciones para el tiempo y la distancia
En 2005 fue la presentación en sociedad de un doble inicio: el de la carrera en solitario del primero después de separarse Los Piratas y el de su hermano pequeño en el mundo de la música
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Para contar grandes historias, lo mejor es elegir un hito fundacional para, después, tirar del hilo. En el caso de Iván y Amaro Ferreiro, para hablar de su carrera se pueden elegir varios a título individual, también trabajando en equipo. En este segundo caso, se podría hablar de cómo se lanzaron a los escenarios como 'Rai Doriva e as Ferreiro', con los hermanos travestidos de Ivonne y Tamara.
También, de cómo se encerraron en una casa rural para grabar lo que sería el primer disco de la carrera en solitario de Iván y en el que Amaro se presentó al mundo como músico y compositor. De este encierro, resultado también de aquella época de escenarios vigueses sin que el artista portugués apareciese nunca, salió un disco, Canciones para el tiempo y la distancia, que cumple 20 años.
"Es un disco que me sigue gustando mucho como lo hicimos, tenía las cosas muy claras sobre cómo iba a ser. Es uno de los que más orgulloso estoy", asegura Iván Ferreiro a Treintayseis. "Le tengo mucho cariño porque fue el primero que grabé", señala por su parte Amaro, que reconoce las dificultades que se encontró al enfrentarse a su realidad "como instrumentalista" y a esa "idea romántica de grabar un disco", aunque el recuerdo es de una época que todo era "muy de verdad, muy real".
Los dos hermanos se enfrentaban a una nueva etapa: Iván, tras separarse de Los Piratas, y Amaro una vez acabados sus estudios de Derecho. Primero se unieron en la aventura de Rai Doriva, y de "manera natural" surgió el proyecto de grabar un disco con el que Iván arrancaría su etapa en solitario y Amaro buscaría lo que siempre quiso: dedicarse a la música.
Un contrapunto con el pasado
"Yo creo que Iván tenía una imagen 360 de todo: tras su carrera en Los Piratas y una etapa de sofisticación, sobre todo con el último disco, Relax, vio muy claro que su siguiente paso tenía que ser mucho más punki y austero. Y nada más punki que ir a tocar con tu hermano, que no toca muy bien", revela Amaro.
"Iván vio muy claro que su siguiente paso tenía que ser mucho más punki y austero. Y nada más punki que ir a tocar con tu hermano, que no toca muy bien"
Una idea que refrenda el propio Iván: "Cuando me planteé mi primer disco en solitario pensé en cuáles eran mis partes fuertes: canciones sencillas, pero bien hechas y construidas sin grandes alardes a la hora de tocar, que se sostuviesen solas. Tienen trampas, como todas mis canciones, pero son sencillas de tocar. Sobre todo, sabía que eran muy importantes las melodías, las armonías y trabajar las letras y los acordes".
Iván venía de una "súper banda" como Los Piratas, con la que llegaron a "un punto increíble", con canciones muy complejas y sofisticadas en la ejecución, pero con la premisa que él siempre tuvo clara y con la que llegó a el arranque de su carrera en solitario: lo importante era "hacer buenas canciones".
¿Nueva York? No, una casa rural
Canciones para el tiempo y la distancia está compuesto por 10 canciones que se grabaron de una manera poco ortodoxa. Primero, se grabaron las guitarras, después la batería y, a continuación, la voz. Más tarde se incluyeron los teclados, el bajo y los vientos. Eso sí, sólo con la guitarra, la batería y la voz, "la canción siempre funcionaba".
Para lo primero, los hermanos Ferreiro se encerraron en una casa rural con Suso Saiz como productor. Lo hicieron rechazando una gran oferta de Warner, la compañía de Iván.
"Hice como un movimiento en la compañía, porque era la época de los politonos y Warner me quería dar un pastizal, un presupuesto muy bueno, y que Suso y yo nos fuésemos a grabar a Nueva York", explica Iván. La contraoferta, finalmente aceptada, fue un presupuesto de 30.000 euros y grabarlo el propio Iván con sus medios en una casa rural. "En esa época, en Warner dudaban de que se pudiese hacer así un disco", añade.
"Warner me quería dar un pastizal, un presupuesto muy bueno, y que Suso Saiz y yo nos fuésemos a grabar a Nueva York"
Lo cierto es que se podía, aunque adelantándose a aquellos tiempos; hoy, grabar con un ordenador es accesible para todos, y, como explica Iván, los estudios se contratan principalmente por tener a tu disposición técnicos de sonido, porque "hacen magia".
Amaro, inexperto y compositor
Al lado de su hermano y Suso estaba Amaro, recién llegado. De hecho, aunque confiesa que no suele escuchar sus trabajos, cuando escucha alguna canción del disco se escucha a él mismo "perfectamente" y a quien era él en ese momento. "Es algo que consiguió Suso, yo pensaba que el productor era alguien que te ponía guapo delante del espejo, pero en su caso sólo me puso delante del espejo y veo un reflejo real de lo que era. A ver, no tenía remedio, cada cosa es lo que es", dice Amaro sobre aquella primera experiencia. "Creo que Iván necesitaba controlar lo que hacía, y esa era la única manera. No hubiese sido igual con músicos para las sesiones o personas ajenas al proyecto", incide sobre aquella grabación.
Sobre la figura de Amaro, muchos pensaron que su presencia era poco más que "un enchufe" de su hermano, pero nada más lejos de la realidad, como el tiempo ha demostrado. "Amaro llevaba mucho tiempo haciendo canciones con mis equipos, y lo tuve claro desde el principio", asegura Iván, que define a su hermano como "una persona muy preparada" en todos los aspectos. "Como guitarrista, es de los que toca canciones, no hace grandes solos, pero se ha creado una personalidad a partir de eso. No somos dos virtuosos de los instrumentos, pero lo que tocamos, lo hacemos nuestro", presume.
"Amaro llevaba mucho tiempo haciendo canciones con mis equipos, y lo tuve claro desde el principio"
En este disco también asoma la faceta de Amaro como compositor. A pesar del trabajo compartido en todas las canciones, Turnedo y SPNB son dos composiciones suyas. Dos rancheras llevadas a su terreno que se han convertido en dos de las referencias del disco, especialmente la primera, todo un himno ya elevado a una de las mejores canciones de la música pop y rock española.
Canciones que rompen todas las normas
Iván sabía lo que tenían ahí "desde la maqueta": "Lo tenía clarísimo, además era muy gracioso porque sabía que tenía un hit pero sin estribillos y rompiendo todas las normas de las canciones, que el disco también es un poco así". Para Amaro es una canción "muy especial" que desde el primer momento supo "que iba a ser importante".
En SPNB, reconoce que escribió la letra en una servilleta, pero que la melodía la tenía en la cabeza y simplemente aplicó unas "normas muy sencillas" para contar esa historia, que se revela como una cara B de la misma relación que narra Turnedo. Rancheras que, sabiendo que pueden tener más reglas que él no siguió, sirven a la perfección para contar ese tipo de historias. La inspiración de ese folclore, reconoce, le llega del disco de Andrés Calamaro, El cantante, y de un Damien Rice que en aquella época brillaba con The Blower's daughter. "Las dos tienen muchas conexiones con él, incluso los acordes, porque la canción también es una especie de ranchera un poco extraña", desentraña Amaro.
"Con 'Turnedo', sabía que tenía un hit, pero sin estribillos y rompiendo todas las normas de las canciones"
Rompe las reglas Ciudadano A, una canción política a ritmo de vals, igual que la versión de Abrázame de Julio Iglesias, que como declaraba con el disco recién salido a la calle, demostraba que una canción de Julio puede sonar como Los Planetas. "Era una canción que hablaba del compositor", y de cómo se podía hacer un tema antiguo "con los códigos de ahora".
O títulos como El Viaje de Chihiro o Estrella de la Muerte, que revelan una forma de dar nombre a las canciones con los que das al oyente "una imagen" con la que escucha la canción. "Las referencias siempre han sido importantísimas, y estábamos en un momento de hacerlas claras, y no siempre tan culturetas. No hace falta irse a la Nouvelle Vague o a Nietzsche, la cultura pop es parte de nuestras referencias, porque además viene de otras influencias anteriores", ahonda Iván.
Vídeoclips "baratos" y una guitarra con cuerda de bajo
Los videoclips tenían el lema de "lo podemos hacer mejor, pero no más barato" y llamaron la atención precisamente por la sencillez, como el de Turnedo, con los hermanos grabados directamente desde un ordenador y con una guitarra y un micro de juguete y una raqueta.
El contrapunto de la sofisticación pasada eran los directos, con Iván tocando una guitarra con una única cuerda de bajo. Le acompañaba, además de Amaro, Karlos Arancegui a la batería, músico que había tocado con Álex Ubago y Mikel Erentxun y que Iván conoció en una grabación de este último y lo unió a la causa.
20 años después, aquel disco supone el hito fundacional en muchos sentidos de las carreras de los hermanos Ferreiro, hoy convertidos en referentes, no sólo sobre los escenarios, sino en ámbitos de la profesión en las que han cogido riendas y responsabilidades, también quebraderos de cabeza.
"Una cosa que aprendí de Iván es lo importante de relacionarse con toda la gente que vas conociendo y que nosotros tenemos la responsabilidad de conocer nuestro propio negocio, porque los músicos son fácilmente manipulables, y a cualquiera le puede pasar algo malo, como firmar un contrato que no debías", cuenta Amaro, que gracias a su formación jurídica se ha ubicado en una situación "no privilegiada y sí engorrosa" para ayudar al colectivo, tanto en temas relacionados con la SGAE y como miembro de la Junta Directiva de la Academia de la Música de España.
"Aprendí de Iván que nosotros tenemos la responsabilidad de conocer nuestro propio negocio"
20 años después, siguen sonando Turnedo o SPNB en sus directos, así como otras que vuelven al repertorio, como posiblemente ocurrirá con Ciudadano A. La prueba de que nunca un título de un disco tuvo tanta clarividencia: 10 canciones para el tiempo y la distancia.