La Capilla Sixtina de Casa Roucos y el local donde almacenan ahora todos sus cuadros

La "Capilla Sixtina" de Casa Roucos y el local donde almacenan ahora todos sus cuadros Cedidas

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Más de 70 años de historia de Vigo cogen polvo tras el cierre de la "Capilla Sixtina" del Barrio do Cura

Este histórico y familiar restaurante cerró sus puertas hace más de un mes por la macrourbanización que se está construyendo en el Barrio do Cura

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El sol se esconde tras las Islas Cíes. Juan Antonio Carrasco se dirige al Paseo de Alfonso XII junto a su hermana, Sira, y observan con cierta nostalgia la panorámica de la ciudad, recordando la época dorada de Casa Roucos: el restaurante familiar más reconocible de Vigo, que han tenido que cerrar por culpa de las obras del Barrio do Cura.

El avance de la macrourbanización liderada por la promotora Gestilar ha engullido el último edificio de la zona, que acogía este histórico establecimiento olívico desde 1953. Un lugar clave para entender la historia reciente de la ciudad, por el que han pasado pintores, escritores, periodistas, cantantes y marineros, y que está a la espera de un nuevo futuro desde que Juan Antonio y Sira abandonaron el local hace mes y medio.

"Era nuestra casa, yo me crié ahí", afirma la cocinera sobre el restaurante familiar. Tanto ella como su hermano crecieron entre los fogones y las calles del Barrio do Cura, con sus callejones, la antigua fábrica de gas y el olor a pescado. "Era un bar de menús. Nosotros veníamos del colegio y echábamos una mano a nuestros padres", recuerda Juan Antonio, que explica que "era de los pocos bares que había ahí" y se convirtieron en referencia para los marineros de Vigo.

El paso de los años fue modificando su clientela, de marineros a estudiantes de Ingeniería que se alojaban en la residencia de los Franciscanos y, más tarde, sede de los intelectuales de la ciudad. Las paredes del Roucos observaron con atención las largas sobremesas de pintores, artistas y periodistas: "Coincidió que ahí paraba el director de Radio Popular, Gerardo Rodríguez, y cuando venía alguien importante al Nova Olimpia, se los traía al Roucos a hacer una queimada".

Juan Antonio Carrasco Álvarez y Sira Carrasco Álvarez

Juan Antonio Carrasco Álvarez y Sira Carrasco Álvarez Treintayseis

Juan Antonio y Sira recuerdan con cariño aquellas noches, en las que el periodista llamaba a altas horas de la noche para pedir cobijo. En una de esas ocasiones apareció incluso Julio Iglesias, cuando este se encontraba promocionando Un canto a Galicia. Historias tan increíbles que a Sira le costaba demostrar su veracidad cuando se lo contaba a sus amigas del colegio.

Otra de las figuras más reconocibles que comió en el Roucos fue Laxeiro. "Cuando volvió de Argentina, que estuvo allí exiliado, cogió un apartamento en el Hotel Bahía y subió por el callejón y acabó en el Roucos. Ese día le hizo un dibujito a mi hermana", recuerda Juan Antonio, que guarda con cariño cada uno de los dibujos y cuadros que les regaló Laxeiro.

La "Capilla Sixtina" de la gastronomía viguesa

A partir de los años 80, poco a poco, los padres de Juan Antonio y Sira comienzan a dar un paso al lado para dejar espacio a sus hijos. "Se jubilan, aunque estaban aún por allí porque los viejos en Galicia siguen mandando", bromea el hostelero vigués, que recuerda con su hermana aquellos tiempos durante el franquismo y en la transición en la que se leía Mundo Obrero en las mesas del Roucos.

Este ambiente bohemio, con música en directo incluida, seguía caracterizando al Roucos hasta sus últimas cenas este año. Xosé Luis Méndez Ferrín, Antón Pulido, Bieito Ledo, Gustavo Luca de Tena, Xaime Quesada y Xosé Conde Corbal son algunos de los nombres más reconocibles que han pasado por este histórico restaurante en las últimas décadas.

Escritores, periodistas, cantantes y, sobre todo, pintores como Laxeiro que dejaron alguno de sus cuadros en las paredes de la mítica sala del Roucos: la "Capilla Sixtina". "Eso no fue nuestro, fue de Bieito Ledo y Antón Pulido, que vieron tanto cuadro que dijeron: esto lo vamos a bautizar como la Capilla Sixtina de la gastronomía gallega", explican los hermanos Carrasco.

Capilla Sixtina de Casa Roucos, en Vigo

Capilla Sixtina de Casa Roucos, en Vigo Treintayseis

Este impresionante y barroco espacio, en el que podían servir a 15 comensales, está protagonizado por un cuadro de Xavier Lemos Godoy, que representa el Pórtico de la Gloria. "Le encargaron varias piezas del Camino de Santiago y, después de exponerlo por Lugo y Ourense, se lo querían comprar, pero dijo: gracias por vuestro interés pero esto va para la capilla sixtina. No para Roma, para el Roucos. Y nos lo regaló", afirman los hosteleros.

Expulsados del Barrio do Cura

Pero la especulación inmobiliaria ha puesto entre las cuerdas este histórico restaurante de Vigo. Ya en 2004, los exfutbolistas del Celta Karpin y Míchel Salgado, de la mano del empresario José Crespo, encabezaron un ambicioso proyecto para recuperar el Barrio do Cura, una zona que fue cayendo en el olvido a finales del siglo XX pese al buen hacer del Roucos.

La crisis financiera de 2008 tumbó este primer intento, hasta que, 10 años más tarde, el fondo americano Autonomy Global Opportunities asumió las obligaciones de la compañía del jugador ruso. Entonces, entró en escena también la promotora Gestilar, que recuperaron un plan presentado en 2014 y que no se había llevado a cabo por trabas urbanística y la anulación del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM).

"Entonces apareció un tal Alfonso Ventoso, que es el comisionista de ese fondo buitre. Fue viejito por viejito, casa por casa, tensionando, engañándolos, pagándoles poco", asegura Juan Antonio. Sira, por su parte, recuerda el momento en el que se acercó al Roucos y les ofreció reubicarse en San Paio de Navia y en Marqués de Valterra, ofertas que rechazaron sin pensárselo.

Obras del Barrio do Cura, en Vigo

Obras del Barrio do Cura, en Vigo Treintayseis

"Como le vi el plumero, le dije: te interesa que con nosotros nos dejes para el final, porque no queremos dinero, queremos lo que tenemos aquí", recalcan los hosteleros. Entonces, gracias a la colaboración del arquitecto del proyecto, Alfonso Penelas y tras un litigio judicial, consiguieron llegar a un acuerdo con el que se aseguran la supervivencia de Casa Roucos dentro de tres años, cuando esté construido el nuevo edificio.

Ahora bien, la mudanza no fue un camino de rosas. Juan Antonio y Sira denuncian que sufrieron humedades provocadas por una rotura en la bajante del agua en los pisos que ya eran propiedad de la promotora. "Pero la jugada última para echarnos cuánto antes fue con Urbanismo diciéndonos que el edificio se podía caer y nos teníamos que marchar", defienden los hosteleros, que tuvieron que hacer una mudanza express que los ha destrozado físicamente.

Los cuadros de a Capilla Sixtina tras la mudanza

Los cuadros de a Capilla Sixtina tras la mudanza Cedida

"No sé si dormir, o si levantarme", desvela Sira, ya que tienen los horarios de sueño totalmente trastornados tras semanas de trabajo para mover toda una vida a otro local. Y más aún, ya que tuvieron que sacar de la "Capilla Sixtina" y del restaurante cada uno de los 212 cuadros que guardaban y que ahora se encuentran cogiendo polvo hasta que los hosteleros recuperen las fuerzas necesarias para reabrir el mítico Roucos.