La panadería de Vigo que prepara hasta 900 orejas al día y cuyas filloas tienen mucho sabor

Orejas, filloas, florones… Son muchas las panaderías en Vigo que saben prepararlas, pero pocas logran un resultado como la Panadería Magallanes. Con una combinación perfecta de atención al detalle, pulcritud y un trato cercano, este obrador se ha ganado el paladar de sus clientes. Especialmente en esta época del año, su repostería es muy apreciada, y quienes la prueban aseguran que sus orejas están "como las de la abuela".

Estos manjares otoñales despiertan auténtica pasión en la ciudad olívica y, cada vez más, los vigueses optan por comprarlos en panaderías en lugar de enfrentarse al laborioso proceso de preparación en casa. Esta alta demanda también se nota en Magallanes, donde, según su gerente, Alejandro Magallanes; se producen entre 500 y 600 orejas al día, cifra que puede ascender a 900 los fines de semana. Y, quienes disfrutan de estos dulces pueden estar tranquilos: seguirán disponibles en sus estanterías, al menos, hasta el 8 de marzo.

Pero la producción no se limita solo a los dulces de Entroido. A lo largo del año, la panadería triunfa con una variada oferta de productos, desde croissants y empanadas hasta tartas y empanadillas, siempre con la misma calidad que los ha convertido en un referente en la ciudad.

Tradición e innovación para todos los gustos

Desde la panadería explican que, pese a contar con un amplio surtido, intentan mantener un equilibrio entre la tradición y las nuevas tendencias para satisfacer a todos los públicos. "Hay clientes que son muy tradicionales y les cuesta cambiar, pero también hay otro perfil que, aunque valora lo clásico, disfruta probando cosas nuevas", comenta Alejandro.

Por ello, aunque los productos tradicionales siguen siendo los protagonistas, también experimentan con nuevas versiones para atraer a las generaciones más jóvenes. Es el caso de las filloas, que ahora pueden encontrarse con innovadores rellenos de caramelo salado, pistacho y lotus.

Sin embargo, la innovación no se limita unicamente a los dulces de Carnaval, si no que también se refleja en otros clásicos como las empanadillas, adaptadas a las preferencias del cliente. "Escuchando a quienes nos visitan, decidimos incorporar opciones sin cebolla, así como variedades de zamburiñas, pulpo y choco, que antes solo ofrecíamos en formato de empanada", explica Alejandro.

Tres tiendas en la ciudad y un legado familiar

A pesar de su nombre, la Panadería Magallanes no rinde homenaje al célebre explorador portugués, sino que toma su denominación del apellido de la familia fundadora. Tras años de experiencia en el sector, Andrés Magallanes decidió abrir su propio negocio en 1990. "Empezamos con humildad, como una panadería pequeña", recuerda su hijo y actual gerente.

El primer obrador nació en la calle Toledo, donde poco a poco fue ganando reconocimiento entre los vecinos. Con el tiempo, la panadería creció hasta convertirse en el negocio consolidado que es hoy, con tres establecimientos en la ciudad: en la avenida de Emilio Martínez Garrido, la avenida del Aeropuerto y la Subida á Madroa, donde se encuentra el obrador principal, modernizado para garantizar la mejor calidad en sus productos.

Aunque el negocio ha crecido, todas sus tiendas se mantienen en una misma zona de Vigo, a pocos minutos en coche unas de otras. Alejandro explica que esta decisión no es casual, sino una estrategia para ofrecer el mejor servicio posible. "Es la forma de garantizar un suministro continuo a lo largo del día y atender mejor a nuestros clientes", señala.

Además del buen producto, la experiencia del cliente es una prioridad para la panadería. Por ello, sus establecimientos van más allá del concepto de panadería tradicional y cuentan con espacios donde los clientes pueden sentarse a disfrutar de sus dulces en un ambiente acogedor. "Queremos que quienes nos visitan puedan relajarse y disfrutar de un buen producto con un buen servicio", concluye Alejandro, dejando claro que la comodidad del cliente es su máxima prioridad.